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martes, marzo 26, 2024

Recuento de las Casas Nobles de Fisterra VI: los Mariño

Juan Gabriel Satti Bouzas: en el anterior capítulo «Los Reino»

Durante casi 100 años la familia Mariño gobernó Finisterre, o lo que es lo mismo, desde que el rey de castilla Sancho IV “el bravo”, diera a Don Martín Eans Mariño en donación, el 15 de mayo de 1287 (1237 para otros autores), las feligresías de Santa María de Finisterre, San Vicenzo de Duio, y Santa Mariña de Maroñas por su lealtad en las luchas internas por alcanzar el poder en la sucesión al trono de Alfonso X, el sabio.

Esta familia, rica en leyendas, difundió una según la cual su origen estaría relacionado con el caballero Roldán, sobrino de Carlomagno, que llegó en el año 770 a la isla de Sálvora y donde atraído por el canto de una sirena llamada Marina, la poseyó y tuvo de ella generación. 
Otra relata lo siguiente: Érase un caballero que llamaban Don Fruela, descendiente de gallegos que poblaban Portugal. Vivía rodeado de riquezas pero no tenía familia.Una mañana se encomendó a la Virgen pidiéndole una esposa y salió enseguida a buscarla.

Sepulcro y detalle del escudo de los Mariño en Santa María A Nova en el Concello de Noia, lugar del que era originaria la familia (siglo XIII)(fotos Gran Enciclopedia Gallega / Heráldica, Xenealoxía y Nobiliaria, Ed. Hércules).

Cabalgaba por la ribera cuando vio a una mujer dormida en la playa. Era la sirena de mayor hermosura de aquellos mares que pudiera existir. La aseguró en su caballo y la llevó a su castillo, donde fue bautizada  con el nombre de Marina por ser hija del mar. Y por nacer el primogénito el día de San Juan, el padre llamó a su hijo como el santo, legándole el apellido de Fróilaz, y por su madre la sirena, el de Marino.
Aunque realmente la verdadera historia pudiera ser menos fantástica y más prosaica.

Para estudiar mejor este linaje y el por qué de su presencia en Fisterra, debemos remontarnos a sus ancestros de la Casa de Traba; pues existe una gran probabilidad de que el verdadero progenitor del linaje sea un hermano del conde Fernando Pérez de Traba: Don Rodrigo Pérez de Traba, quien fuera “Alférez Maior do emperador Afonso VII, ao que se someteu en Zamora en 1126”; contra el que se revelaría en 1137, escapando a Portugal y no regresando a Galicia hasta 1141 (“A nobreza altomedieval galega: A familia Froilaz-Traba”, José Luis López Sangil. Editorial Toxosoutos. Serie Trivium. Nº 8 – 2005).

Este hombre de mar, que donara en 1130 al arzobispo Gelmírez el castillo de Faro, actual Torre de Hércules de Coruña, sería el padre de Don Froyla Marinus, que aparece en un documento de donación del conde Fernando Pérez de Traba y su mujer al monasterio de Toxosoutos en 1154; y abuelo de Don Juan Fróilaz, llamado Mariño (Johannes Froyle dictus Marino).

Don Juan Fróilaz Mariño, señor de Valladares y otras tierras cerca de Noia, era un Milites (figura así en un documento de su hija María) muy conocido en Santiago, que recibió en 1173 del Rey Fernando II el realengo de San Julián de Pereiriña en Nemancos y que luego cedería a los monjes de Toxosoutos, con confirmación de Alfonso IX del año 1219:  “ecclesiam Sancti Juliani cum villa de Pereyra cum omnibus directuris et pertinenciis suis sicut illam dedit et incartauit pater meus bone memorie rex domnus Fernandus domno Johanni Marino, et ipse Johannes Marinus postea per cartam dedit et concessit eidem monasterio supradicto de Togis Altis” (Os Documentos do Tombo de Toxos Outos (1038-1334) Ed. de Francisco J. Pérez Rodríguez; Santiago de Compostela, Consello da Cultura Galega, 2004).

