José Méndez Lema, un gallego sin miedo a la muerte. Artillero de la División Azul.
Rafael Lema
Muchos soldados españoles participaron en la Segunda Guerra Mundial, a pesar de la oficiosa neutralidad española, unos llegaron a las puertas de Leningrado con los alemanes, otros entraron triunfantes con los aliados en París o combatieron en las calles de Berlin, sin olvidar la guerra submarina y el espionaje. Cientos de medallas cuelgan en sus pechos por heroicas acciones individuales en dantescas condiciones. Pero el 90% de la actividad bélica correspondió a la División Azul.
Así el episodio bélico en el que los españoles tuvieron mayor protagonismo tuvo lugar en el frente ruso, el cerco de Leningrado, y allí uno de los héroes fue Juan José Méndez Lema, natural de Carantoña en Vimianzo, 18 meses en Rusia. Un total de seis medallas al valor recibió este artillero segundo de la batería de la plana mayor del III Grupo de Artillería 250 de la División Española de Voluntarios (III/Art. 250), recibiendo dos diplomas con el agradecimiento de Hitler y Franco, firmadas en su nombre por destacados militares de la guerra, los generales Lindemann y Esteban Infantes. El soldado recibe una mención, firmada con su puño y letra por uno de los protagonistas de la gran guerra, del gran general en jefe generaloberts del 18 ejército, Georg Lindemann, otorgándole la Erinnerungsmedaille. La medalla alemana a los voluntarios españoles en la lucha contra el bolchevismo.
Méndez durante la guerra civil había obtenido la Medalla de Campaña por su acción en la batalla del Ebro, el 30-9-1939. En Rusia a la citada medalla a los voluntarios se unirá la Verwundetenabzeichen in schwarz, el 12-4-1943, o Medalla de Herido en negro. La Medalla de Invierno del Este con cinta, el 6-8-1943, la famosa medalla de los congelados o Winterschlacht in ostem. La Cruz Roja al Mérito Militar, firmada por el general jefe de la división, Emilio Esteban Infantes el 7 de marzo de 1943. Y la Medalla de Sufrimientos por la Patria, propuesta en agosto de 1943. Es uno de los héroes de Krasny Bor la última gran batalla de un ejército español, en donde estuvo tres jornadas combatiendo, el último día gravemente herido, aguantando una posición que el enemigo no pudo tomar, a orilla del Ishora.
José Méndez luchó con el bando nacional en la Guerra Civil, como la mayor parte de los gallegos movilizados, en una región adscrita al alzamiento rebelde, y como viejo falangista además de militar profesional que seguía movilizado, se alistó voluntario en la División Azul, la Blau División, estando en Rusia desde el 3-2-1942 hasta el 6-8-1943, bajo el mando del laureado Muñoz Grandes y posteriormente del general Emilio Esteban Infantes. El capitán jefe de la batería, Rafael de Oleza Costa en la orden de repatriación tras su campaña alaba «su buena conducta, mucho valor y mucho espíritu militar».
Entró en su unidad, la batería de plana mayor del III grupo del regimiento de Artilleria 250 el 18-4-1942 y la deja el 19-7-1943, marchando a concentrarse desde esta fecha pendiente de repatriación. Oleza posiblemente ya lo conociese de la campaña española, cuando en octubre de 1938 era teniente al mando de tres piezas viejas de artillería de 75 mm y una de 20 mm o «pichis» en Sigüenza. Rafael de Oleza Costa fue de teniente a la División Azul cruzando la frontera el 5 de Febrero de 1943. Ascendió a capitán en la revista de comisario del 1 de Mayo de ese año. Según los datos del enlace del capitán estuvo siempre destinado en la 8ª Batería. El 2 de Agosto de 1943 Oleza toma el mando de la 8ª Batería ya que su Capitán Victor Castro Sanmartín es destinado a la Plana Mayor del Regimiento de Artillería. Castro en España seguirá ascendiendo y obtendrá el cargo de general de División. En esta sirvió Méndez, aunque pocos días estará bajo el nuevo mando, sólo cuatro. El seis de agosto parte para España.
