//Rafael Lema//
En los meses previos a la guerra civil un curioso suceso marítimo llenó muchas páginas de la prensa nacional e internacional, la derrota en nuestras aguas de un supuesto barco pirata, el Girl Pat, que entró en Corcubión en abril de 1936. ¿A qué se dedicaba? Tráfico de armas, espionaje, búsqueda de tesoros submarinos, cobro de un seguro fraudulento o la aventura sentimental de un marino romántico de casta fueron algunos de los objetivos mencionados por la prensa y salieron a relucir en el juicio. Puede incluso que todo entre en el mismo lote. De hecho su patrón George «Dod» Orsborne tras su detención era todo un personaje en Inglaterra, publicó sus aventuras, y quizás se truncó una carrera en Hollywood a causa de la guerra mundial, en donde destacó en comandos especiales, en la defensa naval y en el desembarco de Normandía.
Unos ejemplares de «La Estampa» relatando la peripecia del barco pirata en Corcubión me llevó a seguir por las hemerotecas esta epopeya náutica. El diario madrileño envía a un corresponsal Luis Martín Roses, y dedicará varios reportajes a cubrir las peripecias de estos piratas modernos hasta que en el número del 18 de julio, redactado poco antes del golpe militar, anuncia «el triste fin de una aventura de piratas», al ser abordado el barco fantasma por la lancha rápida de la policía marítima Pomeroon que encontró al arrastrero a 30 millas de Guayana.
Al mostrar los cañones, el capitán inglés enarboló la bandera blanca de rendición pero la motora de la Policía no vio la señal y a toda máquina embistió la popa del Girl Pat, causándole un buen destrozo.
George «Black» Orsborne según el redactor «blasfemó e injurió tanto a quienes le detuvieron…que tuvo que pasar con sus compañeros en una ambulancia al cuartel general de la Policía». En «La Estampa» habían advertido en el reportaje anterior de su estancia en Corcubión que «un joven marinero, muchacho taciturno y débil» parecía una mujer pese a que en su rol solo figuraban hombres. Tras la captura se corrobora la versión del periódico español. Era una mujer, Elizabeth Sort, que «fue raptada por Orsborne, que la hizo su amante, obligándola después a trabajar en las faenas más duras del buque». Ella fue liberada y según la crónica se marchó a Nueva York «contratada por una casa de películas». El buque fue valorado entre 3.000 y 5.000 libras con un gasto en reparaciones de 500 libras, tras el fuerte golpe recibido con la patrullera.
Girl Pat era un arrastrero de pesca inglés de 55 toneladas, con base en un puerto de Lincolnshire, Grimsby, que en 1936 fue objeto de una sensación mediática cuando su capitán lo llevó a un viaje transatlántico no autorizado. La escapada, como vemos, terminó en Georgetown, Guayana Británica, con el arresto del capitán, George «Dod» Orsborne, y su hermano James. Junto a un misterioso marino que resultó ser una mujer, amante del patrón, que había dejado mujer y siete hijos en Inglaterra. La pareja de hermanos fue posteriormente encarcelada por el robo de la nave. George cargó con 18 meses de trabajos forzados y james con 12. Tras la marcha del barco el día 3 desde Londres se dio por desaparecido hasta que llegaron las facturas emitidas en Corcubión; en donde hizo una escala el 12 de abril de 1936 a las cuatro de la tarde para reparar averías en el motor.
También gastaron dinero en suministros que cargaron a la compañía. En su estancia de 12 días en Corcubión ya habían causado ciertas sospechas en el pueblo por su actitud, con algunas melopeas y discusiones entre sus seis marineros. Según informantes locales, los tripulantes del barco estaban sublevados y por ello zarparon de forma imprevista el 24 de abril a las doce de la noche. El patrón había comunicado a las autoridades locales que procedía de Aberdeen e iba a Gibraltar. Cuando llegan los avisos de la búsqueda del barco por piratería, la prensa se hace eco de esta escala y varios patrulleros salen en su búsqueda.
También las agencias de prensa de Londres y París reclaman a los periódicos gallegos más datos. En «España Marítima y Pesquera» indican que el barco iba camino de la Isla Salvaje, cerca de Canarias, y «va en busca del tesoro escondido por el capitán Kidd». El titular lo describe como «el Girl Pat, navío pirata». En Inglaterra creen que se dirigía a Douvres en donde había importantes bancos de pescado. Desde Las Palmas comunican su avistamiento en la Isla Salvaje, que pertenece a portugal.
