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jueves, marzo 21, 2024

Alejandro Finisterre: la historia jamás contada del genio del futbolín, en el año del centenario de su natalicio

//Juan Gabriel Satti Bouzas//

Soy de Finisterre, soy marino: 
echadme a la mar en submarino
de pino
de Finisterre (sin pintar).
(Cantos rodados. Antología poética-1992)

Foto-Manual del radiotelegrafista de la empresa Marconi de 1912 (Blog de Radio de EA1LQ)

Lejos de comportarse como una de las figurillas tiesas de su famoso futbolín, Alejandro Campos Ramírez o por su alter ego Alejandro Finisterre; fue un genio inquieto que cosechó grandes éxitos más allá del juego de mesa que inventó.

Nació este singular personaje en el seno de una familia acomodada de la burguesía coruñesa, dueña de una famosa empresa de calzados y que residieron en Fisterra unos años debido a la profesión de su padre, D. Manuel Campos Pedreira.

Este había estudiado en la sede madrileña de la “Escuela Práctica Marconi” que dependía de la Compañía Nacional de Telegrafía Sin Hilos, filial de la Compañía Marconi inglesa; que tenía el monopolio para la construcción y explotación de la red nacional de estaciones radiotelegráficas costeras, sustituyendo a la anterior “Compañía Concesionaria del Servicio Público Español de Telegrafía sin Hilos” (“Los comienzos del oficial radiotelegrafista” , J. Cruz González y F. Piniella Corbacho – U. de Cadiz 2014).

Los aspirantes a ingresar deberían tener entre dieciocho y veinticinco años, estar en condiciones físicas aptas para el servicio, presentar certificado de buena conducta, como mínimo transmitiese y recibiese al oído 20 palabras por minuto  en el alfabeto Morse en cualquier idioma o clave telegráfica, traducir un párrafo del francés o inglés al castellano, así como poseer nociones de electricidad, mecánica y aritmética.

Foto: Estación Radio EAF 32b de Fisterra (en su inauguración y ruinas actuales) y equipos que utilizaba (Blog de Radio de EA1LQ)

Luego pagar en dos plazos una matrícula cuyo importe ascendía a la cantidad de 125 pesetas y obtendrían un curso de cinco meses. A su terminación se expedirían por parte de la escuela, los certificados que servirían para cubrir las vacantes que surgiesen en el servicio de la CNTSH.

Don Manuel salió con 23 años en la tercera promoción del curso de 1913 y siguió la carrera hasta ser oficial técnico y delegado de la Compañía. El 18 de enero de 1914 ya está impartiendo una conferencia sobre su profesión en las veladas de la Juventud Católica, de la que era socio.

Al tratarse de una nueva carrera que garantizaba un buen empleo en la progresiva instalación de estaciones costeras en el país y de a bordo, Campos Pedreira resultó un buen partido para la joven Josefina Ramírez Barreiro; que hicieron público su compromiso en junio de 1916, casándose en enero del año siguiente.

La estación de 1/2 Kw instalada en el Cabo  Finisterre e inaugurada el 16 de Noviembre de 1913, fue el destino asignado al joven radiotelegrafista que permanecerá allí con su familia hasta 1924.

FOTO 3- Extracto de la partida de nacimiento de Alejandro Finisterre (donde consta la profesión del padre) y su playa favorita de Calafigueira en los años 20 (foto JG Satti).

Es el 6 de mayo de 1919 cuando nace su primer hijo, de otros nueve que vendrán y llevará el nombre de su zamorano abuelo materno: Alejandro Campos Ramírez; el cual se refería a sus recuerdos de la infancia en Fisterra, de la siguiente manera:

“La verdad que son muy escasos, puesto que a mis cinco años salimos de allí… (pero) nos aproximábamos en verano. Recuerdo mi gozo en aquella hermosísima playa de Calafigueira; también que asistía con mis padres en las visitas que hacían a casa del farmacéutico D. Víctor Lado, del médico Sr. Esmorís, de Angelito Sendón o de la Rusa”.

