– Rafael Lema-
En un artículo anterior dábamos a conocer textos inéditos sobre la fraternidad religiosa xaviñana más antigua, la cofradía del Espíritu Sanctísimo Sacramento de Xaviña-Camariñas. La constitución de la popular cofradía del Sacramento lleva la fecha del 22 de septiembre de 1694, siendo arzobispo compostelano don Antonio de Monroy, y papa Inocencio XII, que validan los estatutos.
Es un siglo de desarrollo y pujanza económica de este tipo de sociedades. Hoy aportamos nuevos documentos históricos inéditos sobre otra popular cofradía del siglo XIX, la de Nuestra Señora del Carmen de Santa María de Javiña, que solicita el 8 de junio de 1866 la aprobación de sus estatutos ante el arzobispo de Santiago de Compostela, el cardenal carlista Miguel García Cuesta, siendo párroco local Leopoldo Meléndez y Alvia, y mayordomo Pedro Cibrán. El mismo año la sociedad solicita la autorización al general de la orden carmelita de España en Alcalá de Henares, Juan Maldonado. En 1867 recibe la autorización canónica, aunque ya lleva un año de vida.
Son años complicados para la Iglesia, tras las desamortizaciones y los ataques liberales, previos al caos de la ocupación de Roma por las tropas de la nueva Italia y el fin de los Estados Vaticanos. No son menos problemáticas las cosas en el Ayuntamiento Constitucional de Camariñas, nacido en 1836, con el bando del político absolutista xaviñán José de Dios y los concejales del distrito de Ponte do Porto que le siguen, enfrentados a los liberales de José Pardiñas de Camariñas, desde la Revolución Gloriosa de 1868. Los problemas entre el poder civil y los curas de Xaviña fueron una constante desde 1868 a 1936.
Una de las fuerzas de la reacción a tantos ataques a la Iglesia lo constituyen las cofradías religiosas de nuevo cuño nacidas en la segunda mitad del XIX, en el afán reformista y de acción pastoral de los arzobispos de Santiago, que recuperan por ejemplo las peregrinaciones parroquiales a la tumba del apóstol, fomentan las misiones y obras pías.
La cofradía del Carmen, además del carácter devocional y la oferta de misas a los cofrades fallecidos, destaca por organizar unas sonadas fiestas con música y fuegos de artificio. Los primeros datos figuran en un legajo que se inicia en 1867 y alcanza hasta el 10-10-1889, cuando el arzobispo de Santiago, el cardenal José María Martín Herrera, examina las cuentas del legajo y ordena la encuadernación de las futuras actas.
Curiosamente, justo un año después, el 10 de noviembre de 1890, tendrá lugar un hecho de relevancia europea en la costa de Xaviña custodiada por la virgen del Carmen, el naufragio del crucero inglés HMS Serpent en Punta do Boi, corriendo el párroco local, Manuel María Carrera, con el enterramiento de las víctimas (en su mayoría anglicanas), en una actuación no exenta de polémica. Se inicia entonces otra nueva era aciaga para las viejas cofradías, por la nueva política reformista de la Iglesia y la persecución de desviaciones excesivamente populistas como las faguías y alboroques de cofrades, en medio de una alta conflictividad social que en Xaviña, Buría y Ponte do Porto repercute en la expansión del movimiento agrarista y antiforal.
Y así paso a entregar a nuestros lectores en exclusiva y por primera vez los papeles póstumos nunca publicados del Carmelo de Xaviña, una virgen coronada en 1868, en plena revolución liberal.
Las cuentas de Pedro Cibrán se inician en el año 1867. Hay una carga (cuotas de cofrades, donativos) de 400 reales. Las descargas o gastos (228 rs) son de la misa cantada y sermones del día del Carmen, la cera, las misas de cofrades muertos. Este año ya aparecen 16 reales para el músico. Se trata de un gaiteiro de Ponte do Porto (Figueiras), como luego veremos, que podía estar acompañado por dos parientes al tambor y bombo. En los pagos vemos las diferencias de coste por la cantidad de actuantes. A fin de siglo los Figueiras forman una banda de música. Se les conoce con el apodo de «Os Jaiteiros».
En 1868 la corona de plata de la virgen cuesta 284 reales, lleva el platero 200, quedando pendientes 84 para el próximo ejercicio. La coronación canóniga es un hecho trascendente para la comunidad y aporta prestigio al santuario, como vemos en la actual dispensa de A Xunqueira de Cee. En 1869 es mayordomo Jacinto Macías, que gasta 12 reales en el músico. Y aparecen por vez primera los fuegos de artificio, que valen 80 reales. En 1870 también hay fuegos, y en el pago del músico se especifica «gaitero del día, 12 reales». En 1871 se compran escapularios, se gasta en fuegos 74 euros y en músico 30; sería por tanto un grupo de gaitas, incluso podemos pensar en una verbena. En 1872 el músico lleva 25 rs, el fuego 80, y otros 10 rs para «el propio que bajó el fuego». El pirotécnico es de un lugar apartado, este cargo a veces se indica que está incluso en el total. Carnés o Baio tenían tradición de polveiros. En 1870 en escapularios se gastan 80 rs, en fuego 100 rs, y en el músico 20.
