Andrés Marcote de Ponte do Porto se alistó voluntario en la División Azul para luchar en Rusia en la Segunda Guerra Mundial. Fue voluntario de la primera ola, ingresando el 13-7-1941.
La medalla de los congelados
En octubre llega a Rusia para sufrir el peor de los inviernos, y retorna a España un año después, el 12 de octubre de 1942; el día del Pilar, patrona de la Blau. La medalla de los congelados y la medalla de campaña junto a fotografías en el frente se guardaban en su casa de Ponte do Porto, pero se extraviaron a su muerte y en su día no le pude rendir el homenaje debido por falta de datos.
Por suerte, sus sobrinos conservan algunas cartas, fotos personales, que ahora podemos mostrar. La aportación de registros militares por parte de Paco García Izquierdo a la hermandad gallega de la DEV Spansky Jarasho completan este artículo en recuerdo de este soldado heroico gallego e la 4ª Compañía de ametralladoras o armas pesadas del I Batallón del laureado Regimiento de Infantería 262. El llamado Regimiento Pimentel.
Reza en un documento: «Andrés Marcote Fernández, natural de Puente del Puerto-Coruña. Familiar para cobro Haberes: Mariano Marcote» (s/RC.ago.41 Mariano Margota; Revista de Comisario: lista de hombres pertenecientes a una Unidad a fecha determinada).
En su expediente militar leemos «Soldado. Alistado en Rgto. Inf. 22 de Burgos. Incorporado el 13.07.41, llegando al frente en oct. 41. Sirvió en la 4ª/262 (4ª Cia. ametralladoras I Bon. del Rgto. Inf. 262) s/AGMA C.3806 Cp. 1 pág. 58 (Archivo Gral.Militar de Ávila, Caja 3806 Carpeta 1 pág. 58).
Despliegue del Regimiento Pimentel
El despliegue inicial del Regimiento fue: El I Bon. 262 en reserva; 2º Escalón del Sector Sur «Pimentel» parte meridional de la isla del Voljov y perímetro oriental de Novgorod. A partir del inicio de la operación Cabeza de Puente (19.10.41) pasa a la Isla del Voljov junto al resto de su regimiento y el II Bon. 263. En posiciones siempre expuestas al fuego enemigo, situado en la orilla opuesta más elevada que las posiciones propias y acosado por el bombardeo enemigo.
Eran frecuentes las patrullas y golpes de mano por ambos bandos, con un lento goteo de muertos y heridos. A ello unimos el crudo invierno, para el que no estaba preparado el ejército alemán, con numerosos congelados, hambre y privaciones de todo tipo.
Tuvo que lidiar con el crudo primer invierno que marcó a los voluntarios de la primera onda y luchar con coraje en el Voljov, demostrando a los altos mandos alemanes la valía de los soldados españoles.
Su relevo no tuvo menos situaciones dramáticas, el 262 de Infantería fue especialmente castigado en Krasny Bor, donde la Blau asombró a aliados y rivales. Los nuevos historiadores rusos reconocen ya la importante hazaña española en este enclave, evitando la debacle de todo el grupo de ejército alemán en el sitio de Leningrado y la Operación Estrella Polar. El regimiento estaba mandado por el coronel Pedro Pimentel Zallas que alcanzaría el grado de capitán general.
La División Azul, a pocos días de incorporarse en el frente central, fue desplazada al grupo norte. Las zonas de operaciones fueron dos: el Frente de Novgorod (entre octubre de 1941 y agosto de 1942), y el Frente de Leningrado (entre agosto de 1942 y octubre de 1943). El 11 de octubre la División Azul hizo el relevo a la 18.ª División alemana cerca de Shimsk, encuadrada en el XXXVIII Cuerpo de Ejército. La misión de la DA era cubrir unos 50 km de Lubkovo, desde el margen oeste del río Voljov hasta Kurisko, en la ribera este del río Ilmen.