Era habitual que en las páginas de sociales de los periódicos de la época, apareciera la familia Campos participando en distintos eventos. Así el 20 de mayo de 1931 podemos leer que “Don Manuel Campos Pedreira, delegado de la Compañía Marconi de Telegrafía Sin Hilos y copropietario de los Almacenes Casa Campos” (no olvidemos este dato), asistía a la boda de su cuñada Carmen Ramírez con el administrador de Correos de Cambados, Celestino Vilar Amigo.

FOTO – Primera aparición en prensa de Alejandro Campos Ramírez y su primer poema publicado en la revista Vida Gallega de 1935

A los quince años, dice Don Alejandro que se marchó a estudiar el Bachillerato a Madrid:
“En efecto, me fui para iniciar mis estudios superiores. Al estallar el conflicto me encuentro aislado de mi familia por primera vez (…) no podía contar con la ayuda de mi familia, pues mis padres perdieran el negocio de calzados, “Casa Campos”, de A Coruña y tuve que valerme de mis propios recursos.”

Según esta versión, incapaz de pagar la matrícula de los estudios, el director de la escuela lo puso a corregir los trabajos escolares de los cursos inferiores para seguir en la escuela. También estuvo empleado como peón de albañil y en una imprenta.

Pero una nota de prensa viene a completar la descripción de los hechos, que para escarnio público, fue titulada sarcásticamente “Un Hijo Modelo”:

“La Coruña.- Don Manuel Campos Pedreira, denunció a la Policía a su hijo Alejandro Campos Ramírez, de 15 años, quien le hurtó una pulsera de oro con diamantes, valorada en 300 pesetas; que guardaba en su domicilio y cuya alhaja empeño varias veces en compañía de otros amigos suyos entre ellos uno llamado Manuel Durán.La alhaja ha sido recuperada partida en tres pedazos en una joyería de esta capital, donde últimamente la habían vendido, ignorando el joyero según manifiesta, la procedencia de la pulsera” (El Pueblo gallego- 30 de junio de 1934).

En cuanto a la quiebra de la empresa de calzado, no sabemos a cuál se refiere pues la que fundó su abuelo Manuel (natural de Abegondo) en 1887, estuvo vigente ininterrupidamente durante décadas y tal es así, que además de hallar sus patrocinios en fiestas populares, editaron unos dípticos en 1951 que se jactaban de ello.

FOTO – Aviso en prensa y díptico emitido por Casa Campos donde da cuenta de su larga trayectoria en el negocio del calzado (1951)

la revista Vida gallega publica su poema “Cambadiños” (Nº 643 – 10 de octubre de 1935), reconociendo años más tarde que “Bécquer influyó mucho en mi infancia”.

Durante la República perteneció a la Asociación de Idealistas Prácticos, funda la revista “Paso a la Juventud” en junio de 1936 y en octubre conoce a León Felipe (1884-1968) en el hotel Florida de Madrid, cuando acudió a una de las tertulias frecuentadas por el poeta.

En noviembre de ese año, siendo un joven de 17 años,  fue herido en un  bombardeo del asedio a  Madrid durante la Guerra Civil. Al parecer lo sacaron de los escombros y lo llevaron al Hospital de Sangre de la Colonia de Puig, cerca de Montserrat, donde convaleció de sus heridas y conoció a otros niños también heridos que no podían jugar al fútbol. Allí inventó el futbolín, inspirándose en el tenis de mesa:

«Poco antes de la Navidad de 1936 compré en Barcelona unas barras, y un carpintero vasco, Francisco Javier Altuna, también refugiado, me hizo la mesa y torneó las figuritas. El líder de CNT, Joan Busquets, un anarquista de Monistrol que tenía una fábrica de gaseosas, lo vio y me animó a patentar el invento”.