En 1874 se anota: «músico del Puente lleva 20 rs» (Ponte do Porto). No hay fuegos, y celebran 7 sacerdotes. Quizás algún episodio luctuoso llevase a dejar sin bombas la fiesta. Es el año del golpe militar que proclama la vuelta del rey. No parece que a los fieles les gustase mucho quedar sin pólvora y por eso en 1875 se produce una merma en las cuotas, recaudando sólo 340 reales; aunque quedaban 197 del remanente anterior. Este año se compran escapularios por 87 rs, sí se anota por el fuego 86 rs y 20 reales son para «músico del Puerto» (Ponte do Porto). En 1876 sigue la crisis de entradas, por lo que vemos un carácter temporal del problema, en unos años conflictivos en el país. Se recaudan 352 reales. Sabemos que muchos vecinos eran soldados, y había guerras carlistas, levantamiento en Cuba.
El ciclo de seis años revolucionario, republicano, marcadamente anticlerical, dio paso a la Restauración borbónica con Alfonso XII en 1875. Las malas cosechas y episodios de pestes (cólera, tifus, tuberculosis) acosan estos años. Pero esta temporada pese a todo celebran 9 sacerdotes, el músico lleva 18 rs y el fuego con su porte llega a 133 rs. En 1877 celebran 7 sacerdotes, se gastan 81 rs en escapularios, 16 en músico y 120 en fuego. En todos estos años fue párroco Leopoldo Meléndez, próximo al carlismo.
Desde 1878 ejerce como párroco Manuel M. Carrera, procedente de una familia de fomentadores catalanes de Corcubión. Este año es Juan Blanco el mayordomo. Se recuperan los 400 rs de cargos. Se celebra la misa solemne con 5 curas, y el músico sólo lleva 6 rs (un gaitero). Pero por vez primera se paga «al sacristán encargado de recoger las cantidades». Lo normal es que las cuotas las recogiese por «ofreza» el mayordomo. Se paga «al gaitero» 24 rs. Y en fuego van 90 rs. En 1880 celebran 6 curas, «el gaitero» lleva 24 rs, y para fuego van 86 rs. En 1881 son 7 curas, en escapularios se gastan 91 rs, en fuego 96 rs. En 1882 el cargo baja a 362 rs, el gaitero lleva 24 rs y el fuego 94.
1883 debe de ser un buen año de cosechas y de implicación del vecindario en la acción pastoral, y los adornos florales cobran protagonismo (la tradición de los maios se reconduce, como en Ponte do Porto con el Sacramento y Fátima), se recupera el cargo, con el récord de 480 rs. Se compran escapularios por 108 rs, en fuego se gastan 90 rs y 24 en el «gaitero». Por primera vez se abonan 10 rs «al que adornó la iglesia y otros gastos». En 1884 el cargo es de 446 rs. Se gasta en adornos florales (4 rs), en fuego (70 rs), y en «músicos» (30 rs).
1885 es un año crítico en el país, ataca «o andacio», hay hambruna, las cuotas bajan a 374 rs. Se gasta en adornos, escapularios, en fuego (70) y músicos (30). en la costa afecta en gran manera el cólera y la tuberculosis, causan muchas matanzas y se nota en el bajón general de vecinos en las cofradías de la ría, en las mortandades de los libros de difuntos. Incluso el rey Alfonso XII muere de tuberculosis, contagiado al visitar enfermos. Nace otra crisis política que desemboca en el desastre colonial de 1898.
En 1886 se recupera el cargo de 466 rs. Celebran 3 curas, el músico lleva 30 rs, el fuego 70. En 1887 el cargo baja a 385 rs, con 3 curas, y los mismos gastos en músico y fuego. En 1888 se recogen 468 rs en cuotas, el músico lleva 30 rs y los fuegos 74 rs. En 1889 el cargo es de 422 rs, la música lleva 30 rs y el fuego baja a 5 rs. Daría para «unha ducia de bombas», que suponemos se completaría con alguna oferta. Se compran escapularios por 70 rs.
Las cuentas terminan en este año, y el nuevo libro recogerá las de las siguientes ediciones, marcadas ahora por los bandos, las controversias y pleitos del cura con los poderes públicos, sobre todo con los alcaldes de la familia Mouzo y la camarilla caciquil de los nuevos políticos municipales subidos al carro de la corrupta restauración, compradores en cerradas subastas amañadas e ilegales de buena parte de los montes y tierras vecinales o del iglesario. Aunque ese es otro tema.