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jueves, abril 4, 2024

De las minas de Varilongo al puerto de Vigo

Más de un siglo detrás del volframio.Las minas de Varilongo en Santa Comba son objeto de un libro. Nuestro hombre en el campo de la investigación, Rafael Lema, nos ofrece un documentado reportaje sobre la búsqueda de tan determinante material.

Rafael Lema

Tras el estreno del filme «Lobos Sucios», con  escenas grabadas en las minas de wolfram de Varilongo de Santa Comba dentro del programa Primavera Cultural, Santa Comba acogerá, el sábado 16 a las 18:30 horas, la presentación del libro de la escritora local Carmen Blanco, «O Volframio en Varilongo» que recoge la historia de estas minas entre los años 1941 y 1963, sobre todo durante la Segunda Guerra Mundial el mineral cobró mucha importancia por su valor económico y la lucha entre ingleses y alemanes por obtener el recurso. 

Carballo en un lugar central de la principal zona de producción y con empresarios metidos de lleno en el negocio fue uno de los puntos calientes de esta lucha, con acciones de espías, comercio lícito e ilícito y también varios crímenes en los caminos de la comarca. Santa Comba gracias al mineral en esta época cobró un inusitado auge comercial similar a los pueblos-colmados de la fiebre del oro del Far West. Santa Comba, Lousame, Casaio, Monte Neme fueron lugares ampliamente citados y conocidos en el complejo entramado del espionaje durante la guerra mundial.

Aunque el wolfram fue un mineral estratégico estrella dentro de la maquinaria bélica alemana en la Segunda Guerra Mundial, ya era conocido por su industria mucho antes y había sido buscado en nuestra región por los diplomáticos germanos, con planes muchas veces camuflados de expediciones científicas, geográficas o arqueológicas. Contamos con documentación que acredita como el recurso ya era objeto de investigación por los alemanes en Galicia hace más de un siglo, incluso antes de la Primera Guerra Mundial. 

Así entre la correspondencia privada del padre de la minería moderna en Galicia, el inglés John James Rosewarne, residente en Zas, encontramos un dossier de varias hojas enviado por éste al cónsul alemán en A Coruña Paul Meyer con fecha de julio de 1908. En el informe, Juan el Inglés, como era conocido en su época, anuncia a Meyer su investigación en busca del wolfram, pese a que su labor se centra mas en la pesquisa de oro para empresas inglesas. Los Meyer fueron reconocidos miembros del espionaje alemán, como Conrad Meyer en la etapa de entreguerras. La carta al cónsul alemán da cuenta del interés por este mineral de su gobierno, ya que otras potencias tardaron en sacar rendimiento al mismo al desconocer su proceso. 

Rosewarne relata en el documento que no solo en Galicia busca wolfram sino que acaba de llegar de la frontera portuguesa, en la zona de Salamanca, en donde localizó en Cespedosa del Tormes, cerca de Guijuelo, una gran concentración de mineral, que a su entender se podía llevar por tren desde la estación de Guijuelo a Oporto. Es la mina San Ignacio de 20 hectáreas, para la que pide una pequeña inversión inicial de 600 libras. Este documento excepcional confirma que mucho antes de su aprovechamiento a gran escala en la guerra mundial ya los alemanes y algunos investigadores sabían de filones importantes de wolfram. 

Una de las minas conocidas antes de la etapa nazi era la de Varilongo en Santa Comba, la de Monte Neme en Carballo y otras en la costa ferrolana. En la búsqueda de Rosewarne de oro en nuestra comarca y en Valdoviño logra descubrir otra serie de filones de interés de arsénico, titanio, ilmenita, hierro, estaño, plata, caolín. Con socios belgas, españoles e ingleses explotará desde 1878 hasta 1924 sobre todo oro y caolín, pero sus investigaciones servirán para el trabajo de científicos gallegos como Luis Antelo, Parga Pondal. Y la explotación a gran escala en la posguerra española para la venta exterior. El galés llega con un sindicato escocés a Carballo en 1878, donde empieza su labor en nuestras minas. En 1911 está al frente del The Eureka Explorate Syndicate

Todas las áreas solicitadas actualmente en la zona fueron objeto de estudio de este pionero, como las que integran la zona Isabela y Livia de la veta Vila-Santa Comba, varias en Mazaricos. Corcoesto, o dos minas en Meanos-Zas: Nueva Esperanza y Nueva Esperanza 2.Por la correspondencia del inglés con Antelo desde 1914 sabemos que la Gran Guerra le privó del desarrollo de muchos de sus proyectos, al faltar mercado y financiación, pese al interés de empresarios franceses en estos años por algunas minas descubiertas por Rosewarne en Soneira, Xallas y Ferrolterra. Desde 1922 lo vemos metido ya en el negocio del caolín de Laxe, filones que también él descubre y explota. 

