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lunes, marzo 25, 2024

En busca de la memoria perdida del pechelingue Alejandro Finisterre

Ni Fisterra, ni México, ni Zamora; el destino de la herencia de Alejandro Finisterre llega con «vento soán», esa brisa de poniente poco habitual en nuestras rías que en octubre «deixa o millo enxoito».

Un viento castellano, de Aranda de Duero (Burgos) nos trae novedades sobre la herencia del célebre gallego. En esta vieja villa de ferias castellana viven los parientes de la viuda del editor e inventor del futbolín, María Herrero Palacios.

Son su hermana Consuelo Herrero y su sobrina Socorro Segura Herrero. A raíz de una serie de artículos que venimos publicando en exclusiva sobre la relación amorosa y epistolar entre Alejandro y Frida Kahlo, una periodista española asentada en México, Silvia Isabel Gámez, se puso a indagar sobre el complejo asunto interesándose por la azarosa vida de este gallego «universal».

Amplia repercusión a los artículos de Adiante Galicia

Y fue en el diario mexicano El Universal en donde la cronista publicó este mes el resultado de sus pesquisas, que la llevaron a contactar con las herederas de Finisterre en Aranda de Duero. El interés público de su legado nos lleva a un asunto sobre el que ya hemos hablado, y que podía resolver muchos misterios en vilo en la biografía del ilustre personaje.

Sabemos que Alejandro escribió unas memorias, trató de editarlas hace doce años, pero su viuda frenó la publicación de las mismas. Desde entonces se han perdido y ahora es uno de los objetivos de las herederas de la pareja Finisterre-Herrero.

Desde que hace tres años venimos desvelando novedades sobre Alejandro Finisterre y esa otra parte desconocida de su relación con Frida Kahlo (la colección A.P.), nuestras crónicas han tenido una importante repercusión en la prensa nacional e internacional y de ellas se han hecho eco (con muchos apoyos y algunas divergencias) investigadores, periodistas, editores, críticos de talla mundial.

Crónicas que han llegado a estudiosos de A.F. como Alessio Spataro, Lluis Agustí, Gabrielle Morelli, Manuel Rivas. Con numerosas referencias en radio, tv, medios de internet. Y en portadas o especiales de periódicos y revistas europeas y del mundo hispano como Abc, Luzes de Galicia, La Voz de Galicia, El Ideal Gallego, El Correo Gallego, Faro de Vigo, La Voz de Asturias, Diario de Ibiza, El Periódico, El Correo de Andalucía, El Ciudadano, Hoydía Cordoba, Show.com, Ondacero.es, Cadenaser.com, Shepatrad WordPress, Sporthd news, Zeta vision Italia, Revistasculturales, El Universal México.

La relación epistolar entre Alejandro y Frida, a debate

Y del mismo modo se han hecho eco de nuestros trabajos los principales nombres vinculados al estudio de la vida de Frida; como Marta Zamora, Hilda Trujillo, Helga Prignitz-Poda, James Oles. Nuestro material por lo tanto está en el centro de un debate internacional de gran calado que por nuestra parte no ha hecho más que empezar.

Todo comenzó un 8 de noviembre de 2020 cuando La Voz de Galicia (medio escrito) y Adiante Galicia (versión digital) dábamos a conocer las primeras muestras de la relación epistolar y amorosa entre Alejandro y Frida. El dueño de este material había confiado en estos dos medios gallegos su secreto.

Posteriormente fue Adiante Galicia quien dispuso de todo el material de la colección A.P. para su estudio y divulgación; una muestra del vínculo afectivo establecido con el depositario del conjunto que había sido dejado por A.F. en México DF en su partida a España en 1975.

Todo el conjunto atribuido a Frida sigue en proceso de análisis, debido a su complejidad y riqueza cuantitativa. Aunque estuvo un año en nuestras manos antes de sacar a la luz las primeras referencias, contrastadas con la caligrafía y datos biográficos de los protagonistas.