El ABC seguirá la pesquisa de su rumbo durante varios meses. El 20 de mayo llena media página con titulares como «El barco pirata fue visto a unas 120 millas de las islas Canarias. Se dice que va en busca de un tesoro», o «Scotland Yard se pone al habla con el Almirantazgo para perseguir a los filibusteros», «¿Logrará el capitán del Girl Pat burlar nuevamente la persecución?»; y cita informes de United Press y el Daily Mail. El trawler había sido avistado en la citada isla lusa por el pesquero español Cantábrico. El consignatario de buques Demetrio Vázquez de Corcubión informa que el barco es propiedad de sir Richard Irving, acaudalado armador inglés, y que en su estancia en el puerto gallego el buque cumplió con todos los requisitos legales, pagando sin regatear la reparación de una avería que traía y todos los demás gastos con una liberalidad que llamó la atención.
El 21 de mayo el diario da cuenta de su avistamiento en la misma isla por el mercante inglés Avoceta de la compañía Yeoward de Liverpool. De nuevo insiste en que buscan el tesoro del capitán Kidd del siglo XVIII, y recuerdan que el gobierno inglés en 1930 ya había realizado la misma operación, pero se trata de una zona peligrosa y batida por las tormentas. Varios periodistas canarios e ingleses habían salido a las citadas islas. Un marino de la localidad de Grimsby acreditaba que el capitán tenía copias detalladas del plano de las islas y del lugar del tesoro. El 27 de mayo ABC informa de la llegada del barco a Dakar, en donde estaba vigilado por las autoridades francesas desde el 26; pero de nuevo otro aviso recibido desde Dakar notifica la huida del barco burlando la vigilancia. El capitán había comunicado que quería probar los motores y aprovecha para huir con el arrastrero, dejando al segundo de a bordo ingresado en el hospital. Francisco Camba en el mismo medio escribe un largo artículo, añadiendo al capitán en la estirpe de los personajes de Stevenson. Además ahora se sospecha que es contrabandista de armas.
El 18 de junio aparecen dos noticias certificando el naufragio del barco en Bahamas, tras su paso por la Guayana; pero el 28 de junio se acaba la aventura, y ABC comenta el «epílogo de la aventura del barco pirata. El capitán del Girl Pat encarcelado». El artículo indica que un tripulante revela como el capitán quería vender el buque fantasma. También aclara que el capitán nunca pensó que su viaje se convirtiera en un acontecimiento sensacional de la prensa europea. El master se habría decidido por la aventura, sacando provecho del barco por las dificultades económicas de la empresa, extremo aludido luego por el abogado defensor de los hermanos aventureros, que ya eran dos celebridades mundiales. En Londres un agente de teatro ofrecía 200 libras por semana a los tripulantes para realizar un music hall. Por lo de pronto el 27 los dos hermanos Orsborne ingresan en una lúgubre mazmorra.
Construido en 1935, el Girl Pat era propiedad de la Marstrand Fishing Company de Grimsby. Con 55 toneladas GRT, y medidas de 20×5,7×2,7 metros. Un motor con potencia 120 hp. El 1 de abril de 1936, Orsborne, con una tripulación de cuatro personas y su hermano James soltó amarras sin permiso del armador y sin atender a la prevista campaña de pesca en el Mar del Norte de dos a tres semanas de duración. El capitán durante un viaje de más de 6.000 millas náuticas (11.000 km) solo contaba como apoyo a la navegación, ante su precipitada marcha, de un atlas escolar de seis peniques y una brújula. Se enroló un supuesto mecánico que se trataría de su amante, porque el oficial quedó en tierra. Orsborne y su tripulación fueron aclamados como héroes en la prensa mundial, aunque dieron con sus huesos en la cárcel. Pero la confusión sobre sus intenciones no fueron aclaradas en el juicio.
