Alfonso Parada Ulloa nació en Melide y murió de un tiro en la sien en Vitoria-Gasteiz el 8 de mayo de 1998.
Era un Subteniente de la Guardia Civil retirado, apasionado de los pájaros que llegó a a tener unos quinientos canarios.
En esas fechas preparaba un invernadero en una finca de Estarrona:”No sé si para meter más bichos o para plantas” declaraba un amigo suyo a El Correo en aquellos trágicas días.
Compartía pasión por la ornitología con el entonces concejal Alfredo Marco, que comentaba que el gallego “toda su vida se había dedicado a hacer favores a la gente”.
Una tía suya, Felisa Ulloa, declaraba que años antes del asesinato, había recibido amenazas de ETA. Mantuvo una vida social normal sin miedo. Hasta que se la arrebataron con la cobardía habitual.
Un disparo en la sien
Eran cerca de las 2 del mediodía cuando Alfonso Parada Ulloa salió de su casa. Según el testimonio de su hijo Nacho, iba a ver a sus canarios. Se le acercó un terrorista por la espalda y le disparó un tiro en la sien. Falleció en un hospital después de 12 horas en coma.
“Yo estaba en casa. Oí el disparo. Me asomé a la ventana. Y ví los pies…” explicaba Nacho en un testimonio recogido por la Asociación Víctimas del Terrorismo.
La Audiencia Nacional condenó a José María Novoa, Igor Martínez de Osaba y Alicia Lucía Sáez de la Cuesta. Igor disparó, Alicia lo cubrió con otra arma y José María esperó en el coche.
