El teléfono móvil es uno de los elementos imprescindibles en nuestras vidas. Es ya raro ver a una persona sin un “smartphone” entre sus manos. En el trabajo, en los momentos de ocio, en cualquier momento y para todas las edades.
Y si su función original sería la de hacer una llamada, en la actualidad son completos dispositivos que utilizamos para chats de mensajería como Whatsapp, para seguir las redes sociales, hacer fotografías, grabar audio, gestionar el correo electrónico o la agenda o usar como alarma o despertador.
Según un estudio del servicio de datos DataReportal, en enero de este año había unos 5,31 billones de usuarios con acceso a un smartphone, lo que supone un 67% de la población mundial. Y cada vez su uso es mayor.
De qué está hecho tú móvil?
Pero si hiciéramos la siguiente pregunta ¿De qué está hecho tú móvil?. Posiblemente seas una de las muchas personas que no sabe de que elementos está compuesto el aparato que usas durante varias horas al día.
Al menos no de la mayoría. Plástico, cristal y metal sería una respuesta correcta pero muy simple. De los 118 elementos que componen la tabla periódica, 75 son utilizados para la elaboración de un teléfono móvil. Y unos 62 son minerales. Así mismo.
Estos componentes tienen su origen en elementos químicos o minerales obtenidos a través de la extracción minera. Por ejemplo el wolframio o el cuarzo..
En un examen llevado a cabo por el portal alemán de estadística, Statista, se apuntó al silicio como el primero de los diez materiales más presentes en los teléfonos construidos entre 2007 y 2017.
El wolframio, uno de los minerales necesarios
A este le siguen el wolframio, aluminio, cobre, plástico, cobalto, plata, neodimio, oro, indio y paladio. Entre todos ellos, suponen más de cincuenta gramos del peso total de los móviles, que oscila comúnmente entre los 170 y los 200 gramos.
Por ejemplo, el wolframio, muy vinculado a la historia reciente de Galicia y a proyectos actuales, está presente en los altavoces y permite que los teléfonos móviles tengan la función del modo vibración. Otro elemento importante es la plata, para hacer posible la conectividad dentro de los circuitos internos.
En relación al wolframio, su utilidad se extiende a otras facetas como al uso en maquinaria sensible al desgaste por temperatura, como las válvulas de motor; en la aeronáutica, suponiendo un buen contrapeso en, por ejemplo, las aletas de un avión; y, por su dureza, en las herramientas de corte para trabajar hormigón, roca u otros metales. Pero también lo encontramos en las puntas de los bolígrafos, los palos de golf o los utensilios de pesca.
Reciclaje y explotación primaria
Ya tenemos publicado varios artículos explicando la relevancia que tuvo en la Segunda Guerra Mundial el llamado “Oro Negro”. En frenar su suministro a la Alemania nazi se centraron las fuerzas aliadas para poder reducir el músculo de los ejércitos enemigos que habían tejido una red muy potente para hacerse con grandes cantidades de tungsteno que reforzaran sus tanques y armamentos.
En la actualidad la importancia se traslada más allá de los “smartphones”, ya que los minerales son un recurso necesario para centrales de energía eólica o vehículos eléctricos. Es el debate sobre la necesidad de los metales críticos, tan de moda en estos tiempos.
Distintos expertos alertan de la necesidad de obtener estos recursos mediante el reciclaje y la actividad extractiva. El investigador Dierk Raabe sostiene que el reciclaje y el uso eficiente no servirá por sí solo. A su juicio, «entre el 50 y el 70% de los metales críticos necesarios deberán obtenerse de la explotación primaria”.