Desde tiempos ancestrales, nuestros antepasados han tenido el deseo de buscar un camino más allá del aspecto terrenal, como intentando encontrar respuestas a determinadas cuestiones que miles de años después siguen seduciendo a muchos seres humanos.
Cada persona tiene su punto de vista, pero es un dato certero que la astrología, el tarot o el horóscopo acumulan siglos de historia y se han adaptado con una visión empresarial a los formatos de la televisión, la radio o internet. O sea, sigue habiendo un público fiel a este tipo de cuestiones.
¿Es posible adivinar nuestro futuro? ¿Existe la suerte? ¿Hay personas aventajadas disfrutan de poderes sobrenaturales? ? Preguntas y más preguntas que más que respuestas lo que acaban encontrando son opiniones personales y prolongan debates iniciados desde tiempos inmemoriales.
Es comprensible que las antiguas civilizaciones quisieran saber porque pasaban determinadas cosas. La búsqueda de una lógica se mezclaba a veces en el terreno de la superstición, y las casualidades aumentaban aún más las dudas. Ni los importantes descubrimientos científicos, ni los avances en el campo del conocimiento han desterrado ni la superstición, ni el deseo de atravesar las supuestas fronteras del más allá.
Quizás todos esos ritos paganos, (muchos de ellos apadrinados por el cristianismo, en una acertada estrategia de márketing “primitivo”), dejaron una huella imborrable en nuestro ADN, y la curiosidad nos lleva a seguir buscando respuestas. Porque ha habido investigadores que emplearon su tiempo en buscar explicaciones a todo lo que no era fácil de argumentar desde el punto de vista racional.
Pero no lo han conseguido del todo. Porque sigue habiendo hombres y mujeres que se interesan por temas relacionados con las incógnitas y el misterio, o que piensan que en sus vidas hay influjos que pueden reconducirse en consultas o con determinados ritos .Desde gentes apasionadas por los mensajes que pueda transmitir el centenario Tarot hasta los que creen que todo su futuro está escrito en los campos de la astrología. No es nada de extrañar cuando las propias religiones se sostienen en base a la fe y a la confianza en los textos bíblicos.
A veces, de modo inconsciente o voluntario, se siguen practicando ritos en las iglesias, heredados de viejas tradiciones que sobreviven al paso de los siglos. En muchas personas hay un cierto respeto al más allá. Y también una enorme curiosidad por llegar a saber si en realidad las decisiones de cada día son importantes o somos capítulos de un libro ya escrito.
Puede ser una anécdota pero una de las páginas más leídas de los diarios son los horóscopos, y por otro lado, y como decíamos al principio y parafraseando esa visión empresarial que comentábamos, decir que cada vez hay más espacios en Internet como astrocanal, que ofrecen sus servicios y predicciones en pocos pasos y a golpe de vista. Y es que los trayectos en el metro, en el autobús, las largas colas y esperas muchas veces nos conducen a querer saber un poco más de nosotros mismos y tendemos a mirar lo que hoy depara para leo, aries, cáncer, virgo… ¿Buscamos la suerte y el éxito? A veces esas pequeñas descripciones sean ciertas o no, nos orientan y nos dan pistas… y es que sigue siendo un hecho que las sociedades van progresando, pero aún hay algo que nos ata, nos une y parece como que no quisiéramos desengancharnos del cordón umbilical que nos amarra a viejas herencias que por motivos diversos se mantienen en las sociedades modernas.
Unos pasan con indiferencia sobre estas “curiosidades” y las atribuyen a la ignorancia, mientras otros siguen creyendo que lo sobrenatural puede cambiar sus vidas s. División de opiniones. Como hace siglos.
