Hoy 10 de febrero pero de 1943 tuvo lugar la última gran batalla de un ejército español, la de Krasni Bor en las inmediaciones de Leningrado, durante la Segunda Guerra Mundial, la más notable acción de la División Azul en el frente más duro de la guerra.
Hubo escarceos y bajas en Sidi Ifni, pero no un combate total y de estas dimensiones; por suerte España no se vio envuelta en otra refriega mortal desde entonces. Los historiadores actuales destacan esta acción porque supuso el freno a una gran avanzada rusa que podía derivar en un segundo Stalingrado.
Pero el frente no se rompió por el arrojo de un puñado de valientes. Y eso que la propaganda aliada ya había vendido la piel del toro antes de vencido, dando por hecho lo que no sucedió: la aniquilación de la Blau. La ruptura del frente español supondría la pinza al Ejército del Norte alemán con resultados catastróficos.
La batalla de Krasni Bor – Operación Estrella Polar
La batalla de Krasni Bor (en ruso, Краснобо́рская опера́ция) también conocida como segunda batalla del lago Ládoga, tuvo lugar entre el 10 y el 13 de febrero de 1943 como parte de la gran Operación Estrella Polar.
Los rusos exaltados por el éxito en Stalingrado realizaron una operación a gran escala contra las posiciones de la blau en el frente de Leningrado. Atacaron entre otros puntos el pueblito de Krasni Bor, sector guarnecido por el regimiento 262º español mandado por coronel Sagrado; reforzado por el Batallón de Reserva, el Batallón de Zapadores y el Grupo de Exploración de la división española, más 3 cañones antitanques de 75 mm de la Legión Noruega.
Avanzó contra la línea española el 55º Ejército (Cuerpo de Ejército) soviético, enviando al combate la 63ª División de la Guardia y las divisiones 42º y 73º de Fusileros, apoyadas por numerosos carros de combate T-26, T-36 y KV-1, más varias grandes unidades de la división 45º de la Guardia y apoyo aéreo. Con los generales Simoniak y Krasnov al mando.
Españoles en la Segunda Guerra Mundial
Dedicamos no pocos artículos al papel de los españoles en la Segunda Guerra Mundial y sin duda el envío de la División Azul al frente ruso fue la participación más destacada de España en la guerra, el resto es pura anécdota y apenas supone un 5% de actividad real (españoles enrolados en el ejército rojo, espías, soldados en el inactivo ejército de resistencia francés). Aunque sí tuvimos un gran peso como retaguardia suministradora de materiales, abastecimiento, red de espionaje y control. En la guerra submarina.
Más de 5.000 gallegos en la Blau Division
Siempre destacamos que la Blau Division fue un auténtico cuerpo expedicionario voluntario de 47.000 hombres, el más admirado y condecorado de todos los foráneos integrados en la Wehrmacht. Más de 5.000 gallegos se unieron a sus filas, la mitad militares profesionales y otro tanto voluntarios falangistas, aunque muchos soldados también respondían a esta ideología.
Muchos recibieron las más altas condecoraciones y en otros aniversarios recordamos la participación de coruñeses en Krasny Bor. 44.000 soldados rusos con apoyo aéreo, 100 carros de combate, más de 800 piezas de artillería, morteros pesados y lanzacohetes acometen a 5.900 soldados españoles parapetados, que básicamente se defenderán con armamento ligero y escaso apoyo artillero. Entre ellos, batallones con letones, estonios y alemanes, que sobre todo reforzaron con artillería pesada la línea tras los primeros días.
El ataque que dejará no menos de 12.000 muertos rusos quedará empantanado, y con avances y retrocesos el frente se estabiliza el día 21. La Blau gana 3 laureadas, 20 medallas colectivas, decenas de cruces de hierro, y se crea una medalla específica por el mando alemán a docenas de nuestros soldados. Las bajas divisionarias contaban, al final de la jornada, 1.125 muertos, 1.036 heridos y 91 desaparecidos.
El gran ataque soviético
La posición española estaba advertida de un gran ataque soviético y éste se produjo en un frente de 5 km en este punto el 10 de febrero desde las 6,40 seis de la mañana. Un intenso fuego artillero trituró la primera línea española, con observatorios y puestos de mando, creando la más absoluta confusión, en un llano nevado con -25º.
Los rusos inician el ataque en manada creyendo que habían eliminado toda resistencia pero los españoles se fueron reagrupando para una heroica defensa, retrasando el avance y provocando miles de muertos a los desconcertados atacantes. Con las líneas desbaratadas y en medio de un enorme barullo la artillería española tuvo que pasar a una defensa con pistola y bomba de mano. Los rusos fueron ocupando las líneas de piezas españolas abandonadas, destruidas por los ataques o inutilizadas en la retirada.
Artilleros e infantes españoles sin embargo retrocedieron y fijaron posiciones e incluso realizaron acciones de contraataque ante el asombro de los rusos. El día 13 a las tres de la tarde se vieron rodeados por tanques rusos, los últimos de Krasni Bor, que trataron de replegarse a la carretera del poblado de Sablino y contactar con el cuartel general del que no tenían noticias desde el ataque.
Tras la heroica resistencia española, con numerosas acciones individuales y de grupos cercados, baterías alemanas llegaron a reforzar la posición y los ataques rusos prosiguieron varios meses. La Blau había quedado muy tocada pero el tiempo (y los informes rusos) confirmó que había desbaratado una gran operación enemiga.
La defensa en el río Ishora
El III de Artillería de Álvarez Lasarte defendió un meandro del río Ishora, en las ruinas de la fábrica de papel, sin abandonar la posición. Caballero Jurado en «Morir en Rusia» da como uno de los hechos destacados del combate «la eficacísima acción del IIIº/Art.250…los cañones de Lasarte operaron ininterrumpidamente en ayuda de sus camaradas. Junto a sus camaradas alemanes, los artilleros españoles dieron lo mejor de sí mismos para ayudar a los agobiados soldados que se batían en Krasny Bor». Entre los pocos supervivientes de este grupo de héroes estaba Jose Méndez de Vimianzo.
Héroes coruñeses en Rusia fueron el caballero laureado Ponte Anido o el capitán Gómez Díez-Miranda, muertos en la acción; el soldado de Vimianzo José Méndez, o el coruñés Antonio Sánchez-Pascuala y Buendía, a quien pudimos entrevistar hace unos años.
