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miércoles, junio 7, 2023

La entrada del Almirante Mourelle en la Orden de Santiago

Rafael Lema. En el anterior episodio «El expediente oculto de San Vicente y Gibraltar»

Francisco Antonio Mourelle y de la Rúa, el almirante Mourelle (1750-1820) nacido en la villa y puerto de Corme, fue uno de los grandes marinos de la Historia de España, del que ya hemos destacado nuevos datos de su vida militar.

Un documento excepcional es la Prueba de Caballero de Mourelle para el acceso a la Orden Militar de Santiago en 1788, que en su día cotejé en al Archivo Histórico Nacional (OM. Caballeros Santiago. Exp. 5590. caja 1062). Las pruebas de limpieza de sangre e hidalguía son aportadas a la orden el 8 de agosto de ese año. Recordemos que por no ser hidalgo no pudo entrar de mozo como guardia marina en Cádiz. Para justificar su pertenencia al estado noble el justicia del lugar debe investigar entre el vecindario por la familia del pretendiente (padres, abuelos); no podían tener oficio ni ejercicio que no correspondiera a su rango; añadiendo méritos, dignidades, testimonios de haber sido recibidos como nobles en padrones, aportar copias de títulos y distinciones. Estaban exentos los que pertenecían a órdenes militares o tenían hermanos ya admitidos. Mourelle parece ser que mintió en su edad para entrar en la escuela de pilotos, en donde se inscribió ya que no podía acreditar los requerimientos del pretendiente a guardia marina. Entre tres y cinco años menos tendría el marino.

¿Es más noble ahora que en su juventud? Los orígenes y ancestros son los mismos, pero cambia la situación. Tiene dinero para costear las visitas de los inquisidores de la orden, desde 1788 forma parte del Cuerpo General de la Armada por méritos de guerra, como teniente de navío; es secretario del virrey de México. En América cuenta con los favores de los superiores a los que sirvió (Bucareli, Gálvez, Mayorga), o con el apoyo de los franciscanos a los que tanto ayudó en la expansión de sus misiones mejicanas, californianas. Su familia siempre estuvo vinculada a los franciscanos y tanto él como otros parientes se bautizan o casan en la capilla de San Francisco de San Adrián de Corme. un pariente franciscano, frei don Pedro Alcántara de la Rúa participa en las indagaciones de la prueba de caballero. Entrar en la orden es necesario para ascender en el cerrado escalafón naval, y sentar las bases para sus descendientes.

Ahora puede «arreglar» el informe y buscar lejanas hidalguías, que las tiene, aunque en precario. No son pocos los datos que chirrían al ser cotejados. Se pide un candidato sin mancha de mercaderes, y sus parientes paternos y maternos, los Mourelle y los de la Rúa, lo son. Así lo transcribí en mi anterior obra (Costa da Morte, crónica marítima). No descienden de rentistas con foros sino que se deben a su labor comercial y mecánica. Comercian con sardina y encajes que llevan a Bilbao, en donde adquieren hierro. Ninguno tiene mención de don en las relaciones de la época, como el Catastro de 1753; símbolo en Galicia inequívoco de hidalguía, a falta de relaciones nobles como en Castilla (alegación que sí consta en el expediente). En 1753 su padre Domingo Antonio Mourelle trafica con hierro. Sus tíos Juan, Jacobo y Joseph de la Rúa con «encaxe y fierro». Tienen la tercera parte del bergantín que trafica con Bilbao; y uno de ellos, tres lanchas de pesca en Malpica. Tienen buenas rentas, pero por su trabajo manual y ejercicio.

El complejo y largo expediente es elaborado por Juan Francisco de la Bodega y Quadra, y Joaquín Cortés de Barrientos, que será sustituido por enfermedad. Entra así frei Pedro Alcántara de la Rúa. Estarán en Corme buscando testigos de la pureza de sangre de Mourelle desde el 13 de junio al 8 de agosto, «a mantido» y con los gastos costeados por la familia del candidato. Bodega y Quadra es un viejo amigo de Mourelle y también gran explorador por Nutka, Alaska de 1775 a 1779 junto a Bruno de Heceta e Ignacio de Arteaga, fue mando suyo en San Pablo. Han compartido viajes, exploraciones y combates hasta el estrecho de Bering. Noble y destacado marino. No puede tener mejores padrinos.

Los dos informan que los padres del marino son Domingo Antonio Mourelle y Sande y Andrea de la Rúa y Couto. Abuelos paternos Antonio Mourelle y Bernarda de Sande y Lema. Abuelos maternos Pablo de la Rúa y Antonio Vecino y Couto, todos de Corme. Los Mourelle son de la jurisdicción, en donde tienen casa con escudo. los de la Rúa vienen de San Esteban de Pantiñobre en Arzúa, con todas las trazas de ser de origen arriero. Los Lema y Sande son de Langueirón, de la casa da Buitureira en Ardabón de Xornes. Allí tienen solar, escudo de armas, con jurisdicción civil y criminal, siendo -ahora sí-, vieja hidalguía reconocida en la provincia de Santiago. Curiosamente en el expediente de otro ilustre de la zona, frei García de Pardiñas de Cícere, obispo de Tarazona y confesor de Felipe V, se alega a los «Lema viejos» de las torres de Tallo como signo de raigambre, por lo que tiene lazos con Mourelle; y es franciscano. Por último, los Vecino y Couto son del sitio de Gondomil. Jacobo Rodríguez de Layño, «capellán de la capilla del glorioso San Francisco inclusa en San Adrián de Corme» casó a sus padres en 1734. Tendrán cinco hijos. El padre se bautiza en 1709.

Un dato curioso lo aporta el vecino F. X Romero, estanquero de Corme, que dice que Mourelle es «como de 36 años». Creo que Mourelle falsificó su data de nacimiento para entrar sin tener edad en la escuela de pilotos de Ferrol. Así tendría entre tres y cinco años menos, como apunta la fecha dada por este vecino, que bien lo conocía y mantenía tratos de comercio con la familia. No cuadran algunas acciones hechas al final de su etapa bélica con la edad oficial.

Son testigos del interrogatorio vecinos como Ramón Eligio Romero y Caamaño, sargento mayor de Laxe; Domingo Antonio Velo, sargento mayor en Corme; Francisco Xavier Romero, administrador de tabacos; Manuel Layño, Antonio Pardiñas, Diego Montáns, Bartholomé Rodríguez, Martín Antonio Velo, Pedro Antonio De Vales, Cayetano Pardiñas, Joseph Collazo, Andrés Varela, juez ordinario.

El final del trabajo es satisfactorio, y las pruebas concluyen que es de familia católica vieja, pura de sangre, sin rastro de moro, judío, converso, o negociante. Y Mourelle entra, por papeles, en la muy ilustre orden de caballería. En la gloria accede por méritos de su honra ganada y su brazo partido por su país y su rey. Será de hecho desde esta fecha cuando adquiere los meritorios honores que lo llevan a ser enterrado en al panteón de marinos ilustres de San Fernando. Participó en la guerra de independencia norteamericana, la guerra anglo española de 1796-1802, las guerras revolucionarias francesas, la guerra de independencia española, y también en la campañas de suministro en el proceso emancipador americano. Con su muerte en 1820 se apaga el último marino de una ilustre generación que mantuvo el pendón español en lo más alto y conservó el mayor poder territorial de España, sin rival en el mundo. Él vivió sus glorias y atisbó el abismo.

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