El 31 de octubre de 1979, Manuel Fuentes Fontán, de 29 años, se despidió de su novia en Portugalete para dirigirse al cuartel de Santurce. Al bajar del domicilio, sin previo aviso, dos terroristas de ETA, escondidos tras pañuelos y capuchas, dispararon a menos de cinco metros de distancia con un subfusil y una pistola.
12 impactos de bala en el cuerpo de Fuentes Fontán
El Guardia Civil pontevedrés estaba vestido de paisano y tenía un Renault 7. La víctima quedó mortalmente herida, con una docena de impactos en su cuerpo, mientras los perpetradores huían en un Renault 4. Pero todavía pudo tocar la bocina del coche para pedir auxilio.
A pesar de los esfuerzos, Manuel sucumbió a sus heridas minutos después de ingresar al hospital San Juan de Dios de Santurce.
Según el hospital, el cadáver presentaba las siguientes heridas producidas por arma de fuego: en región mamilar; en región torácica izquierda, otra en hombro izquierdo en región subescapular, en brazo derecho, dos en región lumbar dos en cadera izquierda, una en muslo izquierdo y otra en la pierna Izquierda.
Entierro en Galicia
Tras el asesinato, la comunidad se unió en una manifestación de protesta en Portugalete, clamando por la paz y el fin de la violencia terrorista. Sin embargo, la investigación del caso ha sido un camino lleno de obstáculos.
A pesar de los intentos de la Fiscalía por llevar a los responsables ante la justicia, el Tribunal Supremo, declaró que el delito había prescrito al no identificar a los autores y por la supuesta falta de pruebas de tenencia ilícita de armas.
Fuentes se enterró en Galicia. Miles de personas lo acompañaron en su Pontevedra natal. ”En respetuoso silencio, solo alterado por vivas a España y una impresionante ovación al salir el féretro del templo, se procedió a la conducción del cadáver al cementerio parroquial de Mourente, donde fue Inhumado” contaba en aquellas fechas La Voz de Galicia.
Había pedido el traslado a Pontevedra
El agente gallego quería marchar del destino pero estaba a la espera ya que tenían prioridad los guardias casados.
”Hace poco pidió el traslado a Pontevedra, pero le dijeron que debía esperar, ya que los casados tenían prioridad. El no estaba a gusto aquí, aunque era una persona de muy buen humor, que siempre estaba sonriendo” declaraba su novia Francisca en aquellos días.
El atentado contra Manuel Benito Fuentes Fontán no es un caso aislado. Más de 300 atentados de ETA han quedado sin resolver, dejando a las familias de las víctimas en un doloroso limbo de incertidumbre.