//Manuel Sambade//
Esta terapia alternativa, que con diferente formato y con mayor número de animales ya ofertan establecimientos hosteleros de la comarca, de interacción entre usuarios y tiene un coste cercano a los 300 dólares por una sesión de 90 minutos en USA, país originario de esta moda. Sin embargo, si sólo se está interesado en la parte del abrazo de la vaca, se puede reservar una sesión de 60 minutos por 75 dólares. Lo dicho, un filón para los ganaderos de la Costa da Morte y del resto de Galicia.
Los ganaderos de la Costa da Morte, esos abnegados profesionales que trabajan los 7 días de la semana, todos los meses de todos los años, podrían estar sentados sobre una mina de oro sin ser conscientes. No más preocupaciones por los bajos precios de la leche, la reducción de la cuota o los problemas derivados del alza de precios del forraje. La solución: pasarse a las terapias alternativas anti estrés y organizar jornadas de interacción entre humanos y animales de granja. ¿Suena a broma? En USA y Europa no parecen considerarlo así y los precios por sesión, cercanos a los 200 euros, son un buen incentivo para arriesgar….nada, pues lo único que hay que hacer es dejar que el usuario de esta técnica relajante se acurruque, abrace y vuelva a sentir el calor de la madre naturaleza entre los lametones de una vaca.
La moda, ¿cómo no?, tuvo su inicio en USA
Desde siempre la medicina ha comprobado que hay pruebas de que los humanos pueden disminuir sus niveles de estrés al interactuar con los animales. Cómo y con qué animal se puede elegir hacer eso es elección de cada uno. Si bien este concepto, en particular, puede sonar un poco extraño, la nueva tendencia terapéutica coincide con otros programas que hemos visto en el pasado. ¿Recuerdan el yoga con cabras? ¿O el yoga con gatos? Si bien el yoga con una vaca puede ser un poco complicado, acurrucarse con ellas podría ser la mejor opción.
Experiencia integral
Diversas granjas norteamericanas ofertan programas denominados la “Experiencia Caballo & Vaca” donde las personas pueden pasar tiempo conectándose con los grandes animales de corral. Pueden interactuar con ellos como quieran: acariciando, cepillando o jugando. Si uno no está de humor para jugar con los animales, simplemente puede acurrucarse con ellos. “Las vacas tienen una temperatura corporal ligeramente superior a la de los humanos y su frecuencia cardíaca es inferior a la nuestra. Acurrucarse con una vaca, sentir que una frecuencia cardíaca más baja y una temperatura corporal más alta, es muy relajante”, indica al respecto el propietario de Mountain Horse Farm, una de las granjas en USA que ofertan tal terapia.
¿Abrazar humanos? ¡No muuuucho!
La única pega de esta terapia reside en los sujetos pasivos de la misma: las vacas, pues si bien esto puede sonar como la forma ideal de terapia para los amantes de los animales, hay otro lado a considerar. De hecho, siempre estará la duda del cómo esta tendencia podría afectar a las vacas, pues, que se sepa, y como señala con sorna un veterinario consultado al respecto, “acurrucarse con la gente no es una necesidad natural de las vacas”.
