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viernes, marzo 8, 2024

Luis Candendo: el trabajador afiliado a la UCD asesinado en la puerta de su casa

Luis Candendo Pérez se marchó de As Cortes-Leiro,Ourense, en busca de un futuro mejor y después de una estancia en tierras asturianas se asentó en la provincia de Guipúzcoa, concretamente en la localidad de Antzuola.

Era un oficial de primera de Altos Hornos de Bergara. Había echado raíces casándose con María Luisa Zabala, con la que tenía tres hijos. En noviembre de 1978 llevaba 22 años trabajando en la citada empresa y tres años más en tierras vascas.

Como nos cuenta Gorka Angulo en su libro “La persecución de ETA a la derecha vasca”, Candendo “se comprometió con la libertad y la participación afiliándose a UCD porque Mayor Oreja y su proyecto le inspiraban confianza”.Pertenecía a una sociedad gastronómica (Danoka Bat).

Aquel 9 de noviembre, Candendo, siguió el cronograma de una jornada normal. Al llegar del trabajo, detuvo el Renault 8 delante de su vivienda en el barrio de la Antigua. Tocó el claxon, para que María Luisa le acercara la merienda. Acto seguido seguiría el trayecto hacia la sociedad.

Ese día ella misma vio como un asesino con la cara tapada con un pasamontañas rojo, se acercaba al coche y realizaba un disparo a través de la luna delantera. Otro terrorista remataría la faena cuando el orensano pretendía salir del vehículo. Se encontraron diez casquillos, ocho de ellos alcanzaron a la víctima. Para culminar la biografía de un trabajador de 42 años y amargar la vida de su familia.

Sus tres hijos, de entre 7 y 13 años, perdían a su padre mientras estaban viendo la televisión.

Alrededor de trescientas personas acudieron al funeral celebrado en la iglesia de Nuestra señora de la Piedad. No faltaron Jaime Mayor Oreja y otros dirigentes de la UCD, que despidieron a la primera víctima moral de este partido.Fue enterrado en el panteón familiar del pueblo.

ETA reivindicó el atentado. El asesinato quedó impune. Y sin esclarecerse.La justificación para el crimen, por parte de ETA, fue que Candendo era un confidente de la Policía y formaba parte de grupos parapoliciales.

La Gaceta del Norte recogía un testimonio vecinal: “Lo único que hizo en su vida fue el bien. Muchos jubilados de este pueblo le deben a él las pensiones que cobran. Siempre estuvo trabajando en favor de los obreros”.

Pasaron 44 años de aquel jueves de sangre y tristeza. Años más tarde, Gorka Angulo, visitó la localidad:”Casi cuarenta años después del asesinato de Luis Candendo Pérez hay en la gente de Anzuola una mala conciencia colectiva por algo que no se hizo bien en en pasado y que impide hablar con libertad. En el barrio de la Antigua le cuesta hablar a los vecinos”.

El periodista también apunta: “Ni en Antzuola ni en las modestas viviendas de la Antigua recuerdan a Luis Candendo y José Fernando Artola. Más bien no quieren recordarles”.

Aquí lo recordamos con este reportaje. A Luis Candendo Pérez, asesinado por ETA el 9-XI-1978

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