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jueves, marzo 21, 2024

Camariñas y Xornes tierras de Mondoñedo en la Costa da Morte

En el anterior capítulo: la ría de Camariñas y Bergantiños recibieron migraciones de Bretaña en el siglo VI

Rafael Lema

En los inicios de la Reconquista, obispos lusos exiliados en Galicia recibieron tierras en nuestra comarca para su sustento. La mitra de Lamego dispuso Nemancos (de «nem», monte sagrado); la de Dumio, obtuvo Seaia (salagia, salawya; de «salo», mar). Unas cesiones temporales que sin embargo dejaron unas islas fuera del contubernio, como Camariñas y Xornes (Ponteceso). En ambos casos, como ya hemos analizado, las viejas raíces de bretones exiliados en estos puntos jugarían a favor de eximirlas del contrato. Por lo menos desde 864 Nemancos y Seaia pertenecen a Britonia-Mondoñedo. En el 915 solo Camariñas se desprende de la cesión de Nemancos a Iria. En 1122 queda Xornes como único enclave bergantiñán mindoniense. Xornes nunca fue de hecho de Seaia como su entorno (una veintena de parroquias), pero si visitada por sus clérigos. Recordemos que formaba parte del arciprestazgo de Camariñas, junto a esta localidad, extinto en 1955.

Desde el siglo IX hasta nuestros días estas dos feligresías de estas marcas continuaron unidas a Mondoñedo, testimonios de un hecho histórico milenario. En el libro de defunciones de San Jorge de Camariñas 1933-1959 se indica el cambio. En estos años todavía Camariñas pertenecía al obispado de Mondoñedo, pues hasta mayo de 1955 siendo cura ecónomo don José Abelenda Santos no pasó a depender de Santiago de Compostela, por una serie de permutas entre sedes gallegas para la mejora del servicio y eliminar estas excentricidades.

Ya en el Catastro de Ensenada de 1753 se indicaba que Camariñas formaba un arciprestazgo dependiente del arcediano de Melide, que lo visitaba por manda de Mondoñedo. Un caso insólito y popularmente sin explicación (que ahora desvelamos) en el territorio de Nemancos, que ocupaba la Fisterra y la ría de Camariñas. En el siglo IX tras las invasión árabe la extensa parroquia iriense de Nemancos (21 parroquias) pasa a depender de Mondoñedo, y sufraga las costas del obispo lusitano de Lamego, huido con otros de la zona ocupada por los árabes. Camariñas y Xornes seguirán con el obispado mindoniense pese a la reposición de la sede. Alonso I en 739 ocupa Lugo, en 749 atraviesa el Duero y se apodera de Lamego, de donde trae cristianos, botín y reliquias.

Son ocupaciones temporales, enseguida tomadas por los árabes, pero marcarían el inicio del lazo de Nemancos y Mondoñedo. Aunque ya vimos la conexión bretona del s. VI, detrás de otra filiación; la presencia de bretones exiliados en los dos territorios. Nemancos pasará de nuevo a Iria, en el s. X. En 915 el rey Ordoño II devuelve a Iria ciertas decaneas que mantenían a los obispos del sur refugiados. En esta fecha Nemancos parece conformar la división eclesiástica de un commissum civil que en la documentación real figura como territorio Celticos (asiento de los celtas nerios; llegados del Annas, Guadiana), que con el tiempo perderá su cara costera. En 1177 la nueva organización de la diócesis crea varios arcedianatos, entre ellos el de Trastámara, un nombre que alcanzará la gloria en la historia nacional dando título a una dinastía.

Con todo, la parroquia de San Xurxo de Buría (Camariñas) estaría excluida de la cesión del 915, seguirá hasta 1955 adscrita a mondoñedo, como «rescaldo» de este proceso milenario. El territorio de Nemancos como el bergantiñán recibirán el influjo de la peculiar iglesia celto-britona, tanto en mitos y leyendas, ritos, como en el proceso evangelizador, similar al bretón e irlandés; con esos pequeños eremitorios en lugares alejados, la importancia de los abades en la evangelización y la vida social y económica, el peculiar papel de la mujer en la Galicia altomedieval (único en el entorno continental); las capillas e iglesias, también monasterios, bajo patrocinio noble. Junto a las abadías, grandes terratenientes gallegos son los mayores poseedores de bienes en la comarca (la familia de san Rosendo desde el s. X, los Traba). Los obispos poco poder tienen, de inicio, por ello Iria según recoge el Documento de Tructino en el s. IX solo posee dos parroquias en Soneira y Nemancos: Vimianzo y Dumbría (Sanctum Saturnimun de Vimianço, Sancta Eolalia in Donobria). Dos topónimos célticos, como Nemancos.

