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Uno de los siete disparos le alcanzó el corazón. El Cabo primero de la Policía Nacional, Ovidio Díaz López, fue la víctima del “atraco político” perpetrado por ETA, en una sucursal del Banco de Santander de la calle Caspe de Barcelona.
El calendario se volvió a teñirse de sangre. Era el viernes 6 de junio de 1975. Los terroristas atracaron el banco. Una empleada activó una alarma conectada a la Policía, que envió una patrulla al lugar. A la salida de los delincuentes se produjo un tiroteo. Los siete asaltantes lograron escapar aunque uno de ellos resultó herido. Ovidio murió. Tenía 32 años y tenía un hijo y su esposa estaba embarazada.
Entierro en A Coruña
Sobre las 12 del mediodía del lunes 9 de junio, el coche funerario seguido por una fila de vehículos recorrió varios kilómetros por la ciudad herculina hasta el cementerio de San Amaro, en la calle Orillamar. Más tarde se celebró el funeral en la iglesia de San Rosendo. Cerca de tres mil personas quisieron despedir al policía asesinado.
El cuerpo de Ovidio había llegado el domingo por la mañana a A Coruña. En una casa colindante al domicilio familiar de la calle San Luis, se instaló la capilla ardiente,
Hubo un funeral previo en Barcelona. Allí el Ministro de Información y Turismo, León Herrera Esteban declaró:”Hoy, puedo deciros que ,dolido y amargado, el Gobierno está aquí junto al féretro de Ovidio Díaz López y hace profesión de fe de defender esos mismos derechos por los que ha muerto este policía”.
Seis semanas después dos miembros de ETA fueron detenidos, Ignacio Pérez Beotegui “Wilson” y Juan Paredes Manot “Txiki”. Este último fue ejecutado en septiembre del mismo año. “Esto es un atraco político” habían dejado claro los terroristas, armados con pistolas y metralletas.
Hoy recordamos a Ovidio Díaz López. Otra víctima gallega en el libro negro del terrorismo en España.