FOTO – Firma de Alejandro Finisterre (1999), «pseudónimo que escolleu, utilizou e do que sempre se sentiu orgulloso», «Resulta sorprendente constatar ata onde pode chegar a estupidez humana», que para «algúns representantes políticos (…) agora seica é «Alexandre de Fisterra»» (Alejandro Finisterre versus Alexandre de Fisterra, Modesto Fraga –  La Voz de Galicia 09/09/2016)

Lo patentó en enero de 1937 (según su versión, atravesando los Pirineos en 1939 busca refugio en Francia llevando el papel de la patente de su invento consigo pero lo perdió).

“También sucedió durante mi estadía en Monserrat que construí (un pasahojas) con el exclusivo objeto de facilitar y fascinar a una enfermera (Núria), por la que me sentía grandemente atraído, el paso de las hojas de las partituras” (cuando tocaba el piano para los chavales). 

En diciembre de 1937 se celebró un festival en el Teatro Jofre de Ferrol con motivo de la Patrona de Infantería, la Inmaculada Concepción; presentándose en el programa de actuaciones un homónimo “bailarín excéntrico, Campos Ramírez” (sabido es que Alejandro fue bailarín de claqué en la compañía de la vedette de la época Celia Gámez).

FOTO- Programa de las representaciones sobre obra de Finisterre y extracto manuscrito del libro del conserje del Gran Teatre del Liceu (Reproducción digital. Bellaterra : U. A. de Barcelona, 2015 – l'original propietat de la Societat del Gran Teatre del Liceu)

En febrero de 1939 se emite un salvoconducto para su tío José María y en mayo su madre y su hermana María Rosa Campos Ramírez acceden a otro para pasar la frontera.

En un peculiar relato Finisterre nos dice que precisamente vuelve de Francia por nostalgia familiar y sin dinero: “no hago más que llegar a Galicia y me meten el guante y al calabozo doy con mi huesos, en Ferrol. Cuatro mesitos allí de regalado descanso y me trasladan al Ejército de África, por cuatro pero ahora son años, hasta que me dan por inútil total en 1943” (tenía 24 años).

Aquí hay que hacer un paréntesis  para acotar que según algunas estimaciones, los jóvenes y no tan jóvenes que se aprestaron a tomar las armas de manera voluntaria en la Guerra Civil pudieron llegar a constituir unos 120.000 combatientes voluntarios en la zona republicana y otros 100.000 en la zona franquista. Pero la guerra necesitaba de más efectivos y recurrieron a la movilización forzosa de varones entre 18 y 45 años para mantener las operaciones: la República llegó a movilizar a 1,7 millones de hombres en 28 reemplazos, mientras que en el otro bando fueron 1,2 millones de hombres en 15 reemplazos (“Reluctant Warriors: Republican Popular Army and Nationalist Army Conscripts in the Spanish Civil War, 1936-1939”, James Matthews 2012).

La ley de 8 de agosto de 1940 estableció un servicio militar sin distinción en la que los quintos de 19 años quedaban afiliados en su ayuntamiento para al año siguiente pasar a la caja de reclutas de su provincia para ser sorteados con un período activo de reclutamiento de 2 años (en las formas de reclutamiento militar tradicionales en España en las quintas se movilizaban a los mozos al cumplir 21 años).

Al estallar la II Guerra Mundial hubo una movilización general en España y muchos soldados tuvieron que permanecer en el ejército llegando a cumplir algunos de ellos hasta 6 años de servicio (incluidos desertores o republicanos a los que no se les reconocía haber cumplido durante el período de la Guerra Civil).

