Los juegos y otras formas de entretenimiento son considerados como una expresión cultural en más de un territorio. En Galicia, existen una gran cantidad de pasatiempos muy comunes entre población de distinta edad y muchos de ellos se han hecho muy populares a nivel nacional.
A medida que los años van pasando y la tecnología está entrando con fuerza en nuestra sociedad, ya no son tan practicados como lo eran antaño y son motivo de reivindicación. A continuación, repasaremos alguna de esta oferta pensada para adultos.
Cabe comentar que muchas de las actividades relacionadas con el ocio del pasado han ido dando el salto al mundo de las pantallas adaptándose a los nuevos tiempos: la oferta que se encontraba en los locales físicos ha migrado a internet. Y es que, en el campo virtual, encontramos todo tipo de partidas y de modalidades distintas de una misma práctica.
Sin ir más lejos, están disponibles los nombres de la ruleta online, siendo las variantes más populares la francesa y la europea; así como otras opciones de modalidades de cartas.
Pero hay prácticas que no se pueden digitalizar, que necesitan de la interacción física para seguir existiendo. Esto sucede, sobre todo, con aquellas que cuentan con un elemento físico y cuya experiencia es difícil de trasladar a las pantallas.
Los juegos más populares
Uno de los pasatiempos entre amigos más conocidos de las tierras gallegas es la billarda. Su origen data de la Edad Media y está documentado que en otras regiones también era de gran popularidad. Se trata de una actividad muy parecida al actual béisbol que consiste en golpear un palo de madera, la billarda; con otro palo de mayores dimensiones, el palán. Si se supera el espacio delimitado, se suman una serie de puntos. Ahora se ha convertido en una demostración cultural propia de las fiestas populares.
Más puntería aún si cabe requiere el conocido como la llave. Conocido por su exclusividad en Galicia, tiene sus raíces en el pasado celta de la zona y en cada provincia presenta sus particularidades. Solamente se necesita una llave y unos discos de metal que llevan el nombre de “pellos”.
El objetivo es lanzar estos discos y tratar de hacer girar o de derribar la llave, que está plantada en el suelo. Para que el punto se pueda dar, no puede haber rebote alguno con el suelo. Máxima precisión y concentración.
Pero si hay un pasatiempo de origen gallego en claro peligro de extinción, este es el clavo, pues se juega de manera individual. Combina estrategia y habilidad a partes iguales. Se trata de un juego de conquista donde los dos jugadores empiezan teniendo un mismo terreno que defender y se puede conseguir arrebatar el del rival lanzando el clavo y tratándolo de clavar en territorio enemigo. Si se consigue, se traza una línea y se gana territorio. El objetivo de esta práctica, típica de la playa, es reducir el campo del rival al mínimo posible.
No se podían obviar tampoco los bolos celtas, documentados ya en el siglo XIX. Eran considerados como un entrenamiento para la caza o la guerra por su exigencia muscular. Consta de dieciocho bolos y una bola que lanzar, y la principal diferencia de la actividad que ahora ha dado la vuelta al mundo es que los objetivos están colocados en hilera y no solo se deben de derribar, sino que tienen que superar una cierta distancia si se quiere conseguir el máximo de puntuación. Además, la bola no debe ir rodando por el suelo, sino por el aire.
Como se puede observar, hay juegos que son mucho más que entretenimiento. Con el paso del tiempo se han erigido como una manera de hacer cultura y de reivindicar un territorio y una historia. Las cuatro prácticas comentadas, aunque no tan populares como lo fueron en su día, siguen estando a la orden del día, sobre todo en eventos con un gran peso cultural y de reivindicación gallega.