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sábado, marzo 23, 2024

Los franciscanos y las peregrinaciones croatas a Santiago

Rafael Lema// Las peregrinaciones jacobeas en el mundo eslavo siguen siendo grandes desconocidas, poco estudiadas, como escritas por el dedo de Dios en el polvo de los siglos, por ello toda novedad es agradecida. Sobre los países del este contamos con informaciones de peregrinaciones de polacos, bohemios. 

En las costas croatas (dálmatas, istrias) sin embargo se mantuvo desde los inicios un flujo de romeros que usaban la vía marina y terrestre. Caminantes muchas veces encubiertos en nombres genéricos, por las vicisitudes históricas de la zona, heroica frente católica contra ortodoxos y turcos; lar de luchas entre venecianos, austriacos y otomanos. Por ello muchos peregrinos croatas se integrarían entre los de nación veneciana o austriaca, e incluso entre griegos o «egipcianos». 

Los croatas preferían la peregrinación a Compostela

Como mantiene el investigador istrio Andrej Bader, los croatas preferían la peregrinación a Compostela a la de Jerusalén o Roma; por la magia jacobea en los extremos de la influencia romana, por ser menos peligrosa, por cuestiones políticas y por las guerras frecuentes entre las potencias del Adriático. La vía croata pasaba por Venecia; aunque en el sur Ragusa contaría con sus propios medios navales y su ruta marina directa a iberia, como aliado histórico de España. De Venecia, además de la ruta marina, posiblemente algunos siguieran por tierra hasta Lombardía; en Piacenza se juntaban los que venían del Véneto y del mundo eslavo, tomarían luego el camino de Arlés (con reliquias «auténticas» de la Magdalena desde 1295) y la vía tolosana.

Benedictinos y templarios aparecen como los primeros patronos de los peregrinos croatas, y en el fomento del románico (Pula, Rovinj, Svetvincenat); pero los franciscanos tomarán el relevo. Benedictinos abren un convento en Rovinj; los monjes benitos de Ravenna fundan Svetvincenat (San Vicenti), con el santo hispano como patrón. Y Fazana (Fasana) es también feudo de San Apolinar de Ravenna desde el s. VI. San Francisco de Asís mismo había peregrinado a Santiago, donde sus hermanos contaban con un magnífico convento. Regresó el santo a Italia en 1214, por Cataluña hacia Francia.

La huella de los franciscanos

En Istria vemos la mano de los frates en varios lugares. El puerto de Medulin es el principal destino de los caminantes del norte croata. Aquí se embarcaban para seguir en naves venecianas a Barcelona, o proseguir por vía marina al Finisterre, durante el esplendor del comercio gótico gallego. Los frescos istrios, freska, de Medulin y Barban guardan esta memoria de los peregrinos jacobeos croatas. En la iglesia de la Virgen de la Salud de Medulin, al lado de la freska jacobea, vemos el altar de San Francisco, señal del protector de los caminantes istrios. El hospicio y monasterio franciscano de Rovinj es uno de los polos de acción de la orden en la zona. Dentro del fenómeno jacobeo importancia especial tiene el pórtico románico del monasterio de San Francisco en Pula, como destaca Andrej Bader.

 En el citado pórtico además de las columnas interiores de Salomón, en el arco exterior entre dos lienzos esculpidos con motivos en zig-zag (elemento de origen lombardo y una marca del románico finisterrano) tenemos un magnifico trazo jacobeo. Está bellamente decorado con nicchio, vieiras, mostrando las dos caras de la concha (kapesante o jakobova kapica), en una figuración estilizada y preciosa del gran motivo compostelano. Junto a las dos freska de Medulin y Barban es una de las joyas del hasta ahora ignoto camino jacobeo istrio, unas luces entre la oscuridad de siglos de alejamiento y desconcierto. 

La existencia de un púlpito exterior es para Bader señal de la existencia de una masa importante de peregrinos locales que esperaban los barcos para ir a Jerusalén o Santiago. Iglesias, capillas y fiestas relevantes siguen honrando a Santiago, sv Jakoba, en la católica costa croata, guardiana de las reliquias de san Blas, santa Eufemia; nación del dálmata san Jerónimo, pionero del monacato.

Peregrinando a Galicia

Las peregrinaciones en el este europeo gozaron de popularidad en los siglos de oro de la ruta; bien la clase alta o eclesiásticos como colectivos populares se lanzaron al camino de Galicia desde más remotas regiones (Oriente Medio, Rusia, Escandinavia). Contamos con relatos de la Edad Moderna en el área eslava, como los del bohemio León de Rosmithal de Blatna (1469), el polaco Erich Lassota (1581); venecianos (Fontana, 1538). Y orientales, como el arzobispo griego de Patrás, san Andrés, en 1270; o los armenios ya desde el siglo X (san Simeón, san Divin). Ahora abrimos el frente croata.