 Extracto de las cantigas compuestas por los hermanos Mariño en galaico-portugués (foto http://cantigas.fcsh.unl.pt)

Confirma con nombre de Johannes marinus (López Ferreiro, Revista de la Juventud Católica de Santiago, 1886, nº 1) algunos documentos de la época, como la donación que al célebre monasterio de San Martín Pinario hicieron los condes don Nuño y doña Teresa, en 1178, y el 13 de diciembre de 1190 formó parte de un tribunal constituido en Castrelos (Cambados) bajo la presidencia del Arzobispo de Santiago, para dirimir cierto litigio entre el caballero don Diego Guntádiz y su terrateniente Munio Muñiz.

Casado con doña Urraca Fernández (uxore mea Donna Orraca Fernandi), hizo testamento por causa de enfermedad y mandó sepultarse en el cementerio de San Payo de Antealtares (17-10-1220, Monasterio de Toxos Outos) y en el que se aclara que Mariño no era apellido aún: “ego domnus Johannes Froyle cognomine Marinus, graui infirmitate detemptus plenus tantum meo sensu, plenus memoria” ; además de citar a su hermana María Fróilaz a secas: “Mando quod soror mea domna Maria Froyle teneat in uita sua quantum ego habeo in ecclesia de Freeixi” (Transcr.- Salvado Martínez, B.-“Tumbo de Toxosoutos. Siglos XII y XIII”, en Compostellanum 36 (1991), pp. 165-232; doc. n.º 39, pp. 208-211).
Y los hijos que aparecen dentro y al final del documento a excepción de Doña Marina, son: Pedro, Martín, Juan, Payo, Gonzalo, Osorio y Doña Sancha (apellidados todos Iohannis, es decir Eans).

Se presume a Pedro Eans primogénito, pues firma el primero en el testamento de su padre que le llama varias veces así: “Mando filio meo Petro Iohannis… et Domnum Petrum Iohannis filium meum”. Y aquí vale la aclaración de que no es el mismo Pedro que comprará Finisterre casi un siglo después, como creía el padre Crespo (genealogista referente de la historia de Galicia), pues tendría más de 106 años que por las circunstancias y época era imposible.

Plano de la iglesia de Fisterra en tiempos de los Mariño con cruces de la orden del Temple, del mismo modo que se ve la de Calatrava en San Mamede de Salgueiros. No son indicativo de la autoría del edificio sino que estaban bajo su protección, pues ambas órdenes tenían como misión la defensa armada de los lugares y caminos cristianos (foto JG Satti). 

Existe una única poesía en el Cancionero de la Vaticana (recopilación de trovas de tiempos de Alfonso X hecha en el siglo XIV) conocida con el número 523 que nos da la filiación de don Pedro Eans Mariño. Modernizada la ortografía, su lectura es la siguiente:
“Esta cantiga fez Pero Anes Marinho, filho de Joham Frojaz de Valadares, per salvar outra que fez Jo[am] Airas de Santiago, que diz assim [o] começo: ‘Dizem, amigo, que outra senhor queredes vós, sem meu grado, filhar’ Boa senhor, o que me foi miscrar / vosco por certo soube-vos mentir: / que outra dona punhei de servir; / de tal razom me vos venho salvar: / se eu a molher hoje quero bem / senom a vós, quero morrer por en / E, nobr'amiga, pois vos sei amar / de coraçom, devedes receber / aquesta salva que venho fazer / e nom creades quem quer profaçar: / se eu a molher hoje quero bem / 

senom a vós, quero morrer por en. / E, meu amor, eu vos venho rogar / que nom creades nẽum dizedor / escontra mim, meu lum'e meu amor, / dos que me querem [vosco] mal buscar, / se eu a molher hoje quero bem / senom a vós, quero morrer por en / Nem quer'eu dona por senhor tomar / senom vós, que amo e quero amar.”
(Trans. de Lopes, Graça Videira; Ferreira, M. Pedro et al. (2011- ), Cantigas Medievais Galego Portuguesas. Lisboa: Instituto de Estudos Medievais, FCSH/NOVA. [2018] Disponível em: http://cantigas.fcsh.unl.pt)