FOTO – Publicidad de la empresa de los hermanos Campos Ramírez y nota de prensa de la detención de Don Alejandro por parte de la dictadura guatemalteca ( «tras el futbolin» documental, youtube)

Volviendo al hecho de que a Don Alejandro lo “dan por inútil total en 1943”; podría ser este el trasfondo de una imaginativa anécdota según la cual (a imitación de Van Gogh y su trozo de oreja regalada a su amada) se corta un dedo del pie y “encerrándolo en un precioso estuche lo envió a la madama” de la que se enamora en el París de 1948: “Era un dedo sano y perfecto. Pero aquella mujer merecía ese sacrificio. Años después le hubiera regalado un Picasso o un abrigo de visón. Entonces, no disponía de otra cosa” (entrevista del director del diario La Noche, Raimundo García Domínguez (Borobó)- 10/01/1958).

Campos Ramírez cuenta que al dejar el ejército “quiso la suerte que estudios de árabe, de su historia y su arte, que había emprendido (…) durante tan largo cautiverio, (sirvió para) dar conferencias de esos temas en centros culturales y ayudado por unas clases de parvulitos, me fui defendiendo en aquellas tierras”. Su amigo Borobó dice que “Había empezado por Radio Ronda, vistiendo todavía ropas de soldado, recién licenciado de su Regimiento ceutí”, dando charlas sobre temas folklóricos.

A todo esto, el industrial catalán José María Figueras Jaumandreu, en 1942 patentó el “Futbolín” y lo empezó a construir en las empresas de juguetes tradicionales de Osona, ubicadas en Vic y Torelló. Era una fábrica de mesas y palos de billar, pues las patas de aquellos futbolines eran idénticas a las de las mesas de billar, y las redes de la portería iguales a las buchacas; además de representar a futbolistas de la época, esculpidos en aluminio, simulaban las caras y los cuerpos de aquella delantera del Barça de las cinco copas: Kubala, Basora, Manchón con Ramallets y César. Tenía 83 registros de propiedad industrial sobre este juego, por lo que recurría a querellas criminales a quienes imitaban su producto (durante el mes de septiembre de 1951 se llegaron a requisar 100 mesas sólo en la ciudad de Barcelona).

FOTO- Varios recortes de prensa de los años '40, '50 y '60 que dan cuenta de las placenteras estadías de don Alejandro en España.

En septiembre de 1943, el diario El Adelanto de Salamanca se hace eco de la gira de charlas folklóricas y recitales de poesía que estaba dando el polifacético fisterrán: “En nuestra Redacción hemos recibido la grata visita del joven poeta Alejandro Finisterre, que realiza un viaje de estudios por toda España, preparativo del que hará a América (…) una misión de difusión de cultura por medio de la prensa y la radio, que se halla perfectamente preparado (…) por su larga labor periodística como colaborador asiduo de Radio Nacional y Radio España de Barcelona, (….) también por su extensa y valiosa labor poética, (…) ha dado recitales poéticos en Cataluña, Aragón, Castilla la Vieja, Vascongadas, Asturias, León y últimamente Zamora”. En la radio local dio una charla sobre danza popular española y entrevistó al jefe provincial de la Obra Sindical “Educación y Descanso”.

Como vemos, por estas fechas Alejandro Campos Ramírez ya era un famoso poeta y reconocido folklorista: “… ha querido estudiar el folklore de la provincia de Guadalajara (…) Alejandro Finisterre, seudónimo de nuestro camarada Campos Ramírez, es uno de los mejores críticos de arte y folklore con que cuenta nuestra Patria, que ha demostrado su exquisita sensibilidad artística a través de una inmejorable y constante labor ante el micrófono de Radio Nacional y Radio España, de Barcelona” (Nueva Alcarria, órgano de FET y de las JONS,  13 de noviembre de 1943).
La palabra Folklore o Folclore fue utilizada por primera vez por el arqueólogo inglés William John Thoms el 22 de agosto de 1846 en la revista londinense «Athenaeum»; y un siglo después Finisterre lo conmemoró en la Emisora de Valencia, donde “disertó con erudición y galanura” según su amigo Borobó que lo encontró paseando por Santiago: “Iba impresionante: espléndida capa azul, poderoso cayado de fresno, humeante pipa y monumental cartera” (La Noche, 24 de enero de 1947). 

