Carta de Critias a Terámenes (XIII)
Amigo Terámenes, tus observaciones son correctas; todo Régimen Generoso crea su Liga de Delos, los avasalla y se apropia de su tesoro. El mayor despojo de la historia hecha en su día por nuestros generosos fue superado, hace solo 10 lustros, por el Régimen Generoso que domina estas regiones. Te reirás Terámenes, pero nos imitan en retorica y también usan dichos del estagira sobre que la republica se rige por la Justicia, la Paz y lo conveniente para la comunidad y demás enredos.
La situación económica de nuestros oligarcas es muy boyante. Al estar integrados en su Liga talasocratica carecen de soberanía militar y económica. Astutamente la creación de moneda de uso interno es monopolio de la oligarquía Uro. Y la moneda de uso obligatorio en el imperio talasocratico, el espacio exterior, es monopolio de la otra oligarquía.
A raíz de la sobreacumulación de capital o pérdida de capacidad de generar ganancia en las actividades productivas y la consiguiente caída de la masa de ganancia, nuestros amigos oligarcas destinaron el capital–dinero inactivo a una actividad más lucrativa. Se redujo el capital prestado a interés en las actividades productivas, actividades provechosas que el capital a interés ayudaba a organizar y creaba riqueza y empleo. Hoy esa práctica es marginal. Al no crearse empleo productivo ni riqueza real crece el desempleo y bajan los salarios de los pobres, y con ello podemos obtener más beneficios.
Los boyantes negocios oligárquicos, los legales, son varios, como crear títulos comerciables de capital adeudado que paga interés, y revenderlo a cambio de más interés. Sus bancas privadas también emiten moneda a través de crédito sin existir garantía de producción futura.
El beneficio a crédito (crédito a cuenta del futuro, basado en la buena fe, en la fama o crédito en los bancos oligárquicos) no genera ninguna actividad productiva, pero acumula dinero. Con esta argucia ficticia, y atendiendo al informe anual Basileo, cobran intereses sobre un crédito que es el triple de la riqueza existente. Ganan dinero por prestar tres veces la apariencia de dinero. Así son de avispados.
Hace dos lustros el resultado de la misma actividad fue muy muy muy rentable, el mayor negocio hasta la época. Lo ganado se quedó en los bolsillos de los amigos oligarcas y las perdidas las sufragó el erario público con los impuestos.
Tras ello, la Republica entró en bancarrota y hete aquí que los bancos de nuestros amigos avispados, al tener el monopolio de creación de moneda, crearon más crédito para entregar a la Republica a cambio de intereses reales. ¡Es magnífico! ¡Cobran dinero real vía intereses reales por entregar solo crédito! Los cargos sorteados decisivos que sancionan los contratos públicos son elegidos entre fieles muy capaces y para los puestos inútiles eligen los acordes. ¡Morrocotuda y preciosa creatividad!
Los ciudadanos siervos lo aceptan con la naturalidad acostumbrada. Hoy a los dominantes no los consideran dioses como antaño, mas si héroes ante el éxito para ellos imposible de comprender. Lo oligarcas amigos, los muy campechanos, les regalan cinismo; ante su empobrecimiento les ruegan que gasten con “sostenibilidad”, que su “decrecimiento” sea acorde a la “naturaleza”. Les insisten con desternillante guasa mucho en “renovar”, que “renueven” todo lo “renovable”. Sonriendo se cachondean con el palabro, que es lo opuesto a “mantener” o “conservar”.
Y así paso los días amigo Terámentes, aprendiendo las inteligentes astucias de estos hábiles. Ahora nuestros héroes están valorando cambiar a los caporales y caporalas y designar nuevos cargos sorteados en los puestos lustrosos de la Republica ya que prevén descontento. Lo grave es que están a pique de entrar en guerra abierta con la mismísima Republica de los Siloviky.