Juan Gabriel Satti Bouzas
En Lima, Perú, compuso Don Pedro Mexía de Ovando, hombre de capa y espada, un libro que lo intituló “La Ovandina de la nobleza”, y lo imprimió el tipógrafo Jerónimo de Contreras con licencia del virrey, Príncipe de Esquilache, que le dio a 30 de enero de 1620; con aprobación del doctor don Alonso Bravo de Saravia, alcalde de la Real Audiencia de esa ciudad.
Don Pedro fue uno de los muchos aventureros que pasaban a las Indias con el afán de hacerse una pequeña fortuna con que remediar su pobreza.
Harto de recorrer la mayor parte de las colonias americanas, ya como soldado, ya como viajero, y viendo que la suerte le era esquiva; este hidalgo pobre, pero muy pagado de su nobleza, real o imaginaria, era un autodidacta ávido de leer todo tipo de libros que trataban de antigüedades históricas de España, y más aún otros de genealogías nobiliarias.
En efecto, tenía lleno el cerebro de blasones, escudos y ejecutorias e imaginó un expediente para darse un poco más de alcurnia que pudiera granjearle la amistad de algunos ricohombres de la época.
Primera edición de «La Ovandina de la nobleza» y retrato de su autor (bibliotecavirtualdeandalucia.es)
Así al historiar la Casa de Mexía, afirma proceder del mítico rey de Duio en Finisterre (Codex Calixtinus, Lib. III) en los siguientes términos:
“Y queriendo yo especular y saber de donde tomaron fundamento estos caballeros para llamarse Messias, no le he podido hallar, porque si quieren dezir que de Christo, por ser el primero que se baptizó en España el rey Duyo, de quien vienen los deste linage, no viene bien; porque Christo Señor nuestro no se llamó Messia, sino Jesús, que quiere dezir Salvador; y assi, el rey Duyo no tomó el nombre de Messia, por esta razón, en el baptismo, sino el de Christobal, cuyo nombre adquirió en el Baptismo con la ley de Gracia, y el apellido de Messia, de una almexia grande, de hechura de caracol, con que le baptizó el apóstol Santiago, vasija preciosa en aquel tiempo, por no ser las riquezas (Dios de los hombres) como lo es en estos de muchos malos que tienen puesta su felicidad en ellas…”
“Mexia es nombre admirable, y en él se encierran tres divinos y santos, como son Jesús, Christo y Maestro, que son los más principales que tuvo el hijo de Dios según su humanidad santissima; porque con sola la M dize Maestro; con la X, Christo, y con I, Iesus; de donde se puede colegir y entender que fue permisión del cielo que el Apóstol Santiago echase el agua del Baptismo al rey Duyo con semejante instrumento, vasija sola y apartada en que él bebía, y que tomando su nombre y apellido (quedasen cifrados en él los tres tan altos de Christo, y la memoria en sus descendientes de ser el primero que dejando la idolatría en España, recibiese el Baptismo y ley evangélica.
Ultra, que en buena Ortografía y lenguage no cabe el nombre de Messia, cuando alegasen los que se lo llaman, que lo han hecho, por más elegante y sentencioso que el de Mexía.”
El castillo del Rey de Duio en un grabado de «Historia del Apóstol Santiago Zebedeo, Patrón y Capitán General de las Españas», publicada en 1610 por Mauro Castellà Ferrer (BNE)
Y agrega:
“Digo esto por los caballeros de la casa y linage de los Mexias, que habiendo sido muchos dellos reyes propietarios de toda Galicia, en la gentilidad, esten hoy la mayor parte de sus descendientes en tanta necesidad como todos saben, siendo quien dio principio a los deste linage, el hombre que recibió primero el santo Baptismo en España por mano del Apóstol Santiago el mayor. Son las primeras armas desta casa, una cabeza de perro negro, en campo de oro, de las cuales usó el rey Duyo Mexia en sus banderas y estandartes antes que recibiese el Baptismo santo.
Las segundas son un caracol o almexia, jaquelado de plata y rojo, o rayado sobre color celeste. Las terceras, un jabalí espinoso, en campo de oro, de las cuales han usado muchos deste linage; pero Bustos Mexia, cabeza desta familia, y de quien se trae la sucesión, tomo tres fajas por armas azules en campo de oro, y estas se han guardado y observado en las casas que han continuado este apellido, como parece del Real Archivo, y del libro que escribió de testamentos el Obispo Sisnando Compostelano, a quien siguió don Alonso de Fonseca, Arzobispo de Santiago, para poder escribir los tratados que hizo de los solares y casas nobles de Galicia, donde en primer lugar pone la de Mexía, dándole por solar toda la tierra alta y baja de Betanzos, y assi dura oy con este apellido una sierra y montaña que esta una legua desta dicha ciudad.”