Casi 5.000 españoles dejaron su vida en el más cruel de los frentes, la mitad militares profesionales y la otra voluntarios falangistas. Méndez estuvo a las puertas de Leningrado, entró en los arrabales de la capital rusa cuando el mando ordenó a los hombres de vanguardia, en donde siempre estaban los españoles con grandes bajas, regresar a una mejor posición y cercar la ciudad durante años. Méndez fue uno de los pocos cientos de soldados que lograron sobrevivir al primer y cruel invierno ruso de 1942, y por ello recibió una de las condecoraciones más valoradas por los alemanes, por su significación, la winterschlacht in ostem, Medalla de los Congelados o de Invierno en el Este.
Con la autorización para llevar el honroso lazo distintivo rojinegro en el ojal. Luchó en Krasny Bor, una acción que aniquiló a la división española, en espera de nuevos relevos, pero no la doblegó, e infringió un duro golpe a los soviéticos, ante el asombro de rusos y alemanes. Por esta acción recibió la Cruz Roja del Mérito Militar, el 7-3-1943, firmada por el general jefe de la división Emilio Esteban Infantes, «en nombre del Generalísimo y por los notables hechos realizados en la campaña de Rusia». Lucha en la mayor parte de las acciones más notables de la Blau durante del cerco de Leningrado, actual San Petersburgo, y las llamadas batallas del Ladoga, al este de la ciudad.
La Blau tendrá una alta consideración entre el alto mando alemán de ahí que se le considere como unidad de granaderos, es decir, tropas de élite. Sacos de medallas llenan sus guerreras. Méndez estará destinado en el kremlin de Novgorod con el cuerpo de mando y podrá conocer a los principales mandos y autoridades civiles y militares españolas y alemanas. Lindemann, Van Küchler, Kleffer. A su lado lucharán nombres de brillantes militares como Gabeiras, Miláns del Bosch, Solís, Quintana Lacaci, Merry Gordon, Armada, Esquivias, Aramburu Topete. Su capitán Lasarte. Hará amigos para toda la vida entre heroicos soldados con los que compartirá en España su afiliación en la hermandad de la división en A Coruña, como Badillo, Andres y Andrés, Castro, Pastur, Longoria, Lago, Zaera, Fernández Ladreda, Álvarez Conti, Rodrigo Chapa, Eloy Martínez, Bada.
La defensa del frente del Ladoga es uno de los hechos más destacados de la Blau. Una ofensiva del Ejército Rojo en enero de 1943 consiguió abrir una brecha en las filas alemanas y una linea de abastecimiento a la sitiada ciudad en la orilla del Lago Ladoga. Pero eso era al norte, el ataque a las lineas españolas al SW se saldó con una estrepitosa derrota y miles de muertos. A la Blau le tocará la defensa numantina de las posiciones, y para ello su batallón fue trasladado de Novgorod, recorriendo 60 millas hacia el norte del lago Ilmen y la población de Krasny Bor al sur del río Neva. La mayor parte de los soldados iban a pie, ya que sólo disponían de trineos, o carros tirados con caballos y apenas vehículos. La Blau estaba en primera linea, como siempre. A mediados de marzo los soviéticos iniciaron la Segunda Batalla del Ladoga, sin dar tregua.
Ahora la 58º División de Infantería alemana los vino a reforzar con todo un regimiento y las armas pesadas de su experimentada 13ª Compañía, colocándose en posición de reserva de la tropas españolas en operaciones de defensa y contraataque del sector hasta el 24 de abril. El 24 de julio los rusos lanzarán otro gran ataque en el río Neva. La 58º fue la segunda división alemana en condecoraciones del Grupo Ejércitos Norte y el enlace con las tropas españolas era William Lubbeck, del 154º Regimiento del teniente coronel «Oberstleutnant» Ebeling. Llegaban fogueados de Bélgica y Francia. El intérprete de la Blau es el ceense José Castro Rial.
El 10 de febrero de 1943 sucede en los arrabales de Leningrado la batalla de Krasny Bor. Fue el más sangriento enfrentamiento en el que intervino la 250 Unidad de Voluntarios Españoles de la Wehrmacht (División Azul), en la cual 5.900 soldados (4.500 voluntarios españoles, mas 1.400 estonios y alemanes) hicieron frente a 44.000 infantes soviéticos (4 divisiones) y dos regimientos acorazados con apoyo de aviación. Se producen 2.300 muertos entre los españoles, pero se consigue detener el avance haciendo fracasar la ofensiva soviética y causando entre 11.000 y 14.000 bajas al Ejército Rojo. Cerca de 300 españoles cayeron prisioneros. Los rusos atacan el sector con el apoyo por el fuego procedente de la artillería orgánica de las cuatro Divisiones, la artillería del Ejército y un refuerzo de tres Regimientos de artillería. La zona de acción en que se iba a desarrollar el ataque ruso, afectaba fundamentalmente al Regimiento de Infantería 262, que ocupaba el sector oriental del despliegue divisionario.