Primera batalla de Vóljov
El Cuartel General de la DA con el general Muñoz Grandes al frente estaba en Novgorod. Entre el 14 y el 22 de octubre tiene lugar la primera Batalla de Vóljov, en la que tropas españolas y alemanas consiguen vencer la dura resistencia y cruzar por primera vez el río, en botes de goma. El 22 se asegura una cabeza de puente, quedando bajo control las localidades de Sitno y Smeisko. El mismo mes se toman poblaciones como Nilitkino, Tigoda y Dubrovka. Son los hechos a los que aluden los papeles del guripa Marcote.
Podemos ver estos actos en donde estuvo directamente personado Marcote, tras resistir el más duro invierno de la guerra.
En ene/feb del 42 pasa al Sector Sur «Pimentel», sectores central y meridional de la isla del Voljov y perímetro de Novgorod junto con el resto de su regimiento, quedando el batallón de Zapadores en Reserva. Se suceden acciones en donde los guripas demuestran su valor y firmeza.
El 02.02.42 tiene lugar el Golpe Mano enemigo contra el I Bon. 262. El 22.02.42 otro Golpe de Mano enemigo contra el I Bon. 262. En marzo del 42 están en el mismo Sector en la isla del Voljov, junto con la 13ª Batería pie a tierra y el II Bon. 262. Desde abril del 42 en el mismo Sector en la isla del Voljov, junto con el resto de su Regimiento (II y III Bon).
El 06.04.42 otro Golpe de Mano a una patrulla del I Bon. 262 en «eI pequeño Voljov». El 08.04.42 patrullas del I y II Bon. 262 se infiltraron en territorio enemigo para observar fortificaciones en Kunino.
El 23.08.42 marcha con el resto de la División al frente de Leningrado, tomando el ferrocarril el I Bon. 262 el 25.08.42. El I Bon. 262 se sitúa al noreste de Krasny Bor en el extremo derecho de la División, a caballo sobre la vía de ferrocarril Leningrado-Moscú, enlazando con su flanco izquierdo con el II Bon. 262 (algo más atrasado) y quedando a su derecha la 4ª División SS «Polizei». La 4ª Compañía 262 da apoyo de fuego al resto de su Batallón repartiendo sus «máquinas» MG.32 entre sus 1ª, 2ª y 3ª Compañías.
Es repatriado en septiembre del 42 (comunicación de regreso; s/AGMA C. 3815 Cp. 4 pág. 7). Vuelve a España con el 8º Batallón de Relevo el 12.10.42 (frontera española).
Las cartas de Andrés Marcote
Su familia cuenta con dos cartas enviadas desde Rusia el 3-7-42 y el 17-6-42 a su hermano Eliseo, que estaba preparándose para entrar en la Guardia Civil. También con otras misivas de respuesta de su hermano. Al regreso de Rusia, Andrés estará con Eliseo en Valencia, a donde será destinado ya como agente de la Benemérita. Allí encuentra trabajo de guardia jurado y se casa.
Al enviudar regresa a Ponte do Porto en donde se casa en segundas nupcias. Es conocido por regentar una zapatería en la calle Curros, «La Valenciana», a donde yo solía ir a comprar; vivía cerca de mi casa en la praza do Outeiro y por ello lo traté y conocí. A su esposa, Pastora, le tenía un miedo espantoso de pequeño, porque me pinchaba.
En las cartas de Rusia, Andrés se queja porque desea tener más correspondencia de la familia, sobre todo de su hermano, y que le cuente cosas de la lejana patria: «Tú me dices que has visto una carta que le mandé a mi padre, pues sí que fue cierto, porque ya estaba cansado de ponerte tantas cartas y no tener noticias tuyas».
Las cartas son una forma de sentirse cerca de los suyos, «Por mí no fue la falta, porque tú bien puedes comprender que para mí es un gran gusto el tener noticias vuestras como tienen todos mis compañeros, porque es mucho lo que nos separa de nuestra querida Patria».
