Es una colina como su tocaya romana y popularmente se le denomina O Vaticano, pero está en Ponte do Porto, en la ría de Camariñas. Su nombre oficial es O Campo do Outeiro, el otero más célebre del municipio ya que tuvo edificios oficiales y es plaza de concurridos eventos.
Aquí durante dos siglos se celebraba la feria de ganado más importante de la ría, que recuerdo de niño; se sigue organizando desde hace cuatro décadas la popular sardiñada de San Pedro. Hoy es sólo una plaza residencial, con nuevos vecinos que han restaurado antiguas casonas de cantería; pero tuvo una escuela de primaria, correos, un bar, una panadería, un ultramarinos y un cuartel de la Guardia Civil.
Un parque infantil
Así que no hubo guardia suiza pero sí hasta 14 agentes de la Benemérita. Una de sus casonas más destacadas fue la vivienda de un cura y sonó para ser usada como rectoral. Uno de sus vecinos tuvo un heroico comportamiento en la Segunda Guerra Mundial, en la División Azul, que entre sus fines pretendía acabar con el comunismo y abrir las iglesias en Rusia. Varios lucharon en la guerra civil, entendida asimismo como una cruzada nacional católica, e incluso fue refugio de un militar carlista en otro conflicto lejano. Es cuna de religiosos. Así que medallas en defensa de la fé atesora el campo. El ágora es hoy más conocido por el parque infantil que se ubica en medio. Y porque le siguen llamando O Vaticano, nombre estos días que abre cada telediario.
Desde mediados del siglo pasado el alcume se instaló y ahí queda, ya que la mayoría de sus vecinas destacaban por su religiosidad y colaboración en la Acción Católica. Las casas ya no están tan llenas como antaño pero sigue habiendo vecinos comprometidos con la labor pastoral, catequistas, miembros de congregaciones religiosas, organizadores de pasos en Semana Santa y de los altares callejeros en las patronales. Varios portapaces con imágenes religiosas recorren las casas, con estancias de unos días en cada hogar.
Visitas al «outro» Vaticano
Un vecino, José Moledo, reconoce que en su casa hay catequistas y que «o ano pasado seis parentes foron a Roma e visitaron con emoción o Vaticano». O outro Vaticano. Por ello nos indica que la muerte del papa fue una sorpresa y se siente en el barrio, porque era una persona cercana. Aunque los porteños conocieron a otro papa, Juan Pablo II en su visita a Santiago, a donde acudieron con dos autobuses llenos.
También José María Fernández, que adquirió el edificio del viejo cuartel para un proyecto hostelero, reconoce que tenía parientes en la plaza muy devotos, y que en Ponte do Porto la zona se conoce por O Vaticano. El funeral por el Santo Padre se vivirá especialmente en O Campo do Outeiro.
