-Rafael Lema-
Este mes se cumplen 85 años del golpe militar que acabó con la II República. Durante la etapa republicana nacieron los Sindicatos de Oficios Varios de Camariñas y Ponte do Porto, el mismo día, 11 de marzo de 1932, y con el mismo padrino: la Confederación Regional Gallega de la CNT.
Dos sindicatos anarquistas, cuyos estatutos y actas conservadas están en mi archivo personal, en dos cajas repletas de documentos de 1931-1940, copias oficiales procedentes del Gobierno Civil. Por tanto no hay duda que los dos SOV eran de la CNT y no de UGT, la base documental así lo confirma y no hay constancia oficial de la existencia de ningún sindicato socialista en Camariñas en esta etapa; durante años de investigación no localicé ni actas ni estatutos de un SOV local de la UGT ni nadie los aportó. Del mismo modo los sindicatos locales tuvieron un gran activismo y promovieron mítines y actos de los líderes sindicales anarquistas especialmente en 1936 y estuvieron presentes en asambleas de la CRG.
El SOV de Ponte do Porto y el SOV de Camariñas habían nacido en 1932, bajo el abrigo de importantes líderes anarquistas coruñeses como José Villaverde o Manuel Cortés, en la estela de la CRG y la CNT. En 1936 seguían involucrados en ambas siglas, pero dentro de la peculiaridad frentista del anarquismo gallego (CRG) no tan afecto a la FAI y a la ideología libertaria como el nacional y de marcado carácter transversal e integrador.
Los dirigentes sindicales de Ponte do Porto en 1936 estaban más en la estela del POUM de Maurín, que no era anarquista. Algunos se decían simpatizantes de UGT; y muchos se habían integrado porque no había otra agrupación obrera y copaba el trabajo comunal, tanto en el de Ponte do Porto como en el de Camariñas. Podemos recordar que la recarga ideológica cenetista y la acción de corte libertario en 1936 tenían dos nombres: Paco Ponzán en Ponte do Porto y Jacinto Campaña en Camariñas.
Habían creado desde abril un comité confederal y aleccionado a su grupo de milicianos «pata negra», en previsión de la pronta llegada de la revolución social. Algunos actos promovidos por estas bases no eran ciertamente compartidas por todos los dirigentes del Frente Popular, unidos por estrategia política, pero con muy distintos intereses. El movimiento sindical en Camariñas nació enfrentado a los líderes de izquierdas locales, propició huelgas contra sus intereses e incluso levantó un liceo (presidido por José Mejuto), un ateneo libertario de instrucción y recreo contra programando actividades con el casino de señoritos. Peso significativo en la izquierda tenían el abogado miñonista Evaristo Mouzo Vázquez de Xaviña (juez de 1ª instancia de Santiago), el médico Manuel Pardiñas «Lucho», el comerciante y alcalde Antonio Campos, o el empresario miñonista Jesús Cerdeiras; aunque en estos meses crecieron los desencuentros sobre todo por ataques sindicales, y la huelga de julio contra la conservera local.
En la provincia hubo una huelga anarquista de carácter insurreccional en diciembre de 1934, con algunos episodios en la zona, que llevó a la persecución de líderes libertarios coruñeses muy unidos al movimiento sindical de Camariñas y a Campaña, con el consiguiente parón en la actividad sindical. Es entonces cuando se crean ya los comités en defensa de la CNT, con estos cargos perseguidos en la clandestinidad, como José Moreno, Esmorís, Cordal.
Campaña es el principal enlace anarquista local con la agrupación regional, y tendrá que pasar prácticamente solo un largo periodo de letargo hasta las elecciones de 1936, cuando trabaja para reactivar el SOV de Camariñas. Mientras, seguirá defendiendo los intereses de la CRG-CNT dentro del grupo de la revista Solidaridad. La llegada en febrero del 36 de Paco Ponzán a Camelle será el gran espaldarazo al aletargado movimiento sindical de Ponte do Porto y Camariñas, manteniendo por lo menos formalmente su vínculo con la CRG-CNT, por la fuerte personalidad de Ponzán más que por el compromiso militante de sus nuevos directivos. Entre el resto de fuerzas desde 1934 el miñonismo ya contaba con un comité del Partido Radical Democrático bajo el mando del empresario conservero Jesús Cerdeiras, que en Vimianzo dirigía Ramón Lema. En 1935 nace el comité local de la Unión Republicana. En 1934 el de Izquierda Republicana.
SINDICATOS DE LA REPUBLICA EN CAMARIÑAS
El 11 de marzo de 1932 se redactan y firman por parte de sus comisiones organizadoras los estatutos de los Sindicatos de Oficios Varios de Ponte do Porto y de Camariñas. Ambos forman parte de la Confederación Regional Galaica y la CNT anarquista (Confederación Nacional del Trabajo), y fueron redactados por la secretaría provincial de la CRG. A mediados de 1935 están inactivos, pero el de Ponte do Porto renace a finales de este año y tendrá gran actividad en el primer semestre de 1936, siendo Paco Ponzán desde febrero el promotor de esta segunda vida. El de Camariñas se vuelve a constituir en junio de 1936 por el empeño de Jacinto Campaña.
