– Xosé Manuel Lema-
A Olegario lo masacraron a balazos. Media docena de proyectiles que atravesaron su pulmón y corazón. Los terroristas del GRAPO lo confundieron con un inspector de policía que vivía en la misma zona y tenía un coche del mismo color. Estaban decididos a aplicar la guillotina de la muerte. Se equivocaron de víctima.
La tragedia tuvo lugar un 9 de abril de 1979. Olegario Domingo Collazo Melón tenía 46 años, estaba casado y tenía cuatro hijos.Trabajaba como administrativo en Vulcano de Vigo.
Aquella tarde de abril fue caminando hasta su Seat 124 que estaba estacionado. Dos terroristas se acercaron a su ventanilla y le dispararon sin piedad.
Según el relato policial de aquellos días, Olegario Collazo ingreso en “estado preagónico” y murió en el quirófano.Dos días después, el grupo terrorista GRAPO reivindica el atentado con una llamada al diario Informaciones.
Miles de personas despidieron el malogrado ciudadano que fue enterrado en el cementerio de Teis. Ese 10 de abril promovieron un paro en señal de luto y organizaron una manifestación, que por culpa de la lluvia, se realizó en coche y fue secundada por centenares de vehículos.