A Méndez le tocará defender en la batalla de Krasny Bor durante tres terribles días el subsector del río Ishora, encuadrado en el III Grupo de Artillería 250 al mando del capitán José Álvarez Lasarte. Son de los destacados en la acción, se hallan en lo más temible del combate y defenderán con uñas y dientes su puesto hasta el refuerzo de la artillería alemana varias jornadas después. En su posición las crónicas dicen que comandantes, capitanes, oficiales de todo rango mueren al frente de sus hombres, con episodios de ataque a bayoneta calada.
Pocos se salvan entre el amasijo de hierros, cañones destrozados, soldados desmembrados. Méndez es uno de los pocos, herido en una pierna y en el costado, luchando hasta el cese de las hostilidades y el fin de las municiones, recogido medio muerto entre el fango de una trinchera creada por un obús ruso y trasladado al cercano pueblo de Ladoga, luego a Sluzk, tardará dos meses en recuperarse. Según testimonios de sus familiares nuestro soldado acabó usando el fusil tras terminar las municiones, mientras sus cercados compañeros, rodeados por tres vientos en un meandro del río, no dejaban de dispar con las ametralladoras y matar rusos. La acción de su batallón fue gloriosa. Así reconoce Caballero Jurado en «Morir en Rusia» como uno de los hechos destacados «la eficacísima acción del IIIº/Art. 250, que englobaba junto a dos de sus baterías, la 7ª de Muñoz Aceras y la 8ª de Castro, a una batería pesada, la 12ª», indicando asimismo con detalle que «los cañones de Lasarte operaron ininterrumpidamente en ayuda de sus camaradas.
Junto a sus camaradas alemanes, los artilleros españoles dieron lo mejor de si mismos para ayudar a los agobiados soldados que se batían en Krasny Bor». Méndez era uno de los héroes de las dos baterías de Lasarte en la defensa de las orillas del río Ishora durante cinco jornadas de intensos combates en un largo frente y concretamente en la 1ª batería, al lado de la 7ª del capitán Vicente Castro Sanmartín, con el teniente Rafael de Oleza también de oficial. Estamos en el subsector comandado por el teniente coronel Araujo. Es la zona conocida como Fábrica de Papel, a la irán llegando los supervivientes de destrozados batallones, dados inicialmente por muertos, y por tanto daremos informes de los pormenores de los hechos bélicos en este punto generalizando las acciones del resto del amplio frente.
José Méndez Lema nacido en Carantoña el 18-10-1919 luchó en la Guerra Civil en donde recibió la Medalla de Campaña el 30-9-1939, por haber participado en la Batalla del Ebro, sector del Segre, en las operaciones de Cataluña y la ruptura del frente de Toledo, por «su disciplina, elevado espíritu militar, digno de elogio», desde el 16-5-1938 al 30-9-1939, como dejó escrito el capitán accidental de su compañía, José Antonio Ezquieta Erdozain, de la 2 Compañía de Camillas del VII Grupo de Sanidad Militar afecta a la I División de Caballería. El navarro Ezquieta también hará la campaña de Rusia. El 31-12-1939 Méndez sigue presente en filas, ya como artillero segundo del Regimiento de Artillería del cuerpo de Ejército numero 41 de Segovia, del que era primer jefe el coronel Eugenio Colorado y Laca, como indica en su parte Manuel Torrente Baleato, comandante mayor del regimiento. En la acreditación Torrente indica que Méndez es del reemplazo del 1940.
En este cuerpo se faja como artillero, y se supone que tras algún permiso, se reengancha en el ejército hasta que se incorpora como voluntario en la División Azul. España permanecerá movilizada toda la década. Al regreso de Rusia, sigue en el ejército, y el 28-7-1944 incorporado al Regimiento de Artillería 41 de Segovia recibe el permiso indefinido y el pase para viajar en tren a Galicia. En total, seis años estuvo movilizado nuestro artillero, la mayor parte en acciones de guerra y en las más crueles batallas, en terribles terrenos y situaciones. En 1944 pasa revista en el cuartel de la Guardia Civil, 4ª compañía, en Camariñas; en 1945 en Vimianzo. En 1946 y en 1947 en Ponte do Porto. El 12-5-1967 se inscribe en Marina, en Camariñas. Emigrará a Venezuela, a Suiza. No dejará de tener contacto con la hermandad de la DEV coruñesa, muy activa entre 1960-65. En 1975 se afilia a falange, «cuando las ratas abandonan el barco».