El otro hermano, Martín Eans Marino, figura como autor de las trovas 1154 y 1155 del mismo Cancionero. En el posterior Cancionero Colocci-Brancuti hay un Osoyranes (Osorio Ans o Eans), que indudablemente es también el hijo de D. Juan Fróilaz que llevaba este nombre. Fue Canónigo de Santiago, y como resulta de su testamento otorgado en 1236, deja a Pedro haciendas en Espinaredo, Darela, Queirúa, Lantaño, Rabaeda y Baltar, llamándole dominus Petrus Iohannis Marinus frater meus. Estuvo en París con un tal Domingo Fernández, a quien por esta razón deja una manda (Tambo C, fol. 346).

Los nombres de los demás hijos de D. Juan Fróilaz, no están en los Cancioneros; pero suena el de la suegra de Gonzalo, Doña Teresa López, cuya mano pretendió, según las cantigas 1155 y 1156 del Cancionero de la Vaticana, Pedro Eans Marino. En el Tumbo C, fol. 138, está la carta de dote que Gonzalo Eans Mariño hizo a su esposa Teresa Fernández, el 1 de Marzo de 1243. Le dona doce casales en Lamiño y en Urdilde:
“Por en Tareixa López non quer Pedro Mariño,/ pois si él é mancebo, quer ela mais meniño/ Non casará con ele poi-a cobrir de alfolas/ nen pol-os seus diñeiros vellos que ten nas olas;/ o que perdeu nos allos quer cobrar nas cebolas./ Non casará con ele por ouro nen por prata,/ nen por panos de seda cuanto por escarlata/ ca dama de capelo de todo se decata.”

El primitivo blasón de los Mariño de Noia tenía por armas fajas ondeadas de azur en campo de plata (foto JG Satti) // Nunca los templarios erigieron iglesia alguna, pero sí capillas a sus santos devotos (pudiera ser el caso de la desaparecida capilla de Santa Catalina que fue vendida para beneficio del clero, según el Dr. Esmoris – revista Ultreya de 1920 nº 12, página 186).

En su “Elucidario das palavras, termos, e frases, que em Portugal antiguamente…” (pág 367, ed. 1799), Joaquim de Santa Rosa de Viterbo da un listado por año de maestres templarios del castillo de Tomar en el que destaca en duodécimo lugar “D. Pedro Annes em 1223. Apparece a sua unica memoria na Concordata, que os do Mogadouro fizerão com este Mestre do Templo em Portugal, em Julho da E. M. CC. LXI., sobre os dizimos, que devião pagar do pão, vinho, linho, e criaçoens de gados. D. de Thomar.”

La licenciada María Margarita Vila da Vila (Depto. de Historia del Arte, Facultad de Geografía e Historia – USC) vincula a este templario con una inscripción de un tal «PETRUS EAN DEI MILES», que hay en un soporte del coro de la iglesia de Santa María de Cambre; que a su vez pudiera ser el responsable de haber traído de Tierra Santa la Hidria de Jerusalén que se conserva en dicho templo.

Sabido es el padrinazgo de la Casa de Traba a la Orden del Temple, por lo que esta teoría y máxime si fuera un descendiente “que pudiera identificarse con el Pedreans de Cambre, por muy aventurada que resulte, no merece ser totalmente descartada” (“La iglesia románica de Cambre”, M. Vila da Vila. Ed. Concello de Cambre 1999- Premio de Tesinas de la Diputación De Coruña 1984)
La hipótesis anterior facilitaría, al mismo tiempo, la explicación de la presencia de cruces templarias repartidas en cada uno de los lados de la iglesia de Santa María de Finisterre, precisamente en las partes más antiguas del edificio. Recuérdese también que los templarios eran libres de casarse, pero ya no podían convivir con los demás hermanos ni utilizar la capa blanca como símbolo de la pureza

Tomando como base el “Nobiliario del Conde de Barcelos Don Pedro, Hijo del Rey Don Dionisio de Portugal” (Alonso de Paredes, 1646) y los documentos del obispo Vasco o Velasco Pérez y su sobrino deán homónimo, para corregir los saltos genealógicos del Conde, la línea fisterrana de los Mariño seguiría así:
Pedro Anes Mariño (Trovador y Caballero) casó con Doña Teresa Pérez Mourón? y tuvieron a Elvira Annez (n. 1240) casada con Pedro Álvarez de Sotomayor (ancestros de Don Pedro Madruga), y a Juan Pérez Mariño.

