La Historia de Los Tamara nos traslada a la vibrante escena musical de finales de los años cincuenta. Esta legendaria banda gallega, fundada por Prudencio Romo, Alberte Romo, Manolo Paz, Xosé Sarmiento, Germán Olariaga y Enrique Paisal, se formó con un objetivo claro: trabajar en el extranjero y explorar nuevas oportunidades más allá de las fronteras españolas. A lo largo de los años la nómina de componentes de ampliaría.
Aunque iniciaron su periplo en 1958, fue en 1961 cuando se incorpora el “crooner gallego” y carismático intérprete, Pucho Boedo, que entra para sustituir al vocalista de entonces durante unas actuaciones en Francia.
En las décadas siguientes, Los Tamara se consolidarían como una popular banda de pop, dejando una huella indeleble en la industria musical. Revolucionaron la música gallega, introduciendo un sonido fresco y distintivo que cautivó al público.
Su nombre, Los Tamara, se inspiró en el antiguo nombre del río Tambre, que atraviesa la ciudad de Noia. A medida que ganaban prominencia, Los Tamara grabaron la primera canción pop de la historia en gallego, titulada «Galicia terra nosa» , solidificando su estatus de pioneros.
Este artículo se adentra en la fascinante trayectoria de Los Tamara, rastreando sus orígenes hasta Noia, A Coruña, y destacando sus importantes contribuciones al mundo de la música.
Los Tamara se forman en 1958
El viaje de Prudencio Romo y su hermano Alberte, a los que se unieron Manolo Paz, Xosé Sarmiento, Germán Olariaga y Enrique Paisal, comenzó en 1958, cuando se embarcaron en una extraordinaria misión para buscar oportunidades más allá de las fronteras nacionales.
En aquella época, aventurarse fuera del país era toda una hazaña, pero estaban decididos a dejar huella en la escena musical. Con su sonido y estilo únicos, Los Tamara se convirtieron rápidamente en una de las bandas de pop más populares de las décadas de 1960 y 1970.
El nombre de la banda, Los Tamara, era una oda a sus raíces gallegas. Derivaba del antiguo nombre del río Tambre, que atraviesa la localidad de Noia. La formación del grupo en 1958 marcó el inicio de una nueva era en la música popular y su presencia fue un recordatorio de la cultura y la historia que conformaron su identidad.
La música de Los Tamara resonaba en personas de todas las clases sociales y sus cautivadoras melodías y conmovedoras letras cautivaban al público con cada actuación.
Como pioneros de un género, su formación en 1958 les permitió alcanzar el reconocimiento internacional.
Popularidad en las décadas de 1960 y 1970
Durante las décadas de 1960 y 1970, un colectivo musical alcanzó la fama, capturando los corazones de oyentes de todo el mundo. Con especial incidencia en las colonias gallegas de emigrantes.
Pucho Boedo, Prudencio Romo y sus compañeros de banda, conocidos como Los Tamara, llevaron a la vanguardia de la industria musical una mezcla única de música pop con influencias gallegas.
Sus melodías pegadizas y su energía dinámica cautivaron al público, permitiendo que el grupo se convirtiera en un símbolo de la vibrante cultura de la época.
La inmensa popularidad de Los Tamara se consolidó con el lanzamiento de una serie de canciones que ocuparon los primeros puestos de las listas de éxitos. Sus creaciones y versiones calaron hondo en la generación más joven, proporcionando consuelo e inspiración a través de sus letras y su música.
La voz inconfundible de Pucho Boedo y los ritmos contagiosos del grupo hicieron bailar a la gente en clubes y fiestas de diferentes naciones.
A lo largo de las décadas de 1960 y 1970, Los Tamara dejaron un impacto duradero en la industria musical. Su sonido cautivador y su notable popularidad los convirtieron en uno de los grupos más populares de la época. Su distintiva mezcla de música tradicional gallega con elementos pop contemporáneos creó una experiencia musical única e inolvidable que sigue inspirando a los músicos de hoy en día.
A lo largo de su historia llegaron a actuar, con éxito, en países como Argelia, Alemania, Suiza o Francia. En la mítica Sala parisina “Olympia” compartieron cartel con artistas de la talla de Charles Aznavour o Jacques Brel.
Triunfando y ensalzando la cultura gallega
En las décadas de 1960 y 1970, Los Tamara revolucionaron la industria musical con su estilo único. Combinando melodías folclóricas tradicionales con elementos pop contemporáneos, el grupo creó un sonido refrescante que deleitó al público de todo el mundo. Su voluntad de desafiar el status quo y añadir instrumentos y arreglos modernos a sus canciones dio a su música un toque distintivo.
En 1962 lanzan su primer EP en el sello francés Bel Air con cuatro canciones: “Esperanza”, “El Otorrinolaringólogo”, “Pide” y “Camino del Sáhara”. Ese mismo año graban dos EP´S más. Continúan con actuaciones y grabaciones pero es en 1964 cuando se marca un punto de inflexión en su carrera, con un nuevo EP que incluye la primera canción grabada en gallego, “Galicia , terra nosa”, que se convertirá en un auténtico himno. Completan el trabajo “Allá, allá”, “El amor” y “Mashed potato time”.
En una entrevista en la TVG, Prudencio Romo se refería al compromiso de la banda con el idioma de Rosalía: «Un pueblo que no canta en su lengua es un pueblo sin identidad de por sí».