Isidro Parga Pondal elabora un artículo en 1930 en donde cita los recursos de wolfram en Monte Neme, pero al igual que sus estudios sobre el caolín de Laxe son muy posteriores a los de Rosewarne. La guerra del 14 suscitó interés en España por el conocimiento de los recursos propios ante el problema de no poder abastecerse fuera.

El inglés no conoció la época de oro del wolfram, ni siquiera vio interés por su explotación en vida. Desde 1940 Galicia, Salamanca, Portugal, vivieron la época dorada del negocio. En Carballo, A Coruña, Santiago muchos empresarios locales y autoridades e lucraron negociando con alemanes o aliados. La araña, la red alemana filonazi en Galicia tenía muchas arterias. Vigo jugaba un papel fundamental en esta red, como puerto de embarque de mineral, de llegada y salida de cargos nazis, base de suministro de submarinos. Y posteriormente como embarque para el exilio argentino. El mineral de nuestra comarca salia en barco por Vilagarcía, como el de Lousame, pero también por Balarés en Ponteceso. En Vilagarcía había un buen número de empresarios involucrados. La industria nacional necesitaba maquinaria, manufacturas y técnico alemanes. Alemania era nuestro principal mercado.

En los puertos de Corme y Laxe faenaron en los años cuarenta un grupo de barcos peculiares, que por su fisonomía parecían lanchas de desembarco nazis. Son cuatro pequeños mercantes de la empresa minera Kaolines de Lage SL dedicadas a la carga de mineral en esta ría, aunque algunos continuaron en el cabotaje varias décadas y con otros armadores. Son el Rutilo, Kaolino, Titanio, Kromo. No son lanchas nazis, sino mercantes construidos en Galicia, uno en O Freixo y tres en Vigo. 

Los vigueses bajo un mismo modelo, el Kaolino, salido de la factoría Hijos de J. Barreras SA, que sí tiene «padrinos nazis». Y eso aclara el misterio de este grupo de barcos. Se construyeron gracias al apoyo nazi a la industria nacional. Son de poca eslora, muy anchos, de mucha manga, poco calado, descompensados y de mala navegación. 

El calado les permite acercarse a embarcaderos de mineral en zonas de mareas, con peligrosos bancos de arena, al interior de las rías. Un mineral que abastecía a la industria bélica nazi, por otra parte. En la España de posguerra, como en general en la industria nacional desde 1938, la ayuda alemana fue imprescindible en un estado autárquico y sin aliados comerciales. La Alemania nazi colaboró comprando materias primas, vendiendo maquinaria y todo tipo de productos, también enviando técnicos a la industria nacional. Franco por otra parte necesitaba tanto la ayuda de su principal proveedor y cliente alemán como la de técnicos cualificados afines a la República, represaliados y encarcelados, como Parga Pondal y otros. Parga, emparentado con los Peinador y en el equipo de otros dos prohombres de franquismo, los Fernández López, proveedores de carne al ejército franquista, fue uno de los recuperados. 

Por ejemplo, en este grupo estaban los científicos del grupo Zeltia de O Porriño, investigadores comandados por el rojo Fernando Calvet. El trabajo de estos químicos con el ZZ y el DDT unido al caolín de Parga Pondal fueron el gran aliado de los campos gallegos de la autarquía. José Fernández le dijo a Franco que si quería su carne él precisaba hombres de ciencia para sus laboratorios y estos estaban en sus cárceles.

En las relaciones entre la minería coruñesa y de la Costa da Morte con la red nazi, no podemos olvidar el nombre de un gran comerciante del nazismo vigués, Karl August Vorkauft. Desde febrero de 1944 hasta abril de 1945 subjefe del grupo local del partido nazi, oficial y agente nazi según la CIA, pese a que en 1955 intente ser cónsul de la nueva Alemania democrática. Regenta los laboratorios Vorquímica S.L. y Laboratorios Europa S.L. que mantuvieron relaciones con nuestras minas. Además en este grupo nazi de Vigo destacamos a Otto Gardtzen Boyé, importante hombre de la industria marítima gallega, fabricante de máquinas e instalaciones frigoríficas marca Linde para las conservas y de motores marinos marca Otto-Deutz, chasis con motor diesel para transportes y otros productos relacionados con la industria del mar. No pocas minas, pesqueros y barcos mercantes se surtieron de sus talleres, primero abastecidos por el comercio alemán y luego por el contrabando portugués. 