Este casa con su prima Doña Teresa Páez, bisnieta de Don Payo Anes (fdo. 1253) y Doña Mayor Fernández (Ch)Turrichao o Deza), y tienen a Pedro Eans Mariño que casó en primeras nupcias con Doña Sancha Vázquez Sarraza ( Sancie Velasci matris nostre) que tuvieron por hijos a:
Vasco Pérez Mariño (obispo de Ourense entre 1333 y 1343), Teresa (domine Therasie sorori nostre), María (Marie sororis nostre, uxor Johanis Juliani de Todella … dicte Marie Petri de Fiisterra), Mencía (domine Micie sororis nostre), Pedro Suárez, Payo y Juan Pérez Mariño, y Lorenzo Rodríguez (fruto quizás del segundo matrimonio con Doña Beatriz Roiz o Rodriguez).

 Arcosolio decorado por arquería gótica, bien moldurada y bordeada por una faja de cuadrifolias en punto, que cobija el sepulcro de Juan Pérez Mariño; exhibe en su tapa las armas del escudero. El blasón del ilustre personaje luce delante y con vista a la primitiva capilla del Cristo, de la que se conserva el arco que comunica con la nave principal (foto JG Satti/esq. F. Oxea).

Don Paio Mariño (padre de Teresa Páez) siendo “repostero maior” del rey D. Fernando IV (de 17 años de edad), recibe en la ría de Muros los realengos de las feligresías de “Santa María de Finisterra, e San Vicente, e San Martín de Duio, e Santa María de Maroñas, e San Estevan de Landeira, e San Pedro de Cibrán, e San Juan de Roo” (Madrid, RAH, Ms., 9 / 5835, fólios 22 a 23. Eduardo Albuquerque-geneall.net). El uso del término realengo no implica que el rey sea el propietario de las tierras, que tienen sus propietarios alodiales, obligados a pagar al rey los impuestos y cargas que correspondan. Lo que sí tiene el rey es la potestad de dar en señorío (por merced o venta ese lugar a un noble o eclesiástico de manera vitalicia). Esto sucedió el 18 de diciembre de 1302 y el 30 de agosto del año siguiente Paio Mariño “pedionos por merced que le otorgassemos, e le confirmassemos esta carta desta merced que lle nos fijeramos, e que le mandasemos ende dar nuestro privilegio” (“Galicia en los siglos XIV y XV”, José García Oro).

El 15 de Agosto de 1307 Fernando IV dona a Paio Mariño el Puerto de Muros con su alfoz. El 6 de Octubre del mismo año, por reclamo del Arzobispo D. Rodrigo de Padrón, “ambas partes  nombraron árbitros al Deán D. Arias Pérez Pardo y al Arcediano de Trastámara D. Sancho Fernández. Hallábanse como testigos el burgués compostelano Julián Martiz de Tudela, Diego Gómez de Silvaa o Silvan, Juan Sabaschaez, Pedro Méndez, Rodrigo Soga, Pedro Mariño, Juan Fernández de Pontevedra, Ruy González de Bendaña, Ruy Fernández de Valladares, etc.. Al día siguiente en el Cabildo, los árbitros sentenciaron que la villa de Muros y su alfoz pertenecían al Arzobispo y al Cabildo, y que, por consiguiente, Paio Mariño dentro de ocho días debía de entregar las cartas reales que decía tener en su favor; que no debía inquietarse a Paio Mariño en la posesión de los cotos y tierras que poseía en los términos de Muros, incluso la feligresía y coto de Louro; y que el dicho Paio Mariño y después su hijo Pedro Páez Mariño poseyesen en nombre de la Iglesia lo que el Arzobispo y el Cabildo tenían en las parroquias de Santa Eulalia de Boiro, San Pedro de Palmeira y Santa Marina de Arcos de la Condesa. Fueron testigos, además de los antes citados, los escuderos Martín Fernández de Caamaño, Pedro de Alvite y Rodrigo Muñiz” (“Historia de la S. Iglesia de Santiago de Compostela”, A. López Ferreiro -1898).