Mostraron un enfoque creativo, mezclando melodías tradicionales con pegadizos ganchos pop.
La producción discográfica de Los Tamara es extensa. Ponemos el acento en su primer Long- Play editado en 1970 bajo el título de “Na Fermosa Galicia”, que incluía temas que todavía hoy muchas orquestas de Galicia y España incluyen en sus repertorios.
El vinilo cuenta con las siguientes canciones.“Airiños, Airiños Aires”, “Recordo”, “Adiós Ríos, Adiós Fontes”, “O Vello y O Sapo”, “Pensamientos”, “A Canzon D’un Mariñeiro”, “Na Morte de Curros”, “A Galicia “, “Queixas”, “O Home y A Terra”, “Consellos”, a “A Enfermeda D’Añón”.
Sobre esto opinó en un documental sobre Pucho Boedo, el comunicador Pepe Domingo Castaño: “Fue el primer disco cantado en gallego y tuvo un éxito brutal en todo el mundo. A partir de ahí nació otro estilo de cantar en gallego que abrió caminos”.
En este documental televisivo, el que fuera batería de la banda Antonio Cruz “Perillo” explica la importancia de este disco: ”Hasta que grabamos el primer long-play en gallego no nos sentimos realizados”.
Aunque fija un punto de inflexión anterior en 1967, con la grabación de “A Santiago Voy”. Como recordaba Perillo “A Santiago Voy fue número 1 en España y nos dio o un poco de moral para seguir. Yo estaba cansado de hacer versiones de otros individuos”.
Toda su discografía se puede consultar en la Wikipedia.
El nombre Los Tamara tiene un gran significado en la historia del grupo. Prudencio Romo, uno de los fundadores, ideó el título en homenaje al antiguo nombre del río Tambre, que serpentea por la ciudad de Noia, donde se formaron Los Tamara.
El nombre no sólo rinde homenaje a su origen, sino que también sirve como símbolo de su profunda conexión con la cultura gallega.
Al igual que el río Tambre es portador de la historia y la cultura de la tierra por la que fluye, Los Tamara intentaron capturar y expresar la esencia de la música gallega a través de su sonido único. Y tuvieron una conexión con nuestra identidad, musicalizando poemas de escritores emblemáticos como Rosalía de Castro, Curros Enríquez o Celso Emilio Ferreiro.
Grabación de la primera canción pop en gallego, «Galicia terra nosa»
El hito de Los Tamara de grabar la primera canción pop en su lengua materna fue una hazaña extraordinaria. El ingenio compositivo de Prudencio Romo y la interpretación genial de Pucho Boedo construyeron el ADN de una formación inolvidable.
La canción titulada «Galicia terra nosa»(1964) fue un éxito instantáneo, cautivando al público con sus sentidas letras y pegadizos ritmos. Este logro pionero abrió la puerta a que futuros artistas se expresaran en su lengua materna y dejó una huella duradera en la escena musical.
“Galicia terra querida, Terra de labregos nobres.Cada corredoira túa, Mil segredos ten de amores”.
Los Tamara se enfrentaron a muchos retos en su viaje para grabar la primera canción pop en su lengua materna. A pesar del escepticismo y la reticencia de quienes dudaban de su viabilidad, siguieron comprometidos con su misión y perseveraron a pesar de todo. No fueron ajenos a la censura de tiempos de Dictadura.
Con su dedicación y su enfoque innovador, no sólo crearon una pieza musical icónica, sino que también sentaron las bases para la revitalización de la música gallega. Este logro pionero demostró la visión artística de Los Tamara y su pasión por celebrar su herencia cultural.
Conclusión
En conclusión, Los Tamara han dejado una huella indeleble en la industria musical, tanto en España como fuera de ella. Desde su formación en 1958 hasta su ascenso a la popularidad en las décadas de 1960 y 1970, esta banda ha cautivado al público con su sonido único y su enfoque innovador de la música. Gracias a su creatividad y talento, fueron capaces de crear una propuesta musical que sigue inspirando a artistas de hoy en día.
Para certificar la relevancia de Los Tamara, recogemos los siguientes testimonios.
En la web La Fonoteca, el crítico Fernando Fernández Rego escribe: ”Hablar de Los Tamara es hablar de muchas cosas. Pero quedémonos con la idea principal: hablando de pop en gallego, antes de ellos no había nada”.
Xurxo Souto dirigió el documental “Pucho Boedo. Un crooner na fin do mundo”. Destaca que la presencia de un grupo gallego en las listas de éxitos fue una gran novedad pero sitúa la “gran revolución” en su actuaciones en Suiza, en donde conectaron con la emigración y “Para ellos reinventaron la canción en gallego, esa lengua prohibida, apartada de la vida pública, desde los primeros días de la Dictadura de Franco”.
Souto concluye que Los Tamara se convirtieron en la “banda sonora de la emigración gallega”.
Uno de los miembros de la formación recreaba en pocas palabras, en otra entrevista, la intensidad de aquellos años: «Fueron casi 18 años con muy poco tiempo para descansar. Nosotros no hacíamos playback ni en televisión, era todo en directo». Hablaba Enrique Paisal.
Es una pequeña semblanza de lo mucho que representa esta banda para nuestra cultura.