Como tantos otros jóvenes de su generación, Andrés se alista voluntario por convicciones, no a la fuerza ni por otra circunstancia, y así lo hace ver en sus letras. Es un luchador contra el comunismo y cree estar en una lucha justa, «en estos tiempos que estamos pasando por hacer a nuestra querida España grande y terminar pronto con este montón de hierba mala que querían poner en ruina a todos nuestros pueblos».
«Más de cuatro quería yo que vinieran ver lo que es el comunismo en Rusia, que viven en la miseria, se mueren de hambre, pueblos derruidos por todas las partes que pasamos. Todo esto es la historia de las estepas rusas» escribe el joven soldado a su hermano.
Una historia más rescatada del olvido, con letra propia y sin interesadas interpretaciones ni falseamiento de datos; memoria con acento gallego del momento más trascendente de la historia contemporánea, la Segunda Guerra Mundial, en donde combatieron en primera fila cerca de 50.000 españoles, casi todos en la División Azul y en el peor de los frentes. La presencia de soldados españoles ajenos a la Blau en otros cuerpos en este conflicto fue irrelevante. No así las meritorias acciones individuales o de pequeños grupos con el bando aliado (guerrilla, espionaje, oficiales y pilotos en el Ejército Rojo). Cada hombre tiene su personal crónica y el valor merece siempre un respeto.
CARTA DE ANDRES MARCOTE DESDE RUSIA
En campaña, 17/6/42
Sr. Don Eliseo Marcote:
Querido hermano, quiera Dios que cuando sea esta en tu poder que disfrutes de un buen estado de salud en compañía de toda tu familia; o, más bien dicho, de tu esposa e hijo, quedando la mía sin novedad a Dios gracias.
Querido hermano, en estos mismos momentos me * unas cuantas cosas tuyas, o, más bien dicho, me las ha mandado ayer, pero que no pude dar contado aún hasta estos momentos por el motivo en que no tuve tiempo y hoy que tengo un poco me pongo a contestarte con estas pequeñas líneas y* no hermano. Tú me dices en la tuya que aunque no tenías noticias mías que me escribes lo mismo. Entonces, yo no lo hago así? Tú me dices entonces si no tienes cartas mías sin esperar por tu contestación y además que yo no te lo exijo porque todo eso es al gusto del consumidor, como tú lo puedes comprender y además que tú estás casado y con hijos ya tienes que mirar a otras cosas que no yo, así que si tú puedes**** de tantos **que te ahorres unos cuantos papeles, pero que no creo que todo eso tenga importancia ya de**siendo para un hermano que se encuentra a tantos kilómetros de su querida patria, que tanto recordamos y queremos, o no, hermano? Que es cierto todo cuanto te digo, yo por lo menos lo creo de esta manera. También me dices del Puente, que se pasa bien, pues yo me lo figuro lo que se puede sacar del Puente, un pequeño aburrimiento. Pero para el que no esté acostumbrado a ver otra cosa le gusta, pero yo ya tengo visto mucha tierra, pero te cansa y aún te aburre ***con ella.
Hermano, en estos mismos momentos doy el segundo repaso a tu carta donde leo unas palabras que me dices que te diga, si yo estoy gustoso en que tú me escribas y digo yo por qué no voy a estar? Yo no creo que tuvieras cosa mala conmigo, yo al menos lo ignoro todo. Tú me dirás por qué lo dices, porque no sé nada. Tú me dices que has visto una carta que le mandé a mi padre, pues sí que fue cierto, porque ya estaba cansado de ponerte tantas cartas y no tener noticias tuyas.
Por mí no fue la falta, porque tú bien puedes comprender que para mí es un gran gusto el tener noticias vuestras como tienen todos mis compañeros, porque es mucho lo que nos separa de nuestra querida Patria. Y además, en estos tiempos que estamos pasando por hacer a nuestra querida España grande y terminar pronto con este montón de hierba mala que querían poner en ruina a todos nuestros pueblos.
Más de cuatro quería yo que vinieran ver lo que es el comunismo en Rusia, que viven en la miseria, se mueren de hambre, pueblos derruidos por todas las partes que pasamos. Todo esto es la historia de las estepas rusas. También me dices qué tal..