Quizás por miedo a que se repita este hecho,  Paio pasa por venta los derechos de Finisterre y el coto de Duio a su nieto Don Pedro Eans; en los tiempos en que Fernando IV prosiguió la empresa de la Reconquista junto con las huestes del Arzobispo compostelano, su Pertiguero mayor el Infante Don Felipe y cuatrocientos caballeros con los correspondientes peones, aunque fracasaron en su intento de conquistar Algeciras en 1309.

Entre los caballeros que acompañaron al arzobispo Don Rodrigo, estuvo este “Pedro Eans Mariño, al cual D. Fernando IV en Sevilla, a 20 de Febrero de 1310, en atención a ‘los muchos buenos servicios que nos hizo et señaladamente en la cerca sobre Algecira, que nos vino y servir muy bien guisado con mucha yute et caballos et armas’, confirmó la compra que había hecho de las parroquias de Santa María de Finisterre y San Vicente de Duio. (Legajo 2 de Privilegios Reales en el Archivo Arzobispal de Santiago)” (A. López Ferreiro, op. cit.). 
El 21 de Noviembre de 1314 el escudero Juan (Pérez) Mariño y su madre, Sancha Vázquez (quizás ya viuda), firman un acuerdo con vecinos de Noia, que no deja dudas sobre la ascendencia familiar: “Conocida cousa seja a todos que em presencia de mim Martin Diaz, notario jurado do con sello de Noía, e dos testigos aqui sriptos para esto rogados e chamados, Juan Mariño escudeiro, fillo de don Pedro Eanes Mariño que foi presente e otorgante sua madre doña Sancha Vazquez, dixo e confessou en mina presencia e dos testigos que son scriptos, que el achara, e soubera, de verdad que seu padre, don Pedro Yanes Mariño, e seu abo, don Juan Mariño, e seu bisabo, don Pedro Yanes Mariño, que nunca lebaran fogasas, nen luitosas, dos servicios, que os vezinos da vila de Noia, tiñan, en a sua terra…” (Madrid, RAH, Ms., 9 / 5835, fólios. 20 e 20 verso // Eduardo Albuquerque-geneall.net).

En la Crónica de D. Alfonso XI se dice que en el año 1332 al tiempo de su coronación en Burgos, tomó la decisión de armar caballeros a todos los hidalgos de su reino, a fin de que con esto tuviesen un estímulo para hacer obras de caballería. Y para esto convocó el Rey en su palacio a todos los Ricohombres y caballeros a quienes quería él por su mano dar tal investidura, figurando en primer lugar el Pertiguero mayor de Santiago, D. Pedro Fernández de Castro.

Para que después, ellos armaran a su vez caballeros a varios hidalgos de sus respectivas mesnadas dándoles también paños y armas. Don Pedro Fernández de Castro (muy amigo de la familia) armó trece caballeros, todos de Galicia y uno de estos fue Don Juan Pérez Mariño.
Juan Pérez Mariño casó con Teresa Peláez y tuvieron por hijos a Vasco Pérez Mariño (2º de este nombre y canónigo de la catedral de Ourense) y Sancha Yañez (o Vázquez) Mariño casada con Don Payo Mariño de Lobeira; quien legó (1378) a su hijo Ruy Soga de Lobeira (el Degollado) el castillo de Peñafiel, y las casas fuertes de Vimianzo, en Soneira, y de Broño, en Barcala. 

La madre de este Payo de Lobeira, Doña Leonor González de Saz, tuvo parte de sus posesiones en Finisterre según se desprende de su testamento del 6 de agosto de 1334: “Item quitome a Santa Maria de Fiistirra para sempre do meu quinon da coleyta de iglesia. Item outorgo et ey por firme a doaçon quelle iglesia da herdade da Inssoa de Fiistira” (“Fragmentos del testamento de Dª Leonor González, esposa del noble caballero D. Rui Soga (Tumbo de S. Justo)”; A. López Ferreiro, El Eco de la Verdad, 20 – 1868)
Otros miembros de la familia Mariño vivieron cerca del puerto de Sardiñeiro, durante el arzobispado de Pedro V (1344-1348), vía Ruy González Mariño de Maya y Trastamar, casado con Doña Constanza Martínez (Barcelos op. cit.)

