El Solway, vapor de palas de la Mala Real Inglesa, se perdió en los bajos de Baldaio en 1843. En ese año empiezan a hacer escala en A Coruña dos veces al mes los modernos y lujosos vapores de línea de la Royal Mail. El 5 de abril llega el paquete comandado por el heroico capitán escocés Duncan.
El buque de carga y pasaje es uno de los pioneros en cruzar el Atlántico a vapor, pero no logra atravesar las oscuras puertas de la Costa da Morte (sin faros y sin tal nombre), se pierde en la costa carballesa en una noche con buena visibilidad y sin excesivo mal tiempo el 7 de abril. Da en los temibles bajos, se hunde en 25 minutos, con un balance de 98 personas salvadas y 35 desaparecidas. El pecio fue localizado hace unos años y es objeto de las pesquisas de buscadores de naufragios y tesoros submarinos. ¿Qué procuran en Baldaio? Uno de los más famosos piratas modernos también indagaba sobre este caso en 1995.
Un cazatesoros sueco en Laxe
Un veterano del desguace y salvamento, descendiente de familias que figuran con letras de oro entre los «homes do ferro» atlánticos, recuerda la primera vez que vio al mayor apañador de tesoros submarinos moderno de nuestra costa, el sueco Sverker Hallstrom, «o ladrón do Douro».
El pirata desde 1992 empezó sus campañas en busca de las cajas de caudales del Rms Douro enfrente a Laxe, a 12 millas de la costa; con un robot, sonar, vídeo-cámara, leading-edge equipment, en una improductiva campaña inicial que tuvo su continuación en 1994. Un año más tarde, con un permiso legal, en donde para nada se indicaba este trabajo, localizó el pecio del packet y su carga. Pasó muchas veladas de copas y juergas en Laxe y Malpica, contrató «nativos» bien pagados, barcos conocidos que le ayudaron en sus pesquisas y latrocinios.
Saca a saca, con nocturnidad y alevosía fue retirando a su almacén de tierra 30 lingotes de oro, tres kilos de oro en polvo, 20.000 monedas, la mitad por lo menos del dorado metal. Muchas subastadas en la red, otras en la Christie’s de Londres (21-11-1996). El último día de trabajo, el espigado sueco, con la zodiac repleta de bolsas de monedas y lingotes, agarró una saca y se la regaló al patrón malpicán que le ayudaba. Se acabó la empresa. Algún piso en A Coruña se compraron los ayudantes de la zona en estos meses de vandalismo.
Mi amigo evoca aquella cita con el esquilmador de tesoros. En un restaurante propiedad de su padre en A Coruña se celebró una comida con el cazatesoros sueco; un hombre alto, enjuto, venosa piel aladrada por el sol y la sal, de marcado aspecto nórdico, sesentón; acompañado de una espigada joven filipina que no alcanzaba los veinte años. Allí estaba mi amigo, con su padre y el responsable marítimo de Laxe. El sueco ya argallaba en el pecio del Douro, aunque a estas alturas se desconocía la dimensión de su labor en las aguas de Laxe y Camariñas. En la cita preguntó a sus interlocutores por distintos pecios que para él tenían interés, y las posibilidades de conseguir permisos legales para «andar ao ferro», el despiece tradicional y legal.
Objetivos: Skyro y Solway
Pero sus deseos se fijaban en dos barcos, el Skyro, perdido en Os Meixidos; y el Solway, en Baldaio. En ambos el nórdico creía que se conservaban tesoros submarinos, cargas valiosas que debajo del mar no hacían nada. El padre de mi amigo, uno de los grandes buzos gallegos del pasado siglo, le comentó el caso del S.S. Skyro, «o vapor da prata».
Un mercante inglés perdido en la costa de Muros en 1891 con un cargamento de plata valorado en 10.000 libras del momento, y 300 toneladas de plomo, a más de 50 metros de profundidad. Pero le informó que en 1897 habían logrado extraer la plata; y en 1961, la empresa Risdon Heazley, poseedora de los derechos de los restos, localizó la carga de plomo. Así que quedaba el Solway. ¿El último tesoro del mar gallego?
A los participantes en la tertulia de lobos de mar, al lado de una botella de Vat 69, les sorprendió la atracción del rescatador por el Solway, ya que no se tenía por un depósito especialmente interesante en cuanto a portador de metales preciosos. Ni siquiera se cubría de leyendas como las referidas al HMS Serpent. «Nos causó extrañeza su fijación en Baldaio, a la que no se tenía por sitio de valor, de acción de chatarreros como Lira o Meixidos, Camariñas. El sueco ya estaba sacando en el Douro, pero no lo sabíamos» recuerda mi interlocutor.
En el siglo pasado los chatarreros que faenaban en Camelle, Corcubión, A Coruña iban «a la aventura» a ciertas zonas secundarias en donde no se ubicaban pecios bien marcados, con información precisa, como Sisargas o Baldaio. Sin permisos ni haber comprado el pecio, buscando barcos que no eran de nadie. En este caso, Baldaio sí era una buena zona para indagar, rebuscar. Actuaron en el Solway o algún otro barco desconocido. Se hablaba de una caja fuerte, de la localización de la primera embarcación del paquebote que se perdió, un cúter.
