La Abuela de Galicia, es Avelina Mouzo Leis que vive en Ponte do Porto, en el ayunytamiento de Camariñas.
Rafael Lema Mouzo
Avelina Mouzo Leis, la abuela de Galicia, cumple esta Nochebuena 111 años y una vez más recibirá en tan señalada fecha la visita del alcalde de Camariñas que le obsequiará con un ramo de flores en su casa del Campo do Outeiro de Ponte do Porto. Avelina vive con sus familiares y le encanta recibir visitas o ver la televisión pero no es raro verla haciendo alguna tarea doméstica. Se encuentra bien de salud con los achaques propios de tan longeva edad pero le molesta su sordera.
A su edad se vale por si misma, sale a pasear, le gusta lavar y colgar la ropa, barrer, «fregar a louza» y conserva una lucidez envidiable. Incluso fue a votar este año y quería hacerlo en la urna «ahí dentro como todo o mundo» y no que le trajeran la misma al coche, dando muestras de su ansia de no molestar y seguir valiéndose por si misma. No entiende mucho el por qué de la celebración de sus años y de vez en cuando pregunta por su verdadera edad para que le repitan bien la alta fecha. Pero reconoce que «a vellez é ben triste, eu nunca pensei que fora unha cousa tan triste» y recuerda algunas anécdotas de la infancia o alguna excursión hecha al Santo Cristo de Fisterra o a las fiestas de la zona. Le gustaría ser moza para «andar por ai adiante» y sobre su longevidad excepcional repite que «a morte non se acordou de min». Pero incide en que nunca fue al médico, salvo algunos achaques.
Se acuerda del médico del pueblo, Manuel Rodríguez, muerto hace algunos años y cuando en una ocasión la visitó a su casa la médica que lo sustituyo Avelina le espetó en la cara «eu quero que veña don manolo que ti es moi fea». Está en el podium de las tres mujeres más ancianas del país.
Avelina Mouzo fue protagonista este año de un trabajo de una joven local sobre folclore e integración local y recordaba sobre todo sus años de niñez y mocedad, los nombres de sus amigas, de su profesora, con el prodigioso don de ser un testigo vivo privilegiado de una época tan distinta pero próxima, porque su vida siempre transcurrió en un entorno cercano, de unas millas en torno a su lugar natal, Vilar de Cereixo. Nació en la vecina parroquia de Santiago de Cereixo (Vimianzo), se casó y vivió en Ponte do Porto (Camariñas), en una vida hogareña y de trabajo, sin viajes ni ausencias de su casa, en un barrio célebre por sus centenarias, como tia Vina, a unos metros de su vivienda, que vivió 104 años. No hace mucho todavía palillaba.
Hasta su casamiento no paró de hacer encaje de bolillos «para ganar para comer» y guarda recuerdos de las palilladas, casas en donde se reunían las mujeres a hacer encaje en torno a una «palilleira» maestra, a la luz de un farol de carburo, con una tarea fija cada día y compartiendo gastos. Espera seguir cumpliendo mas años viendo crecer a sus nietos y bisnietos que compartirán con ella la tarta de un nuevo cumpleaños para seguir batiendo récords.
Tuvo tres hijos pero solo le vive una hija. Cuatro nietos y ocho bisnietos. Nacida en 1901 es la cuarta persona más vieja de España, la tercera mujer, pero iguala ya en años a la tercera que le pasa unos días, el extremeño Francisco Núñez. Es el único hombre entre los diez personas más veteranas. La lista está encabezada por la andaluza Ana María Vela Rubio nacida en 1901.