En cuanto al heredero de las feligresías fisterranas, el obispo Vasco Pérez Mariño, que fue parte del consejo de Alfonso XI en Valladolid (1336), hace testamento el 8 de noviembre de 1342 y codicilo los días 14, 16 y 20. Dejando como albacea a su hermano Pedro Suarez: “Item facimus et ordinamus unam susessionem de locis nostris patrimonialibus videlicet de villa et terminis et parrochia Sancte Marie de Finisterra et de cauto et parrochia Sancti Vincencii de Duyo isto modo scilicet quod dictus dominus Petrus Sugerii decanus frater noster teneat et possideat dicta loca de Finisterra et de Duyo cum omnibus pertinenciis suis in vita sua et solvat quolibet anno in vita sua quingentos morabetinos de albis”;  y ser sepultado junto al actual Santo Cristo de Ourense donado por él mismo: “Mandamus sepeliri corpus nostrum in ecclesia Sancti Martini in sepultura quam constui fecimus prope altare Sancte Crucis verssus portam de vico Operis” (ed. M. Castro / M. Martínez Sueiro, Colección de Documentos del ACO, I, 288-295).

Pero este Pedro Suárez no fue el último administrador, dado que dejó otros parientes clérigos, hasta que luego pasaría al Cabildo de Ourense. Como bien se explica en un documento del canónigo Vasco Pérez Mariño, sobrino del obispo fisterrán, en el que renuncia en favor del cabildo de su derecho sobre Fisterra y Duio (7/8/1380), a cambio de una pensión de mil mrs. anuales, en los siguientes términos: “Sabbeam quantos esta carta virem commo eu Vaasco Peres Mariño coengo da igleia d’Ourense e fillo de Johan Mariño cavalleiro et de dona Tereyga Paes sua muller… consiirando en commo don Vaasco obispo que fuy d’Ourense, yrmaao do dito meu padre Joham Mariño, mandou en seu testamento et sua propia voontade que aa morte de don Pero Suarez seu yrmaao dean que fuy d’Ourense e de don Lourenço Rodrigues dean meu tyo et outrosi aa mina morte leyxou et mandou para todo senpre ao cabidoo da dita igleia d’Ourense o seu lugar et couto de Fiinsterra et ho seu lugar et couto de Duyo con todos seus beens, dereitos et perteesceas segundo que mays conpridamente no dito seu testamento he conteudo, os quaes lugares et coutos son sitos enno arçobispado de Santiago … (tuve que) andar a pleito con Pay Mariño cavalleiro et con sua muller dona Sancha miña yrmaa et Ruy Soga seu fillo, que me tyña tomados e forçados contra miña voontade … (porque) dito Pay Mariño nunca pagaron a vos o dito cabidoo mill mrs. de diñeiros brancos que o dito señor obispo meu tyo aa sua morte mandou pagar cada anno porlos ditos seus logares a vos o dito cabidoo … por esta presente carta eu logo en toda miña vida e depoys de mina morte endeante poño, dou, outorgo e faço pura doaçon para todo senpre a vos (o dito) cabidoo e homees boons do dito cabidoo queagora sodes et a todos vosos subçesores para senpre dos ditos logares et coutos de Fiinsterra et de Duyo con todos seus bees, perteensçeas et dereitos e dereituras et padroadigos, liberdades e señoríos…” (ed. M. Castro/M. Mtnez. Sueiro, Colección de Documentos del ACOu //gmh.consellodacultura.org).

Vasco da Ponte nos cuenta que el Pertiguero mayor de Santiago “Ruy Soga de Lobera porque fue desobediente al Rey (tomó 213.000 mrs. de las rentas reales) se destruyó la casa, tenía cuatro villas cercadas y nueve castillos roqueiros, fue preso y degollado (ts. 1382) en la villa de Noya, é recibida su hacienda para la Corona Real, y vendiose en almoneda, y el Arzobispo de Santiago compró el propio solar” a sus padres (“Relación de las casas antiguas de Galicia” s.XVI-BNE).