Sin embargo, tanto el Douro como el Skyro y el Solway eran viejos conocidos de los ladrones del mar ingleses. El adventurer Thomas Pickeford los cita en su célebre libro de tesoros submarinos de 1949. «Douro, 1882, 53.000 pounds. Bay of Biscay». Su hijo Nigel investigó el naufragio durante diez años. Y aparece el Solway, otro objeto de deseo muy cerca de la costa carballesa, a 22 metros de profundidad. Carga general, correo, «and one box of specie containing 1300 pound sterlings». That’s the question (música y letra de Ray Gallon).
El lujoso Rms Solway hundido en 1843 puede guardar en sus sentinas 1300 monedas de oro inglesas. Juan Campos ya cita este baúl con dinero en metálico. Aunque el pecio a 13 brazas fue objeto de desguace, la inquina de los modernos saqueadores parece indicar que aún no alcanzaron el oscuro objeto de deseo. Tampoco es inestimable su menaje, las pertenencias de un pasaje de clase media y alta, iniciador de los viajes trasatlánticos y de placer.
Inmersiones nocturnas
El caso es que desde la Real Liga Naval Española denuncian la presencia constante en los últimos años de lanchas de pesca (al erizo, algas) o deportivas, actuando muchas veces de noche en inmersiones realmente sospechosas en la zona del pecio y en otra cercana. Embarcaciones de la comarca. En este segundo caso, desde la entidad apuntan a la existencia de un viejo mercante a vela español, tipo corbeta, procedente de América con barras de bronce y cobre destinadas a la ceca de Xubia. Especialmente activa desde 1812, por lo tanto lo enmarcan en el siglo XIX y posiblemente aún en plena y conflictiva era napoleónica.
Algunos lingotes, de forma redondeada, llegaron al mercado negro gallego, confirmando la necesidad de protección de Baldaio como sitio de interés arqueológico. Del mismo modo, alertan desde la RLNE de la venta en internet de objetos que pueden ser del Solway en reconocidas casas inglesas de subasta de efectos navales.
Es uno de sus campos de trabajo actualmente. Igual que en el caso del Douro, algunas muestras, al parecer localizadas de forma espontánea, son dadas a conocer públicamente y descargadas en los puertos próximos, pero confirman la constante intervención en estos puntos calientes de propios y extraños. La delegación de la RLNE en la Costa da Morte entiende que en concreto estos dos pecios localizados en Baldaio deberían ser objeto de campañas sistemáticas de investigación.
Otro sitio de especial interés en donde denuncian la presencia de merodeadores apañando piezas del mar de manera continua y oscura es en la ría de Viveiro. En concreto en lo que parecen los restos de un galeón español con carga valiosa, en la cara este de la bahía, muy cerca de tierra, en la marca 43º41´49´´N- 7º35´10´´O.
DATOS DEL RMS SOLWAY
RMS SOLWAY. 7-4-1843. Lugar: Baldaio. Royal Mail Line Steamer Packett. De Londres a las Indias Occidentales con 1300 libras en especias y pasaje. Sale de Londres, hace escala en A Coruña de donde parte el día 7 de abril y se hunde en la medianoche del mismo día a 15 millas, al dar en unos bajos en Baldaio. Construido en 1841, con 1700 grt; medidas: 74,7×19,8×9,1 metros; casco de madera; una máquina de 1,2 cilindros, vapor de palas de ruedas, una chimenea y tres mástiles; 400 ihp, velocidad 9 nudos. Vela y motor. Constructor: Mcmillan A. & Son Ltd. – Archibald Mcmillan, Dumbarton. Motor: J. Caird & Co., Greenock. Armador: Royal Mail Steam Packet Co. Ltd. (Royal Mail Lines), London.
Su sobrecargo Mr Lane volvió a naufragar en 1846 en el Great Liverpool en Cee; primer gran vapor de pasaje naufragado en España y primera gran pérdida de la RMSP. Capitán R.C. Duncan.
El primer gran barco naufragado de la compañía RMSP, pues el segundo, Medina lo fue en 1844. Anteriormente habían perdido la pequeña goleta de madera Isis. La RMSP empezó a construir 14 vapores a paletas de unos 1800 tn, 1285 tn brutas, con motores de Maudsley Sons and Field, en la ruta de Blackwell-Londres a las Antillas. El Solway inició esta ruta vía Vigo el 17.12.1841.
Criticaron duramente en Inglaterra, tanto armadores como gobierno, la falta de ayudas a la navegación, como faros, señales marítimas, en Galicia, y por ello estas líneas dejaron de usar el puerto de A Coruña como escala. Así de nuevo regresó a Southampton el barco pontón usado para abastecer de carbón los barcos en nuestra costa, el coal bunker North Britain. RMSP desde 1875 empezaría a hacer escala en Vigo y Carril en su ruta a América del Sur. 98 salvados; 35 muertos, incluido el capitán Duncan. Nacionalidad: Inglesa.