Nombrando una serie de muchos historiadores y sumarios, ninguno de ellos le pronuncia con dos SS, sino con X.
El Rey de Duio cae al río persiguiendo a los discípulos de Santiago en el milagro del «Puente de la Vida» // Bautismo de la Reina Lupa con una «almexia» o vieira (s. XV)
Continúa el relato: “Después que el rey Duyo de Galicia hubo recibido el Baptismo santo, se llamó Christobal Mexia, e inmediatamente le recibieron su hijo y siete de sus privados y grandes del reyno, como parece de memorias antiguas del Archivo Compostelano, con que vinieron después a baptizarse todos los nobles y muchos de los plebeyos.
De donde saca el Autor lo mucho que importa que la cabeza y rayz sea buena y de buen exemplo, pues mediante el que diere con sus buenas obras, christiandad y virtud, le han de seguir sus súbditos y echar ancoras que les aferré y apesgue contra los impetuosos vientos y borrascas de los vicios; y por el contrario, si es mala y de mal ejemplo, pagara por sí y por todos los que della aprendieren, y por lo primero será premiado, y por lo segundo castigado de la justicia de Dios. Assi, luego, que el rey Duyo fue enterrado en la Fe, y baptizado, mando por edicto general que todos se baptizasen y siguiesen la ley evangélica, y derribasen los Ídolos. Lo mismo hizo su hermana la Infanta Lupa, después de haberle pasado grandes cosas con los discípulos del Apóstol Santiago, de donde se infiere la santidad y buen zelo deste rey, cuyo retrato parece cerca del Altar mayor de la apostólica casa deste Santo Apóstol, donde está Sepultado en un maravilloso sepulcro.
Infografía junto a las ruinas de la fortaleza de Mesía en A Pobra, concello de Mesía, pcia. Coruña.
Trata mucho del don Mauro Gástela, el Arzobispo de Santiago Don Alonso de Fonseca, el Obispo Sisnando, y el santo Franquila, monge benito Abad del Monasterio de Celanova, en el libro intitulado `Desierto´ (libro 2, cap.17), y todos concuerdan en las grandes donaciones y obras pías que hizo a los discípulos del Apóstol Santiago para que fundasen iglesias y otros santuarios con bastantissima renta. Casó el rey Don Christobal Mexia, llamado antes Duyo, con la reina Astruella, de quien tuvo por hijo al Infante Enego, o Diego Duyes Mexia, que floreció en la era de 48, siendo Emperador y señor de España Claudio, hijo de Druso, y abuelo de Caligula; gobernó veynte años el reyno de Galicia y Portugal, pero sin título de Rey, porque los romanos se lo perturbaron hasta que fue declarado por el Emperador Galúa, de quien proceden los Galvanes de España, que se intitulase rey, con tanto que diese la obediencia, y reconocimiento al Imperio: cuya negociación trae muy bien el Obispo Sisnando; el Arzobispo Don Alonso y el Abad Fronsino, en una dedicatoria que hizo al rey Don Alfonso el Magno. Duró el reyno de Galicia y Portugal, en el linage de los Mexías 370 años, según la tradición que se tiene, y parece por memorias, y en el de 371 de la era de Cesar fue el principio de la cayda desta Real y esclarecida casa, y entrada en el Reyno, el rey Hermerico de los Suevos y Vándalos, por cuya causa no se tiene noticia de la sucession de los de aqueste linage hasta la entrada de los Godos en España, que reynando Leovegildo, año de 569, se juntaron los nobles de Galicia, y nombraron por su General a Gustos Mexía.
Muros de la fortaleza y blasón de los Mesía o Mexía.
Con cuya acertada elección echaron del reyno año de 569 a Andrea, que tyranicamente los posseya, y dieron la obediencia a los godos; y assi, le dio el Rey Leovegildo al dicho General Gustos Mexia toda la tierra del Bierzo, fuera de la que él tenía, con título de Duque. Engendró a Diego Gustes Mexia, Frutuoso, y otros.
