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miércoles, enero 15, 2025

La Royal Navy salió al rescate del Camino Jacobeo hace 110 años

Rafael Lema// Manuel Vidal lo contó en su libro “La tumba del Apóstol Santiago”.

Hace 110 años la Royal Navy salió en defensa del Apóstol Santiago y se convirtió en el principal apoyo internacional del Camino Jacobeo en su nueva era, la que hoy vivimos. Hasta el acorazado inglés Warspite fue dotado por el cardenal Herrera de una capilla jacobea. Hecho que es necesario reivindicar en estos tiempos de mayor afán político en alejamientos que en hermanamientos.

Flujo de peregrinos ingleses a Compostela

Los peregrinos del norte de Europa o de las islas Británicas jugaron un papel importante en la promoción y seguimiento del Camino de Santiago desde sus inicios, por la vía marítima. En 1443 partieron de Inglaterra 63 naves con 2.990 peregrinos. 

En cuanto a los romeros ingleses, pese al freno que supuso el reinado de Isabel I con la persecución y matanza de católicos, o la furia iconoclasta Tudor, no dejaron de venir a Compostela de forma clandestina en la Edad Moderna. Con todo, en el siglo XIX el Camino de Santiago era solo un recuerdo lejano, hasta en Galicia, y el cardenal Payá se propuso su recuperación, con el redescubrimiento de los restos apostólicos en 1879.

La Royal Navy también fomentó el Camino de Santiago

Menos conocido es que además de la iglesia gallega fue la Royal Navy la gran fomentadora del renovado culto jacobeo y del actual Camino de Santiago desde el año santo de 1909. Las congregaciones de marinos ingleses eran las únicas extranjeras que acudían a los primeros años santos, nutridos básicamente por las excursiones de las parroquias y cofradías del arzobispado compostelano. 

Y este notorio impulso de la Royal Navy animó también al interés de la prensa y la cultura en las islas por Compostela, la recuperación de sociedades de amigos del camino y los estudios del tema. 

La guerra mundial y la española frenarían esta acción hasta que de nuevo se renueva en el año santo de 1954 y con la extraordinaria obra del irlandés Walter Starkie, entre muchas otras cosas autor del libro «The Road to Santiago: Pilgrims of St. James (1957)», dedicado a la recuperación del fenómeno jacobeo en España.

El Cardenal Martín de Herrera

Hace un siglo el cardenal Martín de Herrera impulsó las peregrinaciones colectivas a la tumba del apóstol, organizadas por los obispos gallegos, en los años santos de 1909, 1915 y 1920. 

Herrera según Rey Alvite fue «el más entusiasta devoto del Apóstol Santiago«. Parroquias de toda Galicia nutrían este nuevo fervor peregrino. En 1909 fueron 139.849 los fieles que entraron en la catedral, en 1915 eran 97.825 y en 1920 llegaron a 110.834. Casi la totalidad gallegos, en procesiones parroquiales; por ejemplo en 1920 solo 757 llegaron de fuera de Galicia, y muy pocos eran extranjeros. En este caso, marinos ingleses.

“La tumba del Apóstol Santiago” de Manuel Vidal

De todo esto nos dio fe Manuel Vidal en «La tumba del Apóstol Santiago» (Seminario, 1924), viejo ejemplar que guardo en mi biblioteca familiar. Vidal explica en 1923 que «la nación de Europa donde se conserva hoy más viva la antigua devoción al Sto. Apóstol, es Inglaterra». «Inglesas son las únicas peregrinaciones colectivas que en los tiempos actuales han renovado la tradición medioeval de la romería jacobea» indica el olvidado autor galleguista.

En 1909 llegó a Santiago la primera peregrinación inglesa, tras tres siglos y medio de interrupción, presidida por monseñor Bourne, arzobispo de Westminster, asombrando por el fervor religioso de los romeros. Incluso el cardenal Herrera participó con entusiasmo al papa Pío IX la nueva de tan notable acontecimiento. 

Nutrían la marcha sobre todo marinos católicos de las escuadras británicas que hacen escala en la ría de Arousa, y desde esta inicial romería fueron muchas las visitas de marinos de la Royal Navy, de manera anual (no solo en años jacobeos, como los fieles gallegos «sugeridos» por su párroco), levantando las simpatías de los compostelanos. En todas las ocasiones eran recibidos de forma ceremoniosa por autoridades eclesiásticas y civiles. 