Acusado del robo de la embarcación en octubre de 1936, Orsborne sostuvo ante los tribunales que los propietarios le habían instruido para deshacerse del buque, como parte de un plan para obtener el seguro. Esta demanda fue desestimada por el tribunal. Años más tarde, en sus memorias, Orsborne contó que había estado llevando a cabo una misión en nombre de la Inteligencia Naval Británica, relacionada con el estallido de la Guerra Civil Española en julio de 1936.
Después de su liberación de la prisión, Orsborne tomó parte en más aventuras marítimas, servicios especiales, y sirvió en la marina en la Segunda Guerra Mundial. Murió en 1957. En Georgetown, el Girl Pat fue adquirido por nuevos propietarios que la devolvieron a Gran Bretaña, donde fue exhibido como una atracción turística. En 1939 fue vendida a la Autoridad del Puerto de Londres para su uso como buque de salvamento de naufragios y, después de ser requisada por la Royal Navy en 1940, durante la guerra, fue devuelta a la autoridad en 1945. Se sabe que desde esa fecha estaba amarrada en Londres.
El juicio en el tribunal de Old Bailey comenzó el 19 de octubre de 1936. Para la fiscalía no era «una aventura de un alegre bucanero», sino como una violación de la confianza del armador por parte de George Orsborne. El objetivo del viaje no había sido beneficiar a los propietarios, sino el afán de obtener dinero de los acusados.
En el juicio sale a la luz que George Orsborne habló al rol de contrabando de mercancías y de armas. Orsborne dijo que mientras el barco se refugiaba en Jersey, había sugerido a la tripulación que «podían tomar unas vacaciones», y luego propuso que hicieran un viaje por el Océano Atlántico antes de regresar a Grimsby, con la intención de devolver el barco. Orsborne añadió que mientras estaban en el puerto de Corcubión le ofrecieron dinero por el Girl Pat, pero lo rechazó. Negó que hubiera tratado de ocultar la verdadera identidad del barco en Dakar, y la repentina partida se debía a problemas con los nativos. Tampoco había intentado evadir a las autoridades en Georgetown; sus movimientos allí habían surgido de la preocupación por la seguridad de su buque, que estaba siendo comprometida por las maniobras de la lancha de la Policía.
James Orsborne se había quedado con su hermano porque «pensé que si iba a hacer algo loco podría lograr prevenirlo». El abogado defensor dijo que la clave del caso era si los hermanos Orsborne tenían la intención de privar a los propietarios de su embarcación para siempre, viendo aquello como un alegre paseo por medio de mundo más que un robo o algo más siniestro. El juez condenó los negocios de los Orsborne con la prensa por los derechos de su historia. «Si los dos prisioneros eran culpables o inocentes (de robo), la propiedad de otra persona estaba siendo utilizada por ellos sin permiso…George Orsborne sabía claramente que actuaba directamente en contra de los intereses del armador» sentenció su señoría. El jurado, tras 35 minutos, emitió veredictos de culpabilidad contra ambos acusados. El 22 de octubre George Orsborne fue condenado a 18 meses de prisión, y James a 12 meses.
Trece años después del juicio, en una memoria titulada Master of the Girl Pat publicada por Doubleday, George Orsborne indicaba que había sido reclutado en 1935 para trabajar para la Inteligencia Naval Británica. La empresa Girl Pat era una misión secreta, relacionada con la inminente Guerra Civil Española. Entre las paradas en Corcubión y Dakar, Orsborne afirma que llevó a cabo una misión para volar un puente ferroviario en el Marruecos español.
Las paradas en Port Etienne, Dakar y otros lugares habían sido para recibir más instrucciones de la Inteligencia Naval. Algunas fechas y nombres están cambiados; y el juicio de Old Bailey no guarda relación con el registro oficial. Osborne describe su estancia en la prisión de Wormwood Scrubs como «una experiencia maravillosa. No me lo habría perdido por nada». La prensa y la opinión pública se decantaron a favor de los dos hermanos. The Times, The Spectator, Daily Mail agradecieron a los aventureros haber dado una romántica serie de artículos para satisfacción del público, con un gesto anti-establishment que los convertían en héroes nacionales. Si eran o no espías el caso es que los dos hermanos posteriormente fueron reclutados para prestar servicios a SM. En nuestra guerra civil y en la guerra mundial. James Orsborne trabajó durante un tiempo en el Mediterráneo, ayudando a los refugiados de la Guerra Civil Española.