Rafael Lema
En nuestra histórica comarcal aún quedan muchos personajes por reivindicar. Uno de ellos fue capitán de Hernán Cortés en la toma de Tenochtitlan, la capital mexica.
Hernán de Lema, su historia
La hija de un Lema de Berdoias -Martín Rodríguez de Leis, nacido en 1637-, casó con el vinculeiro de Soesto, Francisco de Leis, uniendo las casas de Boallo, Berdoias, As Hedreiras, Mira y Soesto. Pero de Soesto salió uno de los primeros gallegos del descubrimiento y conquista de América, Hernando de Lema, quien sirvió a Hernán Cortés en la conquista de México.
Y la casa aparece ya en el viaje de Alfonso IX en 1228 vinculada a la del Escudo de Xaviña, Serantes, Cereixo, Leis. Una relación en donde Bermúdez viejos, Leis y Lema no faltan. Xora, Aplazadoiro, Buitureira, Sabadelle, Cabanela, Mórdomo, Calo, Carantoña, Loroxo, se irán entrelazando en la araña hidalga durante el Antiguo Régimen. Leis, Traba y Soesto nos aportan los primeros nombres destacados del linaje y las relaciones futuras entre estos solares y el solar de Berdoias corroboran la hermandad de sangre.
Este Hernando de Lema entre los primeros conquistadores de Indias es sin duda una de las joyas de nuestra historia comarcal. Vecino de México y natural del lugar de Soesto, en tierras del condado de Altamira, nos dicen las crónicas indianas. Llegó a La Española en 1508. Con él unos pocos gallegos, como Juan Núñez Gallego, llegado a Cuba en 1517 y reclutado por Cortés.
Cada uno se presenta con «casa e armas e caballo, hijosdalgo y persona honesta». En los últimos años del siglo XV y todo el siglo XVI la contribución gallega en la conquista fue modesta. Entre 1493 y 1519 el número de colonizadores ascendió a 5.481, de los cuales sólo 111 eran naturales de Galicia; en torno a un 2 % del total. La proporción de los naturales de Galicia descendió en el periodo de 1520 a 1539: de un total de 13.269, sólo 193 eran gallegos; es decir, en torno a un 1 '4 %.
Estas cifras dan mayor relevancia a la presencia de uno de los nuestros en la incipiente «Era das Descobertas». Cristóbal de Sotomayor -el más joven de los siete hijos del conde de Camiña y vizconde de Tuy Pedro Madruga-, en el año 1509 pasó a La Española con Diego de Colón y, según parece, en calidad de gobernador de la propia isla. Tanto Fernández de Oviedo como Fr. Bartolomé de las Casas se ocupa de sus conflictos con el hijo de Colón y más tarde con Juan Ponce de León, recordando además su trágico fin a manos de un cacique indio que vivía en su compañía y bajo su protección.
Otros gallegos se escapan de la etapa de armas de nuestro hidalgo y soldado. Pedro Mariño de Lobera, nacido en Pontevedra en 1528, destacó como regidor de Valdivia; o Gregorio Suárez de Deza, ourensano, que pasó a Indias en 1536 y fue regidor de Santa Marta hasta el año 1541. Y un Sande, gallego, que podría ser pariente de los Lema de Boallo y Traba.
Los cronistas de Indias y algún compilador gallego citan la presencia de Hernando de Lema de Soesto entre los hombres de Cortés, bajo el mando de Sandoval. En una versión, aparece como soldado veterano, viejo y retirado en México. Y uno de los que entró con Cortés en Tenochtitlan. En otra se apunta que escapó a vivir entre los indios. Más datos hallamos en el magnífico libro del mestizo y descendiente de Cortés Fernando de Alva «Historia de la nación chichineca» (1610).
Alva lo llama Fernando de Lema Gallego, para remarcar su origen, y lo cita en el capítulo XCIV, «Que trata como Cortés se apercibe para ir sobre la ciudad de México por agua y tierra y sitiarla». Lema es uno de los cuatro capitanes de tropas de la tercera guarnición, el cuerpo de ejército más numeroso, al mando del general Gonzalo de Sandoval, en el sitio y toma de la capital azteca, la actual ciudad de México.
Un puesto de prestigio, en el que no hallamos otro gallego en esta etapa inicial de la conquista. Alva, con preciosa prosa, nos describe como Cortés armó 13 bergantines para entrar por la laguna en la ciudad y hacer la guerra naval. En ellos iban 300 hombres, más gente de mar y diestra en este tipo de guerra, al mando de Juan Rodríguez de Villafuerte.
En cada bergantín, 25 hombres de guerra, un capitán, un veedeor, 6 ballesteros y escopeteros. El segundo día de Pascua de Pentecostés hizo salir a su gente de tezcuco para ordenar tres guarniciones que se ubican en tres ciudades alrededor de la capital. El primer cuerpo al mando de Pedro de Alvarado, con gente de a caballo, ballesteros, escopeteros y 25.000 aliados tlaxcaltecas, esperaba en Tlacopan. El segundo, al cargo de Cristóbal de Olid y Hernán Cortés, con ballesteros, escopeteros y 2.000 tlacaxtecas, se situaba en Cuyohuacan. El tercero, al mando de Gonzalo de Sandoval, que habia sido alguacil mayor, entraría en la ciudad de Iztapalapan. Esta tercera guarnición llevaba 24 de a caballo, 13 ballesteros, escopeteros, 150 peones y gente escogida del mismo Cortés, más 40.000 aliados de Tezcuco, Chololan, Huecxotzinco y Chalco con sus líderes indios, con muchas ganas de vengar la opresión azteca.
El propio Cortés nombró por capitanes de este tercer cuerpo, el más poderoso, a nuestro Fernando de Lema Gallego, Rodrigo Ranjel, Luis Marín y Vasco Porcallo. Este tercer cuerpo entró en Iztapalapan, la rindió y destruyó, pasando adelante por una calzada de la laguna a espaldas de los bergantines. Se reuniría con la guarnición de Olid, al llegar Cortés con el resguardo y ayuda de los barcos. Entonces entraron los cuerpos unidos por la calzada y albarrada de la capital.
La tercera de Sandoval se situaría en Tepeyapac, en la actual iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe. Cortés en el asalto final decidió ir en los bergantines, partiendo el viernes tras el Corpus. Destrozó las canoas mexicanas (meshicas) en la laguna, saltó a tierra con tres tiros o cañones de un barco y asentó un baluarte para hacer la guerra en la misma ciudad. Sandoval le envió 50 peones. Otro dia Sandoval con los suyos partió a Cuyohuacan y peleó con los mexicanos de camino, desbaratando y matando muchos.
Se unió a dos bergantines en la lucha. Con diez de a caballo Sandoval se fue donde Cortés hasta ser herido en un pie, algo que no le impidió seguir en otras acciones. Cortés indicó a Alvarado y Sandoval que al tiempo que él con el apoyo de los bergantines arremetía contra el cercado ejército mexicano, lo hicieran ellos también por las calzadas.
Cayeron el grueso de los hombres del tercero de Sandoval desde Tepeyacac (Guadalupe) y tras dos horas de combate dejaron a los defensores reducidos en un baluarte. Esta crónica confirma la versión de que nuestro Hernando de Lema fue de los primeros que entraron con Cortés en la toma de la capital de los aztecas o meshicas, llamados mexicanos por el cronista mestizo Alva.