Publica su primer libro de poemas Cantos Quintos, editado en París, en 1946.
Por esos años Don José María Campos Pedreira ya es el único titular de la firma “Casa Campos” que abrirá otra sucursal en Santiago, por lo que sospechamos que la parte del padre de Don Alejandro fuera comprada o tendrían una participación secundaria, pues en una relación de viajeros que arriban a Coruña en 1947 desde Pontevedra se lo destaca como  “Alejandro Campos Ramírez, industrial”.
También en 1947, se forma el Club Futbolín Barcelona.

En la capital francesa empezó Finisterre a ganar dinero con la patente del primer pasahojas de partituras accionado con el pie que ideó, pues ganó una reclamación mediante la asesoría jurídica de la Asociación Internacional de Refugiados, por los derechos de fabricación a una empresa que ya lo comercializaba en la ciudad. Publica el poemario Cantos Esclavos. Hará trabajos en radio y colaborará como secretario de redacción en revistas como L´Espagne Républicaine (1945-1949).

FOTO – Alejandro Finisterre con Don León Felipe en México ( foto «León Felipe y su proyección en América», Mª Blanca Nieves Espinosa Temiño – 1992) // Nota de prensa de la detención por parte de la dictadura española de Campos Ramírez (1975

En sus páginas publicará entrevistas a Rafael Alberti, Carmen Amaya, Pablo Picasso, etc. Y también una “Historia de la danza española” en Combat. Es invitado al Congreso Internacional de Folklore que se celebra en Venecia y estrenó en marzo de 1949, en Montecarlo un ballet basado en su cuento “Del amor y la muerte”, representado por el prestigioso ballet del Marqués de Cuevas. Fue su primera bailarina Tamara Toumanova quien se interesó por el argumento y compartió programa junto a obras consagradas como El lago de los cisnes y Cascanueces de Tchaikovski; resultando un éxito rotundo.

En mayo del ´49 también se estrena en el Liceo de Barcelona inaugurando la temporada de primavera que incluía en su programa obras como El Cisne Negro de Tchaikovski y Las Sílfides de Chopin; triunfando de tal modo que vuelven a estrenar al año siguiente.

Finisterre viaja a Quito (Ecuador) en 1948, donde funda la revista de poesía Ecuador 0º 0’ 0’’ y “una fábrica y no sólo de futbolines, también de otros ingenios mecánicos y eléctricos (…) y me instalo con otra fábrica en Guatemala (1952), desde donde exportaba a Estados Unidos, Panamá y otras naciones del Caribe”. “Campos Ramírez & Cía.” comenzaría a hacer negocio con modelos mejorados de futbolín (“El Futillo”), de basket de mesa con piezas imantadas, el de los barcos “Hundir la Flota” y cajas de música.

A finales de febrero de 1951, se celebra en España la primera final del Campeonato Nacional de Futbolín que enfrentan al Club Futbolín Barcelona y el Club Futbolín Valencia en el local Billares Colón de la Ciudad de Valencia. Al tiempo que la Secretaría Técnica del Club Futbolín Barcelona edita el libro Enseñanzas del Futbolín. Muestras del furor que despertó en el país este juego.

Convertido ya en un exitoso hombre de negocios y viajero infatigable, Don Alejandro colabora con la diplomacia republicana en el exilio guatemalteco.
El golpe de estado que la CIA venía pergeñando desde 1950, se activa en 1953 cuando el gobierno de Árbenz confiscó noventa y seis mil hectáreas de tierras ociosas a la United Fruit Company, como parte de la Reforma Agraria.

En septiembre de ese mismo año, Ana María Campos Ramírez, Josefina Campos Ramírez,  María Isabel Campos Ramírez, María Rosa Campos Ramírez y María Teresa Campos Ramírez, presentan sus pases de frontera en la Comisaria de Pontevedra.

