Rafael Lema//
La puerta sur de la iglesia de Moraime en Muxía es una de las más peculiares y enigmáticas del románico gallego. Data de entorno al año 1.200 y estaba tapiada hasta que hace menos de medio siglo las excavaciones de Chamoso Lamas sacaron a relucir el tesoro arqueológico del lugar. Ahora la nueva campaña recién terminada ha servido también para encontrar los restos del primitivo monasterio medieval que se extendía tras el peculiar pórtico. El arqueólogo Emilio Ramil González al frente de Axa Arqueología es el encargado de la excavación por encargo de la Consellería de Cultura y ahora ha aportado las primeras valoraciones, a la espera de analizar en los próximos meses los datos. Una de ellas es atribuir la conocida fuente monumental al viejo cenobio medieval y no al mundo romano, como centro de un pórtico interior, con tumbas de losa alrededor.
Restos romanos y de la época sueva
Esto coincide con la interpretación de algunos investigadores y también vecinos que hablaban de la existencia de unas escaleras que comunicaban la puerta sur con la cerca del trabajo arqueológico, uniendo así abadía y templo. También ha servido la campaña para volver a reconocer la importancia de los restos romanos y de época sueva y goda. Han aparecido nuevas tumbas con datación anterior a las conocidas, de época tardorromana, y una serie de cerámica de prestigio importada que de nuevo habla de los intercambios comerciales por vía marina de la ría con el sur y Mediterráneo. Otro éxito de la campaña fue la revalorización de la difusión pública del entorno, objeto de numerosas visitas este otoño y peticiones de continuidad de las labores, implicando a las otras administraciones que se han comprometido. Por ahora es la Consellería de Cultura la que ha sacado a Moraime de su ostracismo.
El equipo de Axa Arqueoloxía, contratado por la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural y dirigido por Emilio Ramil González, trabajó con las fotos y notas de Chamoso Lamas y el médico José Carro Otero, actuando éste como especialista forense, excavando 64 metros cuadrados en cinco sondeos, tanto en la zona en donde trabajó Chamoso como fuera, en una unha cuadrícula de 2×2. Ramil tiene entre sus colaboradores al forense ourensano Fernando Serrullo. El proceso de trabajo es largo, pues los hallazgos deben pasar un periodo de estudio, pero la gran noticia es que de nuevo hay una intervención en esta joya de la Costa da Morte tras medio siglo de abandono.
Durante este mes han salido a la luz fragmentos cerámicos de época romana (sigilata, amphorae), tégulas de imitación pompeyana bajoimperiales. Otra pieza relevante es una figura de bronce que podría ser tardo-romana o ya de época bárbara. Otros hallazgos son cuatro tumbas de época germánica delimitadas por paredes y localizaron los restos del hipocausto, un sistema de calefacción romana.