En total, unos 47.000 soldados sirvieron en la División Azul en Rusia. Cerca de 4.500 de ellos fallecieron, y más de 8.000 fueron heridos. 321 fueron hechos prisioneros de guerra por el ejército soviético. Sólo unos pocos lograron sobrevivir a los largos años de privaciones y trabajos forzados durante el cautiverio. Mientras que la mayor parte de los soldados alemanes, italianos, rumanos y de otras nacionalidades, fueron puestos en libertad tras cinco años en los campos de internamiento; los prisioneros españoles de la División Azul hubieron de esperar hasta 12 años. Los pocos que sobrevivieron al trato infrahumano que se les dispensó, fueron repatriados a España en 1954, llegando al puerto de Barcelona el 2 de abril de 1954 en el ahora célebre barco Semíramis.
Juan José Méndez Lema, hijo de Alonso Méndez Valiña y Generosa Lema Canosa, tenía cinco hermanos: Cándido, Herminia, Manuel, Carmen y Valentín. Tras las dos guerras en las que combatió, emigró a Venezuela en 1954 y a Suiza la década siguiente. Observando los nevados Alpes decía a sus compañeros «aí estiven eu na guerra». Y era cierto, antes de marchar a Rusia se había concentrado, entrenado, en el sur de Alemania, en Grafenwöhr (Baviera). De allí a Polonia y luego andando más de mil km a Rusia. Los testimonios familiares indican que el soldado fue herido en batalla pero en una cura rápida fue habilitado de nuevo en su puesto, ante el ataque incesante de los rusos, rodeados, luchando con todo lo que tenía al alcance y soportando el dolor, posiblemente solo con el apoyo de un trago de coñac o vodka.
No querían quedar prisioneros y defendían su posición hasta la muerte. Por eso su parte de herido indica que fue alcanzado el día 11, pero entra en el hospital de campaña el 12, lo que confirma los testimonios. Entra cuando pudo ser evacuado, al cese de la primera gran ofensiva, tras tres jornadas intensas de muerte y desolación, y suponemos que ya en calamitoso estado. No le gustaba hablar de la guerra salvo en la intimidad de su casa, cuando su hija o sobrinos le sacaban restos de metralla, o vía documentales de tv de la guerra mundial y la civil, que le entusiasmaban, aunque no pocas veces se enfadaba con los periodistas al escuchar datos que el conocía mejor por haberlos vivido en sus carnes. Era un hombre de carácter serio, muy inteligente e ingenioso, sabía leer y escribir en una época en donde el deprimido y miserable rural adolecía de falta de escuelas y analfabetismo.
Poco hablador, salvo entre amigos o parientes, cuando sus trabajos y aventuras en Venezuela o en Rusia centraban su conversación. No le gustaba la televisión pero si la radio y no se perdía los partes radiofónicos de RNE del mediodía. No se olvidó de sus ex compañeros, y formaba parte del grupo coruñés de ex combatientes de la División Azul, la hermandad que editaba el Spanki Jarasho, números que él conservó, desfilando con ellos en varias ocasiones o acudiendo con los camaradas a Santiago de Compostela a visitar y honrar al apóstol. La Virgen del Pilar patrona de los divisionarios estaba entre sus devociones.
Ciriaco Ocampo Pradas, brigada administrativo de su batería informa en el parte de repatriación que recibió por su campaña rusa 1120 marcos, de los cuales envió a España 100, manda 908 al terminar su etapa y lleva consigo 112 para cambiar en Tuy. Medallas, partes, cartas, diez rublos, y hasta una felicitación del Fuhrer por Navidad guarda en su casa de Braño con esmero y orgullo su nieto Esteban Tedín Méndez, también ex soldado de los cuerpos especiales, condecorado. Son una parte de la historia de Europa con nombres gallegos. Allí están escritos de su puño y letra partes, diplomas, firmas de ilustres participantes en la contienda como Esteban Infantes, Lindemann o el teniente coronel de artillería Fernández Landa, segundo jefe de regimiento. En la Navidad del 42 recibió una felicitación de Ernst Bohle, el gauleiter de la organización nazi en el exterior, la NSDAP/AO.