En cuanto a las cartas y objetos de Alejandro, las piezas de arte de su relación con Frida y Picasso, ya han pasado la criba más rigurosa y cuentan con un amplio estudio no publicado todavía, porque excede el peso de la crónica periodística. Todo el material de la colección A.P. ya ha sido transcrito hace un año. La propia correspondencia de Alejandro, de su puño y letra y con su firma, habla de su relación amorosa con Frida, con datos biográficos contrastados y es difícilmente desmontable.

El supuesto legado de Frida y las piezas pendientes del puzzle

Aún quedan muchas piezas pendientes de este puzzle, ya que sólo hemos reproducido en público una pequeña parte de todo el material inédito que disponemos de ambos artistas, una veintena de manuscritos. Solo del supuesto legado entregado por Frida a Alejandro contamos con 352 páginas de textos e ilustraciones en cuatro grupos unificados y homogéneos.

No se trata de hojas o cartas sueltas de origen incierto sino de álbumes uniformes y contrastados con los datos conocidos de ambos personajes en un proceso que nos llevó tres años y está a punto de concluir. Nuestro trabajo nos coloca en el primer nivel en la investigación sobre la vida y obra de Finisterre y del exilio español en México; también como referencia nacional en la figura de Frida Kahlo, sus últimos años y su relación con los exiliados españoles a los que tanto ayudó.

Aportamos la mayor fuente de datos inéditos sobre Finisterre, Jose Bartolí o Ricardo Arias Viñas y su relación amorosa con Frida; que ratificamos. En fin, la aparición de la colección A.P., una vez terminado el proceso meticuloso de verificación, podía ser el hallazgo cultural más importante del arte hispanoamericano de este siglo, solo teniendo en cuenta las aportaciones inéditas a la incontestable obra de la mujer artista más popular a nivel mundial, Frida Kahlo.

Bartoli y Alekandro Finisterre

Los amantes españoles de Frida Kahlo

Apenas publicamos algunos documentos que ayudan a fijar lagunas en las biografías de los implicados y ya han dado mucho que hablar, con algunas críticas procedentes precisamente de México y con cierto tufillo de hispanofobia. Como indica una de nuestras especialistas de cabecera, los supuestos investigadores «autorizados» a hablar de Frida son reacios a reconocer nuevas obras o escritos de la genial pintora de Coyoacán.

Pero tuvieron que tragar con la aparición hace un lustro de los legajos del catalán José Bartolí (otro amante español ninguneado u oculto en las biografías fridianas, pese al fuerte peso que tuvo en su vida y obra); y ahora algunos no digieren nuestro trabajo, con infantiles y peregrinas críticas sobre hojas sueltas, en donde damos cuenta del amor de Frida a España y a tres amantes españoles: Jose Bartolí, Ricardo Arias Viñas y Alejandro Finisterre.

La pasión española de Frida Kahlo seguirá firme su camino por nuestras páginas, apoyada en un amplio y coherente registro documental del que solo hemos mostrado «a puntiña». México ha parido tres grandes mujeres que sobrevuelan por encima de su desgraciada y gloriosa historia y del puro macho: La Malinche, Sor Juana Inés de la Cruz, Frida Kahlo. España corre por sus venas y su corazón, quieran o no.

El último gran amor de Frida fue Alejandro Campos Ramírez, editor e inventor, nacido en una casa próxima a la praza da Constitución de Fisterra-A Coruña en 1919. Desde los 15 años vagó por el mundo, en una vida de truhán y señor, de pícaro y burgués; con muchas luces y bastantes sombras. Madrid, Francia, Ecuador, Guatemala, Costa Rica, México dieron con sus huesos y en todos estos lugares dejó memoria y amigos.

Se auto definió como pechelingue, pirata de mar. Los corsarios pichélnigos (de la zelandesa Flesinga) de las viejas crónicas marítimas (tantas veces vistas) que atacaban Fisterra en los tiempos góticos.

De la citada investigación de Gámez se desprende que Alejandro estuvo casado en primeras nupcias en España antes de emprender la aventura americana.

En el Boletín Oficial del Estado del 3 de enero de 1955 se informa de un expediente de declaración de ausencia promovido por su esposa Emilia de Roa Riaza, quien tiene el beneficio de «pobreza legal». Indica que se casaron en 1945 y, un año después, Finisterre se ausentó de España, «sin que a partir de esta fecha se hayan tenido noticias de su paradero».

