Galicia es un paraíso para el estudio de la toponimia, pero son muchas las voces singulares, únicas o escasas, que siguen marcadas por un halo de oscuridad. Una es el significado de Muxía, villa y puerto de la Costa da Morte.
Es común la referencia a una villa Mongía, un lugar propiedad o fundación de los monjes de Moraime en la Edad Media. Pero no es ni mucho menos una forma concluyente, ya que en la toponimia europea hay étimos similares y con muy distinta conjetura. Así que el topónimo requiere menos pereza mental y más desarrollo, sobre todo cuando es muy incierta la formulación más popular y falta referencia acreditada.
En el aparato documental más antiguo tenemos la voz Mugía en dos documentos de San Martiño Pinario del siglo XIV, en donde aparece su vínculo con Moraime, aunque la villa ya dependía del arzobispado compostelano. Hasta la reciente normalización lingüística la forma más usada fue Mugía. Aparece en un privilegio de Alonso XI a favor de Moraime y Mugía de 1346; y en otro de 1384 concediendo el foro de A Coruña a Mugía (puerto). Por ello no está de más indagar en los procelosos mares de la etimología europea en busca de otras fuentes más solventes y con mayor riqueza argumental.
Si es dudosa, por su evolución y falta de documentación precisa, la atribución del topónimo Mugía-Muxía a una villa o tierra de monjes (Mongía) hay otros significados con mayor rigor y base filológica. En este viaje en busca de identidad avanzamos varias posibilidades para Mugía-Muxía. Una es la de terreno litoral o fondo marino (abra, coído). Otra la de colina a mota prominente, visible, pedregosa. Ambos casos encajan con la ubicación de esta villa costera, cuya iglesia de Santa María se asienta en el monte Corpiño, atalaya pétrea y aguda sobre el mar que define la población. En este artículo viajaremos a la historia de estas acepciones.
Curiosamente en el Adriático, en el golfo de Trieste, contamos con el puerto italiano de Muggia, comuna y fondeadero de naves que comerciaban con Galicia y la ría de Camariñas y Muxía en la Edad Media. Se cree que el topónimo Muggia procede de un asentamiento romano, el Castrum Muglae, levantado en el siglo II a. C. sobre una ciudadela tipo castro de la Edad del Hierro. Sería una voz latina mugla, con un gentilicio muglisiano.
Esta zona de Istria fue objeto de invasiones de pueblos que también estuvieron en Galicia y dejaron marcas en la piel de nuestro mapa geográfico. A las voces indoeuropeas añadimos la presencia de celtas y visigodos. Por supuesto los latinos, en una zona fuertemente romanizada y unida pronto a la diócesis de Italia. Hay un Mugla en Grecia y en Turquía, una Silva Mugla en Vicenza, un Mugliz en Alemania y un Muggelsee en Berlín. Un Murge en Puglia. Mugla de Bora en Venecia (Mugla de Boyra, 1238). El monasterio de SS. Felice e Fortunato de Rialto en 1137 en un documento cita «una pecia de terra vacua in littore albo in loco qui dicitur Mugla super rivo Iovardo».
En Vizcaya hay una villa de Mungía, levantada sobre un castro, relacionada con el monasterio de La Cogolla. La primera referencia documental es de 1051, citando al abad de Mungía (mome munchiensis abba). El gentilicio «munchiense» de este antiguo documento es sin duda un elemento a tener en cuenta. Recuerda al topónimo alemán München (Munich). Los investigadores vascos creen que el nombre proviene de Mune-Ganean, en referencia a su ubicación a orillas del río Butrón. Su fuero de villa es de 1376.
En cuanto al Muggia italiano, por suerte cuenta con una mayor investigación, en contra de la repetitiva cadencia de su tocayo gallego. Me he ocupado en buscar y debullar en estos estudios al hilo de otras investigaciones de campo en aquella zona italo-croata que pude visitar.
Muggia (en antiguo muglisano: Mugla; dialecto véneto-triestino: Muja; alemán: Mulgs; friuliano: Mugle; esloveno: Milje). Los investigadores trabajan con las formas «Muggia, Mugla, Muia/Muja, Murja/Murgia». En principio derivadas del castrum Muglae, dado en feudo al Patriarca de Aquileia en el 931, que pasa a Venecia en el año 1420. Hay un Muglax en un documento medieval del siglo XIII, según Pellegrini (1987). El nombre probablemente refleja el latín «matula», mutila (mozza, tronca > mucla > mugla) con el sentido de «protuberancia». Una mota o colina pronunciada; sobre la base de geografía cortada, mutilada, desmochada, truncada. (Dizionario di Toponomástica, 1990. G.C. Queirazza).
En «Croniche ossia memorie storiche antiche di Trieste» Giuseppe Mainati cree que la voz Muggia procede de un Monte Muliano. Y cita la familia noble veneciana da Mula, originaria de Muggia.
La voz Murge deriva de la latina murex, significa «murice, roccia aguzza», roca afilada. Murgia es una voz itálica de origen osca de probable base preindoeuropea que significa «pietra» (piedra). Sobrevive en el «dialetti calabresi settentrionali».
En «Le origini delle lingue europee», el glottologo Mario Alinei analiza la voz Muggia dentro del área «slava settentronale: slavo occidentale e orientale», como un dolmen o una colina artificial. Así cita un significado eslavo de «Tumulo funerario»: russo mogíla, ucraino mohyla, antico slavo mogyla, bulgaro mogíla, serbo croato gòmila, mògila; ceco slovacco mohyla, polacco mogiła, polabo mügala «tomba», albanese mágule, rumeno măgură. Una colina artificial neolítica balcánica tipo dolmen, mámoa, «magula, tomba». O según Vasmer del proto-slavo *mogǪ «nel senso di sito dominante». Colina visible, destacada.
El latino Mugla podría significar igualmente «fondo marino cubierto con agua salada a poca profundidad, incluso pantano en general, tierra pantanosa», como variante latina de un antiguo nombre local que no es de origen latino o romano. Así se anota en el Vocabolario Giuliano 2008 de Enrico Rosamani.
Hay un antiguo eslavo morje (mar). La raíz mori no aparece en Indoiranico o Griego, y surgen otros significados en lenguas antiguas. Ittita marmar(r)a- «pantano», armenio mawr «pantano», ossetico mal «estanque, charco». Latino mare, gótico marei, antiguo alto alemán marī, alemán Meer, (todos significan: mar). Antiguo islandés marr «mar, lago», anglosajón mere «mar, lago, piscina», inglés moor y marsh, alemán Marsch «pantano», antiguo irlandés muir; galés, córnico, bretón mor «mar»; lituano māre «mar», mārios «mar, golfo, laguna»; antiguo eslavo morje «mar», russo dialectal more «lago», véneto mara-marana (pantano, depósito de grava).