El dato curioso de la unión Camariñas-Mondoñedo hace a muchos preguntarse el motivo, expuesto en estas líneas, pero en sus orígenes buena parte de nuestra comarca sirvió también con sus rentas para mantener a otros obispos de la vieja Gallaecia sueva exiliados a la zona cristiana libre que no era otra que la mayor parte de Galicia. Contra los libros de textos, más allá del Miño no cruzó un árabe más que de ocasional incursión de saqueo: la sede de Iria permaneció siempre con titulares a su cargo y libre, lo mismo que la de Britonia (Mondoñedo), ambas sufragáneas de Lugo con los suevos, y de Braga con los godos; en tres décadas la «raia» con el Islam estaba bastante alejada de nuestra actual frontera y el reino cristiano de vanguardia en todo el mundo conocido (también en la Roma papal que bendecía las coronas ungidas) era llamado reino de Galicia.

Por ello era una tierra propicia para acoger exiliados mozárabes, pueblos enteros con sus cargos y abades al frente; como acogió a los bretones. Santiago hereda la sede de Iria desde 1095; se exime de la jurisdicción metropolitana de Braga y reclama en 1114 los derechos de Mérida, mientras esté ocupada por los árabes (también reclamada por Lugo). Santiago obtiene los derechos de Mérida en 1120 y la legación papal para el bravo Gelmírez. Lamego, bajo la mitra emeritense, dependerá de Santiago y en 1144-48 recupera obispado.

El monasterio-obispado de Dume en Braga, la sede del mítico san Martiño, tras ser destruida por los visigodos pasó a nuestra Britonia, que al ser arrasada por los vikingos que vienen de campar por Bretaña (966, 971) se traslada a San Martiño de Mondoñedo.

Por ello los obispos mindonienses se titulan también dumienses desde el s. IX. En 864 las correrías árabes arrasan Braga y el obispo de Dumio se retira a tierras mindonienses, naciendo este nuevo obispado de Mondoñedo, heredero de Britonia y Dume. En 997 san Rosendo ocupa la sede y su familia tendrá muchos bienes en Bergantiños. En 864 Mondoñedo recibe tierras en Ferrolterra, Mariñas, y también en Bergantiños, el arciprestazgo de Seaia. Así en la documentación aparece el nombre de iglesia de «Sogalia» (864), Salagia (830), por donde corre el agua hasta el monte Neni (Neme); o Seae, Seagia, Solagio; y otros topónimos (monte Nariga, Narica; Nemes, Nemenio). Las rentas de los hombres y mujeres de Seaia en Bergantiños servirán para este fin hasta que en 1122 tras un largo pleito pasen definitivamente a Santiago.

Iria se iba haciendo con donaciones privadas antes de pasar a Compostela. Vicetto ya cita la donación de Alfonso III a Iria en 899 en la encomienda (comisso) de «Sonera» de la iglesia de San Julian de la «villa Onexa» y la villa Gerniu, que fue de un Gadino. Muchas parroquias bajo la advocación de Santa María impulsada por el monacato románico antes tuvieron otro patrón. La cita exacta es «in comisso de Sonaria ecclesiam Sancti Iuliani, quae est fundata in villa Onexa, sive et villam Gerniu, quam nobis donavit Gadinus».

En el caso de Seaia, la historia compostelana ya trata de los pleitos entre Mondoñedo y Santiago por varias tierras, que Gelmírez quiere recuperar. En 1103 pide la devolución de los arciprestazgos de Bezoucos, Trasancos y Seaia, cedidos «en préstamo» a Mondoñedo hace tiempo. Gelmírez cuenta con defensores y detractores, y las distensiones del reino de una primitiva «irmandade» de nobles en 1110.

El pleito se alarga, hasta que logra el apoyo del conde de Traba, Pedro Froilaz, mayor propietario en la zona demandada y patrono de varios monasterios. Gelmírez hizo elegir obispo de Mondoñedo a su canónigo Munio, para facilitar las cosas. Logra que el conde de Traba ceda su monasterio de San Martiño de Xubia a la orden de Cluny, su gran apoyo externo junto a la casa de Borgoña. En 1119 un hombre de Cluny y de Borgoña es nombrado papa, Calixto II, que recibe importantes cantidades de dinero de Compostela y del rey galaico leonés (de las parias y razias en la Yspaniya árabe). Los Traba en este marco en 1119 hacen una gran donación de cuatro parroquias de Nemancos a Santiago, y seguirán otras en el siglo; además de su apoyo al monacato (Moraime, Ozón, Toxosoutos).

En 1122 Gelmírez logra un pacto de reparto y el sometimiento del obispo de Mondoñedo, Munio. Gana Santiago dos arciprestazgos, los de Seaia y Bezoucos. Además de la cobranza de rentas estaba en discusión el control de un territorio importante; y las implicaciones de la política internacional (Cluny, Borgoña, papado) en nuestra tierra, el proceso de feudalización progresiva que encuentra en Galicia una fuerte resistencia, con el surgimiento de irmandades de nobles y villanos, fuertes rebeliones.

De este proceso, quedó la feligresía de Xornes (Ponteceso) desvinculada, suponemos por donación de los Traba, hasta tiempos actuales. Este el misterio de las dos feligresía mindonienses de la Costa da Morte, Camariñas y Xornes.

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