El artillero Méndez, tras su paso por Alemania, en donde normalmente tienen un mes de adiestramiento, llega a Rusia con tropas de refuerzo para aliviar a los primeros contendientes y se incorpora al III Grupo de Artillería 250 en el sector sur, en el Kremlin de Novgorod, donde está ubicada la plana mayor. En este grupo están la 7ª y 8ª baterías. Méndez se ubica en la 1, bajo el mando del valeroso capitán Lasarte. Las baterías lucharan en Krasny Bor. Es pues de la primera hornada de reemplazo, tras la que llega en agosto anterior para convertirse en un regimiento alemán y ser destinados al norte y no a la toma de la capital soviética como creían al salir de España. El soldado vimiancés sufrirá las primeras acciones y el duro invierno que trunca las expectativas alemanas de ocupar Moscú. Forma parte del contingente de relevo a los primeros soldados iniciado en la primavera del 1942, desde la estación alemana de Stablack. Y luchará hasta que una herida lo traslade al campamento y más tarde al hospital de Sluzk en uno de los trenes dedicados al traslado de heridos, conocidos como Violeta y Lilí Marlen.
Su batallón se distingue sobre todo en la batalla de Krasny Bor. Méndez tendrá por general a Muñoz Grandes, inicialmente, y luego a Esteban Infantes, asimismo inicialmente su batallón o grupo (Tercer Grupo Ligero) aparece mandado por el comandante Ramón Díez Ulzurrún, pero finalmente, en 1943 su jefe en las acciones del Ladoga será el capitán Lasarte; lo licencia el teniente coronel Rafael de Oleza Costa en agosto de 1943, capitán jefe de la batería. El jefe del Regimiento es el coronel Jesús Badillo. El 1 de septiembre de 1942 son trasladados a la línea del frente, y el 7 de septiembre relevan a la 121ª División a lo largo de 17 kms en una línea que va desde Alexandrovka a Krasny Bor, a lo largo del ferrocarril Moscú-Leningrado. En el grupo va Méndez, 18 meses en la nieve rusa. El general Muñoz Grandes instala su puesto de mando en Pokroskaia. Es el largo cerco a Leningrado.
La Artillería quedó organizada en tres Agrupaciones de apoyo directo y una de acción de conjunto del siguiente modo: 1- Agrupación de apoyo directo en el sector Norte (105mm) 2- Agrupación de apoyo directo en el sector Centro (105mm). 3- Agrupación de apoyo directo en el sector Sur (105mm). La agrupación de conjunto se situaba en reserva de la División (105 mm). El puesto de mando se situó en el Kremlin de Novgorod. El último parte de guerra se firmó en Pokrovskaya el 11 de octubre de 1943. Dos meses después de la marcha de José Méndez.
En cuanto al reclutamiento, Méndez, como el muchos de los «guripas», eran experimentados soldados salidos de la guerra civil. Otros muchos eran nuevos reclutas jóvenes inspirados enrolados por la propaganda de la época. En los años del hambre, «anos da fame», con una España miserable, con miles de personas muriéndose, con el trote feroz de los caballos del apocalípsis del racionamiento, autarquía, piojos y enfermedades.
Al ingreso ayudaba en gran medida el anuncio de una buena paga y otras promesas, la seguridad de que iban con el mejor ejército del mundo, invencible, ocupante de media Europa. Formaban parte del gran relevo de tropas de inicios de 1942, la mayor parte castellanos y gallegos, necesarios porque se preparaba una gran acción en el verano y las divisiones alemanas andaban ya muy faltas de tropa.
Los soldados cobraban el Plus del Frente (Frontzulage) el cual era de un marco diario para todos los empleos. A diferencia de la Gratificación de Campaña, sólo se abonaba los días en que la unidad o el individuo se hallaban en el frente. También percibía la gratificación de campaña (Wehrsold) que dependía de la escala de empleo, pero por ejemplo para un Capitán era de 407 pesetas cada diez días. Y creo que podría ser la última la gratificación de vestuario (Bekleidungsentschädigung) para que los oficiales se costearan su vestuario, que mensualmente ascendía a 375 rublos o 37,5 marcos de ocupación. En Navidad recibían un aguinaldo de coñac, tabaco, papel de liar. Un paquete español, otro alemán.
Fotos- Familia José Méndez
Fotos soldados- Hermandad División Azul