Diego Gustes Mexia heredó la casa y estado de su padre; tuvo mucho lugar con los reyes Recaredo, y Loyua II, por los años de 586 hasta los de 602; fue de su Consejo, y uno de los que más le sirvieron en la reformación de las Iglesias, y guerras contra franceses; hallóse en el Concilio tercero Toledano, donde se mandó desterrar la secta de Arrio, que había doscientos y treze años que estaba entre los godos, convirtiéndose todos a la ley evangélica. Estuvo a su cargo muchos años el gobierno de Galicia y Portugal. Casó con Aldara Gureri, señora de grandes portes y estados, de quien nació Obero Mexia, uno de los más señalados caballeros de su tiempo; hallóse en su mocedad en los palacios de los reyes Gundemaro y Sisebuto, y a la resolución que se tomó de guardar la inmunidad de la Iglesia, como lo refiere San Isidoro, y a hechar de España a los judíos que no se baptizasen. Ay memoria deste caballero, en los privilegios y donaciones que se dieron a la Iglesia de Santa Leocadia. Fueron sus hijos Fructuoso Mexia, y Doña Martina, muger de Pablo de Maceda, señor y cabeza desta casa, de quien han procedido muchos y buenos caballeros.
Fructuoso Mexía fue tercero Duque de Bierzo, y señor de otros estados, pero desde su niñez dio grandes muestras de no dejar sucesión, porque se inclinaba a cosas de la Iglesia; dieronle sus padres por maestro a Conancio, Obispo de Palencia, también de santísima vida, monje benito, y muerto el Duque su padre fundó el monasterio de Compludo, donde se recogió con advocación de San Justo y Pastor.”
Hasta aquí lo principal de este curioso relato que prosigue enlazando parentescos hasta llegar al autor del mismo. Si la obra fue desautorizada en su época no hubo de ser por la falta de rigor documental, práctica habitual en este tipo de publicaciones, sino por las críticas a la Iglesia y políticos locales que contenía.
La proliferación de nobiliarios, libros de heráldica y todo tipo de ediciones genealógicas, se hizo tanto más útiles y necesarias cuanto mayor era la exigencia de probanza de hidalguía para ocupar diferentes cargos de estado y la obtención de privilegios por razón de abolengo.
Así pues, la capacidad inventiva para fabular sobre los personajes y origen de dinastías nobles es muy considerable en muchos autores.
La ficción en la literatura genealógica solía recurrir a mitos épicos e historiográficos peninsulares, como acabamos de comprobar con el Rey de Duio (convertido al cristianismo por el apóstol Santiago). Al tiempo que muestra la fama de que gozaba Finisterre en aquellos tiempos.
Sepulcro de D. Lope Pérez de Mesía y Mendoza conservado en el claustro de la Catedral de Santiago. (Foto Lamigueiro xenealoxiasdoortegal.net)
Estos orígenes tan fabulosos de los linajes, hoy en día solo sirven para oscurecer y dificultar su formación para hallar raíces genealógicas; y más en casos de apellidos, como el de Mexía, que llevaron familias de muy distinta procedencia. Y esto no es privativo de esta estirpe, puesto que los hay quienes se identifican con la Reina Lupa y su esposo Rivano (Rivadeneira), una sirena (Mariño), un general romano (Deza, Pacheco), un duque de Bretaña (Guzmán), reyes godos (Zuñiga), reyes de Francia (Monroy), etc.
Prescindiendo, por tanto, de fantásticas leyendas y tradiciones, cabe solo manifestar que el apellido Mexía es puramente patronímico en la generalidad de las familias que lo ostentan, o sea derivado del nombre propio de uno de sus antecesores.
Los genealogistas escriben indistintamente Mesía o Mexía, pareciéndoles tan ligera esta variante que no se paran en motivarla. Por ejemplo, López de Haro, después de haber tratado de algunos caballeros del apellido Mesía, sigue dando el de Mexía a sus sucesores.
La casa pues de Mesía o Mexía fue una de las más nobles y antiguas de Galicia, de donde sus insignes hijos pasaron a la conquista de Andalucía, estableciéndose en Úbeda, Baeza y principalmente en Córdoba.
Una de sus ilustres líneas se entroncó con la Casa de Moscoso por Don Lope Pérez de Mesía y Mendoza († 1468) que murió en el sitio a la Catedral de Santiago a causa de una epidemia. Por su testamento (1457) dejó heredero en la fortaleza de Mesía a su primo Ares Pardo das Mariñas.
Estaba casado con Dña. Urraca de Moscoso, heredera del señorío materno sobre la villa y puerto de Laxe. Dueña de las fortalezas de Cereixo, Traba, Broño, y Barcala; que al enviudar se desposó con Pedro Álvarez Osorio y ambos fueron padres del segundo Conde de Altamira, Don Rodrigo Osorio de Moscoso.
Las armas de Mesía, Mexía o Mejía, son: escudo de oro y tres fajas de azur (“Nobiliario de los reinos y señoríos de España”, F. Piferrer-1857).