– Xosé Manuel Lema – @xmlema
Escribo en presente aunque pasaron treinta años de su asesinato. Siempre mantengo que las personas viven si se recuerdan. Y los recordamos.Recordamos que hace 30 años, un jueves. Día de San Antonio.El escenario de la tragedia es la localidad de Valle de Trápaga (Trapagaran), en la provincia de Vizcaya.
El compostelano Ricardo Couso Río tenía 38 años y llevaba 12 en el País Vasco como agente de la Benemérita. Y el destino aprobado para retornar pronto a Galicia. Pero no pudo ser.
El asesinato de Ricardo Couso delante de su hijo
Aquel día el Volkswagen Passat de Ricardo se detuvo en el colegio al que iban sus hijos, Carolina, de 14 años y Ricardo, de 9 años. La niña ya había salido de clase. Al hijo no le dio más tiempo que el de entrar en el coche. Otro coche se detiene con tres asesinos en el interior. Unos siete disparos artraviesan el cristal delantero del coche del agente.. Huida. Y comienzan las otras balas, las de la indiferencia. La escena que narró la mujer de Couso, Fina Saavedra a Edu Sánchez de Soitu es demoledora:”“Nadie tuvo el valor, ni la decencia, de coger a ese niño de nueve años y acercarse a darle un mimo después de haber visto el asesinato de su padre”.
Antes de partir para Galicia hubo un funeral el 14 de junio en tierras vascas. El cadáver se transportó en un avión militar hasta el aeropuerto de Lavacolla.
Entierro en Galicia
Fue enterrado el 15 de junio en Santiago de Compostela. Se trasladó desde un cuartel de la Guardia Civil (allí se había instalado la capilla ardiente) hasta la iglesia de San Francisco, en donde se celebró el funeral, oficiado por el entonces Arzobispo de Santiago, Antonio María Rouco Varela.
Historias de coraje y valentía
En distintas ocasiones en la historia de nuestro país el coraje y la valentía se han representado con nombre de mujer. En este caso, en la figura de Fina Saavedra, que durante años luchó por su familia, y por la memoria de Ricardo y de otras víctimas.
Carolina es periodista y escribió el libro:”La Guardia Civil frente al terrorismo: por la libertad, por las víctimas”. Su hermano Ricardo se hizo guardia civil.
Volviendo a Fina, ejerció, durante años, un papel destacado en la Asociación de Víctimas del Terrorismo.Además de tener siempre palabras de aliento, para los que pretendemos que la lluvia del tiempo no borre los nombres de estos servidores públicos y de otras personas que no merecían tanta injusticia envuelta en pólvora. Pero sabemos que la muerte no es el final. Por eso lo recordamos y escribimos con orgullo sus nombres. Hoy el de Ricardo Couso Río.