En Galicia el apoyo nazi se evidenció sobre todo en la minería, pero también en la necesitada construcción naval, la automoción, la industria química. El modelo del Kaolino fue copiado por el Titanio y el Kromo, responde a unos planos de lancha de desembarco nazi, usada en canales de los países ocupados. Además incorpora motores entregados por la ayuda de la Alemania nazi a Franco, en fábricas ocupadas o al servicio de la maquinaria de guerra alemana, como la Werkspoor holandesa o la Ganz húngara. Metales y otros componentes también proceden del auxilio nazi, con una importante colonia en Vigo, en lo más alto del escalafón social y socios comerciales falangistas. 

El Kaolino fue el primero, ya que se inició en 1940, pero los problemas de suministros, quizás económicos, o contratiempos técnicos (por ser un tipo nuevo, una adaptación, por fallos) retrasaron dos años su vida activa. El casco estaba terminado en noviembre de 1941, lo que nos da una pista del problema: pertrechos, máquinas, instrumental. O sea, importaciones, en un país bloqueado y con una Alemania (único recurso) necesitada de una industria nacional al servicio de su maquinaria de guerra.

La escritura de propiedad del Kaolino fue firmado en Vigo el 23-12-1941 por el representante del astillero, José Barreras Massó, y por Isidro Parga Pondal, como representante de Kaolines de Lage SL. Los datos de la hoja de asiento, dada en Corme el 30-6-1942 por Jaime Arriandiaga, ayudante militar, coinciden con los modelos del Titanio y Kromo. Este asiento nos informa que el casco fue terminado el 5-11-1941. El 6 de febrero de 1943 recibe el certificado de la inspección general. Lleva un motor Barreras Werkspoor TMGF 5213, construido nuevo en Barreras, propulsión diésel, combustión interna. La hoja de asiento incorpora el coste. 275.000 pts es el precio total del barco. 46.000 son los materiales del casco, 54.000 los jornales, 110.000 el motor, 75.000 instalación de máquinas y pertrechos. Se indica que se usan materiales de construcción nacional. Es de casco de acero, con distintivo EA-2658, de la 2ª lista. Sus medidas: 21×5,8×2,25 metros. Motor de 90 hp, velocidad de seis nudos. Podemos ver un modelo similar de motor de la Mv Werkspoor de Amsterdam en 1949 en el MS Marne. También el MN Ciudad de Ferrol, en 1952, lleva un Werkspoor VES 604/90. El Titanio usaba un Werkspoor. El Kromo por su parte usaba un motor Ganz húngaro. El Rutilo se construyó en O Freixo en 1929, y fue abanderado en agosto de 1931. Se hundió en 1961 en Caión. Tenía 50 toneladas. No es un barco de posguerra, por lo tanto se escapa a la clasificación filonazi de los otros tres, que salieron de la factoría Hijos de J. Barreras SA. El Kromo se empezó el 14-3-1941, se terminó el 10-12-1941, se abanderó el 18-7-1942. El Titanio se inició a finales de 1940 y se abanderó el 16-6-1942. El Kaolino se construyó entre 1940 y 1941, abanderándose en 1942. 

Veremos el tipo de motor y potencia del Kaolino y hermanos en modelos de la Armada nazi como los siebeld ferries. Es curioso que el motor de un avión alemán FW abatido en la 2GM cerca de Corme fue incorporado por un mecánico mañoso al pesquero local Alonso, vendido a Camelle. Las innovaciones producidas por las necesidades bélicas se trasladan a la marina civil. Y cuando se produce una serie de éxito, el modelo tendrá sucesores. En la Marina alemana de la 2GM también se acorta la eslora, aumentando la manga y agrandando la cubierta, en los modelos perfeccionados, buscando la lancha de desembarco ideal, un modelo claro y eficaz, para canales y pantanos. Es el modelo copiado en Vigo para la minería de las complejas rías.

fotos- Archivo Rafael Lema- Foto Kaolino J.R. Varela – Imágenes de Lobos Sucios

@AdianteGalicia

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