A estas alturas nadie duda que la libertad de información y expresión son una parte esencial de nuestra democracia. Democracia que hoy en día muchos ponen en duda con bastante ligereza y asiduidad. Pero también hay quienes sueñan en convertirse algún día en liberticidas por el simple hecho de que no les gusta lo que de forma verídica se escribe sobre su acción de gobierno o pensamiento. Gente a la que le gustaría poder imponer un modelo de información público único y controlado. Pero por suerte para todos, somos muy libres de elegir que publicaciones e información leer. En gran medida porque nuestra Constitución recoge el derecho a recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión. Al igual que con la democracia, también son muchos los que dudan de nuestra norma suprema.
El pasado día cinco, el cuarto diario más leído de España (son más de 565.0000 lectores que diariamente eligen La Voz de Galicia para informarse libremente) daba a conocer la noticia de como todos los coruñeses vamos a perder un espacio público, la antigua cárcel provincial, para que la Marea Atlántica, a través de la plataforma Proxecto Cárcere, lo utilice como centro de operaciones de su partido, así como de plataformas y movimientos afines a su causa. Crónica informativa que recogía como la plataforma ganadora del concurso público, teledirigido de principio a fin y cuyo resultado ya se adivinaba desde hace meses, está auspiciada y promocionada por concejales, cargos orgánicos, militantes, candidatos, asesores de gobierno y firmantes del manifiesto fundacional de la Marea Atlántica, así como por diversos colectivos a los que el gobierno de la Marea adjudicó contratos a dedo. «El poder de la firma». Concurso público sobre el que existe gran opacidad, sin que todavía se haya publicado su resolución. ¿Qué entidades se presentaron?, ¿cómo eran sus proyectos?, ¿cuáles fueron las puntuaciones?, ¿quiénes formaron parte de comité de evaluación?. Son algunas preguntas que por el momento carecen de respuesta.
Volviendo al inicio, hubo a quien parece haberle incomodado bastante la información proporcionada a todos los ciudadanos y decidió, con la misma libertad que parece querer coartar a otros, dar rienda suelta a su inconformismo a través de Twitter, colgando un tuit con 104 caracteres que tilda de «violencia» la información publicada de forma libre y veraz. «Se os medios optan pola violencia, os letrados terán que facer xornalismo: os nosos xa están traballando». Y quien escribe este tuit no es otro que el periodista, jefe de gabinete del Alcalde Xulio Ferreiro, que ahora parece querer jugar a ser también abogado, amenazando con emprender acciones legales porque parece escocerle que se desvele públicamente como gestiona el gobierno local en beneficio de los intereses de unos pocos amigos.