A principios de 1954 llega a Guatemala Ernesto Ché Guevara, que estuvo poco más de nueve meses pero tiempo suficiente para jugar unas partidas de futbolín con su inventor: “Venía todos los días al Centro republicano Español en Guatemala. Teníamos estilos parecidos”
El 18 de junio de 1954, 400 rebeldes bajo el mando del Coronel Carlos Castillo Armas ejecutan torpemente el golpe de estado pero auxiliados por Estados Unidos consiguen el objetivo, poniéndolo de presidente el 1º de septiembre.

La empresa de Alejandro Finisterre hacía una fuerte competencia al monopolio estatal de las tragaperras, por lo que la dictadura ordena su detención bajo la excusa de sus ideas republicanas y con riesgo de deportación a España:

“Yo era amigo del embajador de la República Española en Guatemala. Antes del golpe de Estado, temiendo lo peor, él me pidió que llevara la valija diplomática a México. Quedó constancia de ese favor y, cuando el coronel Castillo Armas tomó el poder, me secuestraron y me metieron en un avión hacia Madrid. Pero amenacé al piloto con estrellar el aparato siendo el primer secuestrador aéreo de la historia. Más tarde, en México, me dediqué a editar”.

En efecto, después de esta cinematográfica historia, llega vía Panamá a la capital azteca donde editó una revista y fundó la Editorial Finisterre Impresora que publicó más de 200 títulos de poesía de autores exiliados españoles, mexicanos y guatemaltecos. Obras de escritores como Juan Larrea o León Felipe (de este último, fue albacea de su legado documental; litigando la esposa de Alejandro, Ana María Amparo Herrero Palacios, con el ayuntamiento zamorano de Tábara. El Ayuntamiento de Zamora mantiene el legado del poeta, que él les cedió por 900.000 euros, El País – 29/11/2006).

En 1957 es asesinado el dictador Carlos Castillo Armas.
Don Alejandro Campos Ramírez “después de una larga ausencia, durante la cual vivió en diversas naciones europeas y americanas, desarrollando distintas actividades artísticas e industriales, pasa una temporada de descanso en su región natal” hospedado en el Hostal de los Reyes Católicos de Santiago en las navidades de 1957 (El Compostelano-1 de enero de 1958).

Celebrado el fin de año,  Finisterre vuelve al cabo de su seudónimo después de treinta años,  desde que su padre dejara de estar a cargo de la radio costera. Acompañado de sus amigos Aquilino Iglesia Alvariño, Celestino Luis Crespo y Borobó, visitaron el faro donde fueron informados atentamente por Don José “Pepe” Traba Ribera de los pormenores del funcionamiento de esta torre de señalización marítima (La Noche – 13/01/1958).

A partir de aquí sus visitas a la península fisterrana serán más frecuentes. Solía presentarse en su pueblo natal a bordo de su Citroën DS, también apodado Citroën Tiburón (un vehículo producido entre los años 1955 y 1975; conocido tanto por su diseño futurista y su tecnología innovadora, como por su suspensión hidroneumática con corrector automático de altura, cuyo efecto llamaba la atención de las gentes de la villa).l 25 de enero de 1958 dedica a Don Fernando Martínez de la Riva Labarta, desde Madrid, “El Viajero y las Nubes” (Diario La Noche).

Durante 1959 pronuncia un ciclo de conferencias por las Antillas, Estados Unidos, Inglaterra, Holanda, Francia y Suiza. El mismo año se acerca a Galicia y realiza estudios de Poesía Contemporánea que publicará en México, Ed. Ecuador 0º 0' 0″. Viaja a Senegal, Guyana y Haití para estudiar el problema colonial; dándolo a conocer en reportajes publicados en Argentina, México y Francia.

Conferencias sobre el Universo Del Verso en el Ateneo Español de México, 1961.
En 1967 Alejandro filma un documental que recoge los bailes del grupo de Danzas de la Delegación de Betanzos de la OJE, en el atrio de la iglesia de Santa María del Azogue que forma parte de unos estudios de folklore gallego que estaba a realizar (La Noche – 20/09/1967).

