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jueves, marzo 28, 2024

Comercio online, ¿enemigo o aliado?

La celebración del Black Friday el pasado 23 de noviembre volvió a poner de manifiesto el auge del comercio online. Un año más, crece el número de personas que realizan sus compras y todo tipo de gestiones a través de internet.

El “viernes negro” no es una invención nueva, sino una costumbre de los Estados Unidos que se practica desde finales de la década de los años 60. Siempre se celebra el día siguiente al de Acción de Gracias y, aunque no es festivo, muchos aprovechan esa fiesta grande de Estados Unidos para alargar las vacaciones. Simplemente se trata de un día en el que las tiendas ofrecen grandes descuentos, lo que hace que aumente el consumo; el nombre viene del hecho de pasar de los números rojos a los negros gracias al gran número de ventas que se producen ese día.

La explicación de por qué esta costumbre estadounidense se ha extendido ahora al resto del mundo hay que buscarla en el comercio online. Primero apareció el Cyber Monday (el lunes siguiente al “viernes negro”) con ofertas por internet, principalmente de tecnología. Sin embargo, según ha ido aumentando el tipo de servicios y productos disponibles online, también se han ido trasladando los descuentos en ellos al Black Friday, de manera que cualquier persona, desde prácticamente cualquier punto del planeta, pudiera  aprovechar estas ofertas.

De ahí a que el comercio físico tuviera que sumarse al Black Friday para poder competir con la venta online, ha habido solamente un paso. Por las fechas en las que se celebra este día de súper ofertas, supone una campaña de Navidad avanzada, por lo que resulta difícil para los comerciantes renunciar a ella.

Según varios estudios que se realizaron antes del pasado Black Friday, este día ya no es sólo para las grandes empresas. Pese a que a muchos no les sale rentable, cada vez son más los pequeños comercios que se suman a la campaña. En Galicia se calcula que el porcentaje está alrededor del 40% de los pequeños comercios de la comunidad. Hay que tener en cuenta que se estima que los gallegos gastamos en torno a unos 250€ por persona en estas jornadas, lo cual está alrededor de un 17% por debajo de la media nacional pero supone un 18% más que lo gastado en 2017.

El debate sobre el consumismo exacerbado que promueve el Black Friday se mezcla a menudo con el de la conveniencia del comercio online, y surgen preguntas como ¿es seguro?, o ¿acabará con el comercio tradicional?

Sin embargo, pese a la incertidumbre, lo que está claro es que el comercio online es una realidad que ha venido para quedarse. Aumentan las compras por Internet hasta en lo más básico, incluso crece el gasto en productos de gran consumo. Así que el debate sobre si el comercio online es bueno o no, o sobre si debería frenarse o dejar de existir, parece bastante inútil. El foco debería trasladarse del “sí o no” al “cómo mejorar”.

El uso de la red para realizar ventas debe entenderse como una herramienta más o, mejor dicho, como una herramienta cada vez más necesaria. Hay que pensar en el comercio online en términos de las oportunidades que ofrece.

Las posibilidades del e-commerce parecen ilimitadas, y eran impensables hace apenas unos años. Uno puede participar en el PSCP Stars Rewards Freeroll, un torneo online, y acabar en las Bahamas compitiendo contra los mejores del póker mundial. Otro, en Argentina, puede ir a una sucursal a realizar sus gestiones bancarias y, en lugar de estar mirando a la pared mientras espera, tomarse un café tranquilamente en los llamados Coffee Bankings que promueve Banco Galicia, entre otras entidades.

Por supuesto, las grandes empresas son conscientes del potencial que tiene la venta online, la posibilidad de llevar sus productos a los lugares más recónditos del mundo, sin que ello suponga renuncia a la venta presencial. La combinación entre las tiendas físicas y la venta online es la apuesta del grupo Inditex, con Zara a la cabeza de esta estrategia de expansión internacional. El último movimiento del buque insignia de Amancio Ortega ha sido iniciar la venta online en 106 nuevos mercados hace apenas un par de semanas, con el objetivo de que le sigan el resto de cadenas del grupo.

Está claro que los pequeños comercios no cuentan con el poder logístico de grandes grupos empresariales como Inditex, pero es precisamente a nivel online donde pueden competir en mayor igualdad de condiciones. Sin salir de Galicia y del sector de la moda encontramos el contraejemplo perfecto: la historia de crecimiento y adaptación a los nuevos tiempos de Lolita Moda, un negocio familiar nacido en Noia que sobrevive sesenta años después.

Lolita Moda le vio las orejas al lobo pero lejos de asustarse, decidió domarlo y ponerlo de su lado.

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