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viernes, noviembre 1, 2024

Ponte do Porto. Crónica de tiempos perdidos I

PONTE DO PORTO CRONICA DE TIEMPOS PERDIDOS. Por Rafael Lema

Ponte do Porto es una parroquia peculiar de una ría de la Costa da Morte. Singular por su ubicación en la desembocadura del rio do Porto, en la ría de Camariñas, nexo entre el mar y el campo. Por ser un cruce de caminos y una pequeña villa de comerciantes en el centro de una redonda, una micro-comarca autoidentificada por sus habitantes en el antiquísimo territorio de Nemancos. A la sombra del monte Croado, el del mítico reinado de un rey mouro, desde cuyo sillón de piedra se divisan siete parroquias. Ponte do Porto, antiguamente llamada San Pedro do Porto, es la base de esta recopilación de iconos del pasado, a la que incluyo una parte de textos que pueden aportar al lector referencias de interés para comprender el presente y algunas referencia a su entorno. Ponte do Porto, más que ningún pueblo de la Costa da Morte, perdió elementos patrimoniales de una forma imperdonable. Una iglesia románica y barroca parroquial de San Pedro. La capilla barroca de San Roque y Guadalupe.

La desmembración del puente medieval, al que le faltan los pretiles desde 1937. Numerosas casas típicas, la rectoral; algunas casas blasonadas como las de Porto, Barrosas o Dor. El asfaltado de un tramo de calzada romana y más tarde camino real. El abandono y ruina del mayor grupo de molinos de rio de la comarca. Restos de arqueología industrial: aserraderos, alfolís, pesqueiras o ferrerías desaparecidos. En fin, una lista negra que el siglo XX nos dejó, al lado de una marcada decadencia económica, laboral, en los últimos años. La vista atrás, por medio de estas fotos, puede llevarnos a una cierta melancolía, el recuerdo de una villa próspera que vive un letargo de lento y teimudo abandono. Pero también es un ejercicio de belleza estética y de recuperación del legado de nuestros mayores. Rendimos homenaje, aquí, ante todo, a nuestros padres y abuelos, a los que nos precedieron. A los retratistas que realizaron las imágenes: Sellier, Vidal, Caamaño, Avrillon, Sánchez, Blanco, González, Alonso, Leica.

En esta obra veremos calles, plazas, edificios del pasado. Gentes en su vida cotidiana o en las fiestas  y acontecimientos sociales. Deportivos, culturales, religiosos. Entidades emblemáticas como el Casino, el Porteño, la banda de música. La memoria de los barcos de cabotaje que entraban y salían de nuestros malecones. Oficios, artistas y personas significativas. Y una miscelánea de nuestro entorno, vistas de lugares vecinos que nos ayudan a ubicarnos y  también forman parte de nuestra idiosincrasia e intrahistoria. Las panilladas, las regatas de remo, los partidos de fútbol, las ferias de ganado, los conciertos, las comparsas de carnaval, las salas de fiesta, el cine, las tabernas, el teatro de marionetas, las procesiones, los altares del Sacramento, las representaciones de Fátima. Un tributo a los antepasados que recuerdan cuando nos llamaban «Sevilla chica», o «el pueblo donde la noche se hace día».

Ponte do Porto es actualmente una parroquia del concello de Camariñas. Hasta 1970 incluía la cara de mar abierto de Camelle y Arou, hoy nueva feligresía. De los primeros tiempos tenemos túmulos prehistóricos como las dos mámoas de Cruz da Carballa o la de Pena Moura. Son elementos de la fecunda cultura megalítica de la comarca, del 3.500 a. C. O la Mina da Costa dos Cabalos, entre Brea y Lazo. De uno de estos dólmenes poseemos varias hachas de piedra y una lámina de un puñal de sílex. De una época posterior, ya en la Edad de Bronce e incluso en el Hierro, contamos con petroglifos e insculturas en la zona del monte Croado (o Potiño, o Mapa), o Can Ladrón. A las que debemos sumar en los montes de Camelle el «pe do santo», o las desaparecidos grabados de Area do Bote. En donde apareció la imagen del Espíritu Santo en un bote. Desde 1560 hay libros parroquiales. El primero va de 1560 a 1616 (Libro de bautizados de san Cristóbal de Carnés y san Pedro do Porto). Ponte do Porto, Carnés y Leis eran anexos, hasta 1889, en que Ponte do Porto quedó como cabecera de Carantoña. Fue un cura de Ponte do Porto, Alonso López, el que el 6 de enero de 1608 creó la cofradía de san Cristóbal de Carnés y la fiesta Da Faguía. Otro párroco porteño, Francisco Antonio Couto, el que contrató la construcción de la Cerca donde se celebra la fiesta. Y desde aquí se promovieron romerías como la de san Bartolo de Arou, Espíritu Santo de Camelle, la primera aun en vigencia.

El castro de monte Croado fue nuestra base poblacional, una fortaleza llena de leyendas de la que salieron piedras para casas de Vilarellos, Barrosas. Se aprecian sus tres anillos concéntricos de muralla, limitando con Cereixo y Carnés; su croa. Es un característico castro de altura, probablemente de la primera época de esta cultura y en principio relacionado con los primeros habitantes conocidos de estas tierras, los nerios. Una población celta, llegada del sur. Al no disponer de un trabajo arqueológico de investigación sobre este castro desconocemos su datación y elementos singulares. Desgraciadamente en Nemancos no hay ninguno excavado; hay uno parcialmente estudiado en Soneira (Ogas). Pero sí tenemos algunos objetos localizados en este punto y en las cercanías, algunos elementos materiales (molinos da mano, muros, cerámica). Dos ídolos, una colección de puntas de flecha del inicio de nuestra era.

La Edad Media nos dejó dos magnificas obras. La iglesia parroquial de San Pedro da Grixa y el actual puente. La primera solo nos queda en fotos, ya que fue demolida en 1954. Y podemos ver el campanario anexo, barroco, con una singular escultura de ánimas. El puente de piedra sigue en pie, con sus cuatro arcos (dos románicos y dos góticos), pese a haber sufrido agresiones en su estructura, en la plataforma superior, para su ensanchamiento debido al tráfico rodado. Y estas se produjeron en épocas democráticas, como fue la República y la actual democracia, a finales de los años ochenta. La pala demoledora y la ignorancia no entienden de política. El puente lo debemos adscribir al siglo XIII, construido probablemente tras la vista de un rey que estuvo de visita en nuestra parroquia y la atravesó al ir de Cereixo a Xaviña, Alfonso IX en 1228. De este siglo tenemos las primeras referencias a nuestra parroquia en documentos monacales (Moraime, Toxos Outos). Estábamos bajo la influencia de la casa condal de Traba, hasta que en el siglo XV entramos a pasar, como la mayor parte de Nemancos, a la casa de Altamira. Del mismo modo desde la Edad Media serán la casa de Traba y los monjes de Moraime quienes se encargarán del patrocinio de nuestra parroquia, el levantamiento de la iglesia parroquial.

… continuará 

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