Sepulcro del obispo Vasco o Velasco Pérez en la catedral orensana y sus dos Santos Cristos de Fisterra y Ourense respectivamente, que pudieran ser traídos por sus ancestros de alguna plaza tomada por los musulmanes y puestos bajo su custodia (foto wikipedia)

En efecto, Payo Mariño convertido en fraile del convento dominico de Bonaval, vende al Arzobispo Juan García Manrique sus fortalezas, incluyendo la villa de Finisterre con el coto de Duio, en una maniobra que intentaba saldar la deuda que estaban obligados a pagar al rey de 175.000 maravedíes y añadiendo unas ventajosas cláusulas de manutención y usufructos de por vida. Evidentemente esta compra-venta no llegó a tener carácter legal: “En el 16 de marzo de 1384, …la iglesia de Santiago que nos hizo muchos favores y a la que hemos robado muchas cosas… por arrepentimiento y libremente, vendemos… nuestras casas fuertes… y todos los otros bienes… y los lugares de Finisterra del coto de Duio que tenemos y nos pertenece tener, por el título que poseemos y que poseyó nuestro hijo Ruy Soga, por la cuantía de 175.000 mrs… y por la cantidad de dinero y manutención que ha de darnos mientras vivamos  cada uno de nosotros… Tendré por vida Finisterre con su coto de Duio. De hacerme embargo el cabildo de Orense u otro sobre el usufructo y posesión de dicho lugar me defenderéis corriendo Vos con los gastos, y si vence dicho cabildo… me pagaréis 3000 mrs. por año mientras viva… A mi señora Dª Sancha le daréis 5000 mrs…” (“Bula del Papa Clemente VII en que se confirma la venta…”- A. López Ferreiro, Colección diplomática de Galicia Histórica, pp. 349-358).

A pesar que los compradores prometieron cumplir jurando “los evangelios”, Fray Mariño murió en su convento y su mujer como monja en el de Santa Clara de Belvis sin ganancia alguna.

Para evitar colisiones entre el Arzobispo Juan y el Obispo ourensano Pascual García, se propuso la permuta de las referidas propiedades: “diseron que outorgavan et outorgaron huun concanbeo que o dito señor arçebispo fezera con o cabidoo da igleia d’Oureens do porto de Fiinsterra que era do dito cabidoo d’Oureense porlos outros lugares que o dito señor arçebispo avia açerca de Ribadavea” (10/5/1384 – ACOu, Escrituras VII, 37 e Escrituras XIII, 62). Se firmó la escritura en el palacio episcopal de Ourense a 19 de Abril de 1384 con asistencia de los dos Prelados y la de varios canónigos de una y otra Iglesia; entendiendo los orensanos lo dificultoso de administrar unas tierras tan alejadas de su sede principal.

Finalmente en 1435 Don Roy Fernández de Caamaño, escudero del arzobispo Don Lope de Mendoza se hace con los derechos, pues “la villa de Fisterra pasó a ser administrada, junto con el coto adjunto de Duio, a través de una mayordomía que se arrendaba en esa fecha por 3000 maravedíes de moneda vieja” (“El Arzobispo de Santiago: Una Instancia de Poder en la Edad Media (1150-1400)”, Marta González Vázquez – 1996).

El poder de los Mariño fue tan importante debido a su conexión con órdenes militares , curia y la familia Traba, que llegaron a custodiar en su iglesia valiosas reliquias como el brazo de San Guillermo de Gellone, Conde de Toulouse, y dos Santo Cristo de Fisterra (al respecto véase mis artículos «El origen del Camino de Santiago XIV: Eremitas: las peregrinaciones jacobeas a la ermita de San Guillermo de Finisterre”(www.adiantegalicia.es/reportaxes/2018/07/25); “Doña Urraca, el Císter y la caballería” y “El Cristo de Fisterra y el de Burgos” (La Voz de Galicia-2005).

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