Los republicanos españoles y Gibraltar, de Mariano Granados, editado en 1970 en México por Finisterre; abre con una carta del autor al editor, fechada en México el 23 de febrero de 1970, que fue incorporada al libro una vez impreso, al entender ambos que esta epístola ponía al día, “al último minuto del día”, el problema de Gibraltar. En la misma, Mariano Granados le dice a Alejandro Finisterre: “La tesis de Gibraltar español, pese a quien pese, la estamos defendiendo en el momento actual únicamente los republicanos españoles”.

A su juicio, esta reivindicación la promovieron los dirigentes de la Primera y la Segunda República, mientras que “el general Franco, que hace solo unos años agarró la onda -no más que por oportunismo político, para apantallar al exterior y lograr despertar algún entusiasmo en el interior- ha abandonado ya, cobardemente, la partida. No le interesa la reivindicación de Gibraltar”. Según el autor, el dictador quiso cambiar la defensa de la soberanía española sobre la Roca por la entrada en el Mercado Común europeo y en la OTAN (www.bibliotecaymemoria.org 10/05/2019).

Finisterre había publicado en México su “Colección León Felipe” de 1968. En ella se llamaba a Franco “sapo iscariote y ladrón”. En 1973 los estudiantes de Oviedo y Zaragoza llevaron esos versos a los carteles universitarios, con una fotográfica de la portada del libro, donde se leía el nombre del editor. Al llegar a España en uno de sus viajes habituales en 1975, fue detenido y condenado por el Tribunal de Orden Público a un año de prisión. No cumplió más que cinco días en Ourense, ya que en diciembre le alcanzó la amnistía general que siguió a la muerte de Franco” (“León Felipe y su proyección en América”, Mª Blanca Nieves Espinosa Temiño – 1992).

Fue académico de la Real Academia Gallega; miembro de la Société del Auters et Compositeurs Dramatiques de Francia; socio fundador de la Asociación General de Industriales de Guatemala; de la Asociación Mexicana de Periodistas; de la Asociación Mexicana de Escritores; de la Cámara Nacional de la Industria de Artes Gráficas y de la Cámara Nacional de la Industria Editorial de México.

FOTO  – Como en las calles de 1966, los miembros de la comisión de la Plataforma Fisterra Único Fin do Camiño organizaron el 1º torneo homenaje a Alejandro Finisterre; añadiendo una petición a los partidos políticos para nombrarlo Hijo Predilecto de Fisterra a título póstumo. Este acto encerraba también una apuesta por la revitalización de la Plaza donde se desarrolló el evento (foto Boletin Nº 9, 2010)

Fallece en Zamora el 10 de febrero de 2007 y desde esa fecha las cenizas de este “emperador editorial de la poesía”  (como le llamaba el propio León Felipe) viajan por el río Duero. Sucedió un mes antes de cumplir los 88 años en el barrio de Pinilla. 

Debido a que “las autoridades de nuestro pueblo lo tuvieron olvidado en vida” (Xoan S. Pazos, Boletín KM0 – abril 2010), una plataforma vecinal realizó el 29 de mayo de 2010 el legítimamente verdadero primer torneo homenaje de futbolín a Don Alejandro Finisterre que fue un éxito de participación y público; una liguilla por parejas dividas en tres categorías por edades que se repartieron trofeos y premios en metálico (años más tarde el consistorio fisterrán decidió retomar aquella iniciativa emprendida con esfuerzo desinteresado e hizo otros cinco campeonatos hasta la fecha).

*** (Los párrafos en primera persona son tomados de “Entrevista a Alejandro Finisterre (2003 -2004)”, 14 de febrero de 2007/youtube.com y “Diálogo con Alejandro Finisterre, un fisterrán superlativo”, revista de la agrupación Fisterra Unida Nº9/septiembre 1999; excepto donde se indica)

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