Con ella había recorrido la miserable España de los años cuarenta dando conferencias, realizando programas de radio. En 1946 se encuentra en Francia, terminada la guerra mundial. Según el propio autor tuvo un hijo de nombre Alejandro, muerto pronto. Quizás el motivo de su boda. En 1948 Alejandro se exilió a América. Volverá a España en 1975 y se instala en El Escorial. Es vecino de la profesora Cristina Ráez a la que conocí tiempo después y sigue residiendo allí.

Las memorias de Alejandro Finisterre

En 1976, cuando se celebra en Galicia el Día das Letras dedicado a Ramón Cabanillas, estuvo brevemente en mi pueblo, Ponte do Porto (Camariñas) recitando en mi colegio poemas de «Vento mareiro». El director (Manuel Castiñeiras) y mi padre eran concejales y aprovecharon su visita a la ría para invitarlo al acto, costeado por ellos; así que comió ese día en nuestra fonda familiar, invitado por mi padre.

Luego lo llevaron a visitar el faro de Camariñas, el Cemiterio dos Ingleses, en el Land rover de Matías, el encargado de Icona, cliente de nuestra fonda que estaba construyendo la pista forestal de cabo Vilán a Arou. Con ocho años fue mi primer contacto con el escritor; el segundo y último un año antes de su muerte en un acto en A Coruña.

En Madrid, en 1977, Finisterre conoció a María Herrero, soprano de 30 años natural de Aranda de Duero, la que sería su mujer hasta el final de sus días. Alejandro tenía 58. Como indica Silvia Gámez en El Universal su cuñada Consuelo Herrero cuenta que formaban una pareja que se «quería muchísimo y se cuidaba mutuamente». «(Finisterre) era un hombre muy inteligente. Siempre lo veías en su despacho, escribiendo». Su hija Socorro Segura Herrero, sobrina de María, es también soprano.

Como ya hemos contado en otros artículos, tras unos años en Aranda de Duero la pareja compró un departamento en el barrio de Pinilla en Zamora. Tras la muerte de Finisterre, Herrero sufrió un ictus, pero logró recuperarse. «En los últimos cinco años su estado empeoró, se hundió progresivamente en la tristeza; vivía sola, casi no salía de casa y apenas comía.

Cayó en una depresión que no llegó a ser diagnosticada porque se negaba a ir al doctor» indica Gámez. «Decía que era lo que mandaba Dios», recuerda su sobrina. En el último año sus familiares pudieron trasladarla a una residencia de Aranda de Duero. Poco a poco, volvió a hablar y a caminar, también a tocar el órgano, pero de nuevo sufrió un infarto falleciendo el pasado 31 de mayo, a los 74 años. Noticia que desconocíamos y agradecemos, pues habíamos buscado infructuosamente su pista en Zamora.

«Bajo vientos, mareas y pechelingues«

Ahora la hermana y la sobrina de Herrero esperan que el notario les informe sobre los detalles del testamento de la soprano, luego los familiares herederos podrán acceder al archivo del editor. Si encuentran las memorias perdidas piensan publicarlas. El hispanista italiano Gabriele Morelli, que pudo leerlas, intentó convencer en vida a la viuda de su edición, sin conseguirlo. Dos escritores gallegos y amigos míos, Manuel Rivas y Blanca Riestra, también lo trataron y les enseño manuscritos inéditos.

Blanca Riestra estuvo con él en Madrid en 1996. Alejandro tituló ese trabajo autobiográfico «Bajo vientos, mareas y pechelingues«. Son más de 400 páginas, y solo tenemos un puñado de líneas de referencia. Tras su fallecimiento en 2007, a los 87 años, se anunció que publicaría RBA.

La Agencia Literaria Carmen Balcells, que llevaba la obra de Finisterre, refiere que durante el proceso de edición «una falta de entendimiento» entre RBA y la viuda del autor puso fin al proyecto. El manuscrito fue reenviado a María Herrero. Ahora estamos pendientes por si el notario destapa la caja de Pandora.

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