“Guía mágica del Camino de Santiago” del investigador Francisco Contreras Gil. Una edición de Luciérnaga del Grupo Planeta que analiza Rafael Lema Mouzo.
«Guía mágica del Camino de Santiago» (Luciérnaga, 2015) de Francisco Contreras Gil es una aproximación a una visión heterodoxa del Camino de Santiago hecha por un peregrino que lo recorrió en cinco ocasiones. La experiencia del último, terminado en mayo del año pasado en Fisterra, es la base de esta obra, un trabajo de campo de investigador y mago, descubridor de enigmas y sueños.
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La vigencia mágica del camino y el bagaje de experiencias y sensaciones ganadas por el escritor desde el primero de los realizados en 2004 nos dejan una obra llena de cariño, más que de crítica a las versiones más edulcoradas u oficializadas. Estos diarios de campo están llenos de polvo de siglos, de aliento vital y actual del autor y de sus acompañantes ocasionales por las rutas de Roncesvalles a Fisterra.
Una ruta de sincronías y diacronías como tal es el mayor camino de peregrinación vivo, resumen de todos los anteriores en todas las culturas y religiones. El único que se refleja en el espejo de las estrellas y acaba en el extremo de la tierra como los sueños del faraón. Nos invita el autor de forma amena a descubrir y emprender el camino que hermana al ser humano con su ancestral y olvidada naturaleza en una colección que debemos agradecer a la comprometida editora catalana.
Al localizar los hitos singulares de la ruta a Compostela y al Ara Solis, nos describe las mágicas casualidades percibidas al pie del Camino y nos aporta las claves para buscadores con la mente abierta por la visión alternativa y heterogénea de la llama esotérica, telúrica. Los pilares del Camino mágico-sagrado y el rumbo al Ara Solis nos llevan por el afán de milenarios caminantes prehistóricos, por el Temple y el Grial, el arte de los canteros, por la vía estelar y la iniciática, al gran santuario occidental del sincretismo, Compostela, ciudad santa grande en arte y en significaciones, cristiana y universal. Habiendo escrito dos libros heterodoxos sobre el Camino en castellano e italiano recomiendo esta obra para los amantes de la España mágica y legendaria pero también para los que necesitan otra interpretación de la historia y del arte, descubrir lo oculto o tapado, el legado siempre renovado de nuestros acerbos, de los que estuvieron antes. Obra humana, demasiado humana.
Santiago de Compostela en este nuevo siglo conserva su atracción como gran centro de peregrinación internacional. El caminante que se acerca hoy a la ciudad lo hace por muchos motivos y causas, no sólo religiosas. Nuestro mundo es otro y otras sus circunstancias, pero sorprende que miles de personas sigan convirtiendo este Camino en el gran itinerario europeo. Como sorprenden el origen del mismo y del mito jacobeo, la leyenda que dio origen a la ruta, el traslado de los restos del apóstol Santiago a la lejana Galicia. El mítico Finisterre. En este marco el autor en su caminar sueña el océano y la tierra de la dea ancestral, la Galicia inscrita en el centro del mundo físico y mental. No en el extremo.
Compostela sigue siendo, ante todo, un santuario católico al que llegan los peregrinos a visitar la tumba del apóstol y la magnífica catedral. Caminantes que también se acercan al mar, como los que les precedieron. Hoy con otras perspectivas y motivos. Pero hace tan solo un siglo el camino estaba muerto, y fue la labor de un cardenal local, en un nuevo ciclo histórico, quien lo sacó del letargo, con el redescubrimiento de los huesos de un apóstol singular, un hombre oscuro en una época nebulosa de la que seguimos conociendo tan poco. Detrás de esta verdad histórica, bajo el grandioso Camino Jacobeo medieval, surge por los poros la antigua ruta al Finisterre.
