Texto- Xosé Manuel Lema// Foto- Juan Carlos Cotelo.
Tiene una calle dedicada en el casco urbano de A Laracha(en la foto), pero después de preguntar a varias personas, generalmente, queda demsotrado que su nombre se pierde en el boquete del tiempo, en las entrañas de la desmemoria. Salvo excepciones.
El próximo 2023 se cumplirán cuatro décadas. Cuarenta años del asesinato del larachés Plácido Pedreira Álvarez. Y este viernes 39 años.Fue un 29 de abril de 1983. El agente de la Guardia Civil Pedreira no le tocaba trabajar ese día. Pero acabó haciendo el servicio.
Asesinado por los GRAPO
Tenía que realizar el servicio de transporte escolar de hijos de otros agentes en A Coruña. Cuando detuvo el coche frente al colegio de los Salesianos,en la zona del Orzán. Solamente faltaba un niño de ocho años por salir del autobús.
Una pareja de terroristas del GRAPO se acercaron a la puerta abierta del conductor. El hombre efectuó varios disparos que alcanzaron distintas zonas del cuerpo del agente, que estaba sentado al volante. Logró salir del vehículo. Y allí lo remataron. Murió después de ingresar en el hospital Modelo.Los asesinos acabaron siendo detenidos y condenados.
Enterrado en Coiro
Plácido Pedreira fue enterrado en el cementerio parroquial de Coiro, en A Laracha. Al sepelio acudió el Ministro de Interior, José Barrionuevo, el presidente de la Xunta, Xerardo Fernández Albor, o el director de la Guardia Civil Aramburu Topete.Con anterioridad se celebró en la iglesia de la Venerable Orden Tercera de San Francisco en la ciudad herculina un funeral oficiado por el Arzobispo Rouco Varela.
Tenía 38 años y estaba recién casado (hacía siete meses). Estaba destinado en la 641º Comandancia de la Guardia Civil.
En aquellas trágicas fechas, el gobernador civil coruñés, Domingo Ferreiro se refería así al guardia muerto:“Era un hombre que se sentía muy feliz en su trabajo y que constantemente recibía muestras del aprecio de sus compañeros y de todos los niños que diariamente trasladaba al colegio”.Hoy lo recordamos con este artículo.