El vuelo del botafumeiro

En la catedral se izaba la bandera inglesa, oían misa y comulgaban. El capellán director de la peregrinación pronuncia una plática recordando la antigua devoción de sus antepasados y se cantan conmovedores himnos religiosos católicos ingleses, como el que reza: «Fe de nuestros padres, Fe santa, Fieles a ti seremos hasta la muerte». 

Vuela el botafumeiro y los marinos abrazan la santa imagen. Los recibe el cardenal que les entrega medallas y estampas. Es de destacar que estos marinos participarán en la Gran Guerra, donde muchos serán héroes militares, sirviendo en famosos navíos; también que el número de irlandeses en las comitivas en esta época debió de ser notorio.

Peregrinos en la puerta del Obradoiro

Recordadas peregrinaciones fueron la del 26 de marzo de 1920, con 67 personas, presidida por el P. Hungerford Pollen, capellán del acorazado Warspite, los oficiales Mr. William C. O Connor y Mr P. O. Mahoney, el guardia marina Mr Barthon y el agente de Vilagarcía Manuel Vidal. La del 24 de enero de 1922 se componía de 400 peregrinos, presidida por el P. Laurence Mann, antiguo benedictino de la abadía de Fort Augustus y capellán jefe de la Royal Navy. 

Un contramaestre conducía la bandera nacional coronada por la cruz. Dos canónigos los recibieron en la puerta del Obradoiro. Los marinos en el coro cantaron los himnos «Salve Regina», «Corazón de Jesús que todo abrasa» y «Al Salvador». El coro de voces de la capilla de la basílica, acompañado por el órgano cantó el himno de las peregrinaciones. La comitiva fue saludada por el alcalde y corporación, a los sones de la banda municipal.

La del 8 de febrero de 1921 constaba de 60 peregrinos de las dotaciones de los acorazados Royal Kap, Resolution, Revenge y Ramillies; y de los cruceros Conventry y Snapdragon. Presididos por el P. Alexius Calderbank, guardián del convento de capuchinos de Holton, nombrado capellán católico de la escuadra al estallar la guerra, y condecorado con la Legión de Honor de Francia. 

El 26 de febrero del mismo año llegaron 62 marinos de los acorazados Barham, Warspite y Valiant; los destroyers Bruce y Viscount y del barco taller Greenwich. Presidida por el P. Hungerford Pollen. La del 9 de marzo constaba de 101 tripulantes de los acorazados Hood, Tiger y Repulse, presidida por el comandante Mr. B. Coppinger y el P. Laurence Mann.

Regalos para el Warspite

 Costeado por devotos de Santiago y Vilagarcía se regaló a la capilla del Warspite un tríptico portapaz, para ser llevado a los otros barcos. La talla era obra del maestro Mata Rodríguez y la pintura del sacerdote Ángel Rodríguez Moscoso. En el centro el retablo lleva a Jesús con la cruz a cuestas y el Corazón coronado de espinas, a los lados las imágenes del Pilar y Santiago. 

Al día siguiente se inauguró este altar jacobeo en «suelo británico» a bordo del Warspite, surto en Vilagarcía, a la vez que se hizo la solemne entronización del Sagrado Corazón de Jesús, oficiando el canónigo D. Antonio Villasante, por delegación del cardenal. Como curiosidad ese día de fiesta hubo football en el arenal arousano.

Dibujos de Díaz Baliño y fotos de Ksado

Manuel Vidal en «La tumba del Apóstol Santiago» aporta fotos de Ksado y dibujos de Camilo Díaz Baliño, entre ellos una preciosa portada. Vidal fue autor también del drama histórico «La reina Lupa«. El l7 de mayo de 1923 tuvo lugar su representación de esta obra en el Salón Teatro de Santiago, con motivo de la toma de posesión del nuevo arzobispo Manuel Lago y González. Vidal destaca el aprecio del público a los decorados hechos por Camilo Díaz (padre de Isaac Díaz Pardo), sobre todo por un aclamado cuadro policromado del Pórtico de la Gloria.

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