El dirigente de la CRG Manuel Cortés Regueira presentó en el Gobierno Civil la solicitud de legalización del Sov de Ponte do Porto el 18 de marzo de 1932. Nace con una doble alma, la defensa agraria y la laboral. En el aspecto laboral, se centra en el sector forestal y la industria maderera; pero también en la cantería, albañilería, e incluso músicos.
Ramón Carballo
Formaron la comisión organizadora Gumersindo Redondo, Manuel Carracedo, Manuel Mouzo Mouzo. Se procede a la elección de la primera junta directiva formando la mesa electoral: Gumersindo Redondo, Gumersindo Carballo y José Pereira. Tras la elección forman la primera directiva: Presidente Ernesto Álvarez, Secretario General José Lemus Pérez, Vicesecretario Francisco Figueiras Fernández, Contador Manuel Rey, Tesorero José Pereira. Vocal por labradores Ventura Lago Mouzo, vocal por obreros Gumersindo Redondo.
Su primera sede social según los estatutos es en el Campo do Outeiro; pero en 1936 el local del sindicato es una casa en la travesía do Outeiro enfrente a la vivienda de Rogelio Mazaeda, que será el nuevo presidente este año, con Andrés Balsas como secretario. La primera sede podría ser donde se ubicará el cuartel, o en la antigua escuela de párvulos, ahora restaurada. Cuenta con unos 50 afiliados. El secretario tuvo que quemar libros y actas antes de la llegada de los rebeldes el 27 de julio, y no enviaron al Gobierno Civil la última directiva, que conocemos por la información directa de algunos de sus miembros y los informes de la represión.
Rogelio Mazaeda
El Sov de Camariñas tiene como primera sede la casa de Jacinto Campaña, en la Rúa Tras Praia 5. Nace con un fuerte componente marinero, como un apéndice del pósito; y con vocación instructiva, para crear una escuela de niños, un ateneo. En su renovación en junio de 1936 tendrán un papel activo las mujeres trabajadoras de las fábricas de salazón y conserva que mantienen con apoyo sindical una huelga en julio. Contará en sus dos etapas con entre 65 y 75 asociados.
El 27 de marzo de 1932 se reúnen los afiliados en un comité provisional para elegir a la primera junta directiva o comité. Forman el comité provisional los compañeros Jacinto Campaña y Emilio Quiza. Se procede a la elección de cargos y son elegidos: Presidente Jacinto Campaña, Secretario General Juan Mejuto, Vice Secretario Fernando Fernández, Contador Emilio Quiza, Tesorero Manuel Pasantes; Vocales: Francisco Blanco y Francisco Allones. La junta general del sindicato se reúne el 3 de junio de 1936 para elegir a la nueva directiva del comité. Presidente Jacinto Campaña, Vicepresidente Francisco Ageitos, Secretario José Barreiros, Vice Secretario José Castiñeira, Tesorero José Conde, Contador Manuel Pasantes; Vocales: José Dios, José López.
A muchos les sorprende la existencia de sindicatos anarquistas en Galicia hace un siglo, y sobre todo en el mundo rural donde prevalecían la agricultura y la pesca. Pero en Galicia pese al gran desconocimiento general, no solo había sector primario, también importantes bolsas industriales y una economía especializada y emergente que va a aprovechar distintas coyunturas favorables. El agrarismo había sido un potente movimiento en los inicios del siglo, el primero en donde el pueblo gallego se implicó verdaderamente en la desacreditada y elitista política de la época; del mismo modo el mundo del mar mostró su pulso y combatividad en no pocas huelgas y reivindicaciones. Durante la República, al lado de las libertades democráticas y la formación de nuevos partidos, el sindicalismo anarquista en el rural gallego creció enormemente y se multiplicó el número de afiliados.
Miguel Iñiguez ya advertía que el anarquismo gallego es singular, y lo vemos en los dos comités de Camariñas. Porque Galicia crea una CRG, una versión galaica y muy autónoma de la CNT nacional a la que pertenece. Una confederación que no necesita de la militante FAI, porque seguía un anarquismo de esencia y pegado a los problemas de la tierra, de los gallegos, más que en otras luchas y reivindicación de líderes (Lenín, Trotski).
Respondía a las necesidades orgánicas de la CNT pero reconociendo el contexto específico gallego, las luchas obreras propias, y la actividad anticaciquil; también contra el caciquismo republicano, contra alcaldes y cargos de izquierda que intentaron con denuncias y amenazas cercenar a los comités de nuestra ría. El activismo confederal en los tres primeros años de la República, en nuestro caso su apoyo a las demandas del mar, dio como resultado su gran expansión en un período corto. Y la entrada de un buen número de mujeres, trabajadoras en los distintos oficios vinculados a la pesca: la conserva, el salazón, la carpintería y los aserraderos, el marisqueo, el transporte y la venta. Tras la Revolución de Asturias de 1934 los sindicatos locales sufren un fuerte golpe, pero resurgen en 1936 con su participación activa y decisiva en la ría a favor del Frente Popular.
El movimiento gallego mantuvo relaciones especiales con los republicanos y con el Partido Sindicalista de Pestaña. A los que debemos añadir en el caso del SOV de Ponte do Porto el vínculo frentepopulista con el POUM de Maurín. Y unos grupos, también los de Camariñas, muy unidos a la militancia sindical americana, en nuestro caso local a la Argentina. Muchos de nuestros sindicalistas habían sido activistas en las dos orillas.