Para implorar contra la peste o la guerra, para lograr indulgencia o perdón colectivo, en el entorno eslavo también era costumbre enviar a varias personas en nombre de una población a hacer el camino. Las cruzadas, la pérdida de poder de los bizantinos, con la invasión paulatina del mundo griego y balcánico por los turcos y la caída definitiva de Bizancio, propiciaron la mirada del este a Compostela, y no a Tierra Santa; pero en ese flujo se notó también la llegada de esos griegos y egipcianos que citan las crónicas ibéricas, que se fueron asentando en Dalmacia, Istria, Ragusa. Todavía en el s. XV y XVI el camino estaba en pleno auge en el Adriático; y en los señoríos de Borgoña y Habsburgo, vinculados por historia común con España, cuyas galeras y corsarios leventes mostraban sus pendones en estos rumbos, en el siglo de Lepanto.

Exilio de cristianos que huían del Islam

Las costas croatas, desde la caída de Bizancio y antes, sirvieron de refugio a numerosos católicos del mundo eslavo, griego, oriental. Peregrinos adscritos a las tierras del antiguo Imperio Romano de Oriente entran dentro del ámbito croata, pues por las fechas de referencia que citaremos, y porque se encuentran sin recursos ni parroquia, solo podrían ser refugiados avecindados en la costa croata. En Istria, norte de Dalmacia y Ragusa se exiliaron muchos cristianos a la caída de la capital imperial, huyendo del Islam. 

En algunos casos de peregrinos en Galicia se citan bandas errantes de egipcianos (gitanos, zíngaros); a obispos griegos sin sede y pobres, por la ocupación otomana. La derrota vital de todos ellos sería sin duda por las costas croatas, a donde muchos retornarían tras el viaggio a Santiago y sus colectividades seguirán siglos después presentes. Desde 1570 apenas una estrecha franja de la costa dálmata y la actual Istria era tierra católica, rodeada por el imperio otomano.

 Al sur de Zara era tierra ocupada, de exiliados que sobre todo marcharon a las ciudades istrias, como lo que citaremos al fin del artículo. Marzana (Marcana), vinculada a Venecia desde el s XIV, recibe en el XVI muchos refugiados de Dalmacia y Grecia. Otro santuario istrio para refugiados por la peste, guerra, hambre es Vodnjan (Dignano), el «castello florido» de Istria, con su colonia italiana (bumbari) la más populosa urbe en la época, desvinculada de Pula en 1331 para unirse a Venecia; «un´isola felice nel tumultuoso e pericoloso mare istriano» como apunta Jasmina Stosic. Nobles y clérigos fomentaron el Camino. La familia veneciana de los Loredan eran los señores de Barban, fomentadores del culto y el comercio con el oeste; como los Vitrubi de Medulin, mercaderes de sal con las barras de Aragón en su escudo.

Testimonio de peregrinaciones a Compostela

A. Valderas Alonso y J.J. Sánchez Badiola noticiaron la presencia de romeros orientales en León, camino de Compostela. Los autores aclaran la vocación jacobea de estos caminantes y su procedencia oriental. En la cita más antigua, el cabildo de la catedral de León entrega el 25-3-1425 la cantidad de 300 maravedís a cierto caballero procedente de Egipto la Menor (Grecia y Balcanes) y a otros hombres y mujeres que con él venían, portadores de una bula papal. Otros tres documentos son del cabildo de san Isidoro de León. En febrero de 1578 el cabildo concede limosna a un obispo pobre, florentino de nación «para ayuda en su camino». Más parece de la croata Fiume que de la Firence toscana; en todo caso, refugiado griego. 

En octubre de 1591 el cabildo entrega limosna a un grupo de hombres y mujeres «llegados de Constantinopla» y convertidos recientemente. En junio de 1549 el cabildo acuerda socorrer con dos ducados a Germano, «griego de nación», que decía ser obispo de Mathunte (¿Mothone?) e iba camino de Santiago. Ya había recibido limosna del obispo, el cabildo catedral y «otras comunidades». Mothone aparece en a relación de sedes griegas al lado de Pharsalus, Elatea, Patrae, Nicopolis, Pala, Pallantia.

Muchas eran las causas de estos exilios: las pérdidas venecianas de tierras por el tratado de paz de 1479 o en 1538, la caída de Bizancio en 1453, la guerra turco-veneciana de 1570-73, y fueron las ocupaciones constantes del turco en el s XVI (Belgrado, Bosnia, Albania, Hungría). Nombres croatas en su versión italiana figurarían dentro del grupo de romeros azzurri en Compostela y el Finisterre a donde llegaban las galeras venecianas y los galeones ragusanos, de mar o de guerra al servicio de España; tantos de ellos con el nombre de Santiago, como el galeón de 1349 tn San Giacomo di Galizia del capitán ragusano Jacob Juan de Polo, perdido en Ribadeo en 1597. O en la Escuadra de Illyria, la armada de doce galeones del ragusano Pietro de Ivella y su sobrino Estefano de Oliste al servicio de Felipe II.

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