El músico y periodista coruñés, José María Varela Silvari, llenó de plumas las páginas de “La Correspondencia de Galicia”, que ponía en valor a las aves cantoras.
“Los grandes artistas cultivadores del arte musical han sido amantes siempre de las aves realmente cantoras” escribe en 1913.
Y hace referencia al loro de Joseph Haydn. A la muerte del compositor austríaco, el ejemplar fue adquirido por otro músico aficionado a los pájaros “por la friolera” de 1400 florines. Otro músico, el italiano Stradella vivía con dos guacamayos.
Varela también se refería el papagayo que tenía el cantante inglés John Braham.“Dícese que cuando cantaba tanto se identificaba con el estilo y maneras de su dueño, que casi cantaba como él”.
Gioachino Rossini era aficionado a comer macarrones y a educar musicalmente a una pareja de pinzones que tenía. Añadir que una de las obras de este genial compositor se llama “La urraca ladrona”.
Verdi enseñando a sus aves
Y también hace referencia a Giuseppe Verdi, que era dueño de un guacamayo y dos pinzones “que enseñaba diariamente sin perder un solo día”.
También aparecen en este curioso artículo el ruiseñor de Bellini, el loro del barítono Battistini o el cuarteto que tenía el artistas portugués Abreu formado por un ruiseñor, un jilguero, un guacamayo y un papagayo.
Varela Silvari aclaraba que su artículo era “realmente histórico”. Don José María dejó una trayectoria importante como compositor y también siendo director de la banda de música de Carballo, del Orfeón Normal de Madrid y de la Filarmónica de Basilea(Suíza). Y aparte una activa vida periodística.