Rafael Lema.
El 10 de julio de 1858 sucede un trágico naufragio en la ría de Camariñas, el de una lancha de romeros que regresaban de la fiesta de San Cristovo de Carnés, falleciendo diez mujeres y un niño. Sus acompañantes no pudieron hacer nada por salvar a los fallecidos, en un hecho que sucedió en aguas del rio Grande do Porto, en Ponte do Porto, en la zona de Fornosapo.
El trágico suceso se recoge en el fomento de Galicia y fue una de las grandes tragedias de la ría pues las víctimas eran de una misma localidad, Camariñas, y habían acudido en una de las barcas que tradicionalmente embarcaban o desembarcaban en Cereixo o Ponte do Porto romeros para ir a los santuarios célebres de la época. De hecho, embarcar en Ponte do Porto para acudir a la Barca de Muxía aún se mantuvo hasta la segunda mitad del siglo pasado. Se usaba la clásica lancha fisterrana de vela y remo, pero también botes, gabarras o pataches, habituales en el tráfico interno de la ría y que salían del embarcadero de Cereixo, o los de A Gándara y A Xunqueira en Ponte do Porto.
En el año del suceso no había malecones ni rampas en este tramo, salvo una al lado del puente medieval porteño en O Outeiro, pero las barcas de romeros solían salir de A Xunqueira como acreditan fotos de hace un siglo, o del fondeadero del pozo de Cereixo. El curso interior de la ría cuenta con peligrosas corrientes y pasos complicados, sobre todo en Os Geos, puntos de escaso calado o mucho fango, por lo que requiere de hábiles marinos conocedores del canal. Fueron varios los naufragios de embarcaciones sucedidos en el siglo pasado, con víctimas.
Carnés gozaba de una de las grandes romerías de la ría y en esa época se había revitalizado la acción de su cofradía, que hoy se ha recuperado. En las vísperas del patrón tenía lugar la Faguía, en donde se servía carne, pan y luego arroz. Para ello los cofrades bajaban reses que tenían en el monte y las mataban. Hoy los montes de los comuneros de Cures vuelven a tener vacas cimarronas pastando libres.
En la época del suceso también se había dotado a la Faguía de un lugar apropiado, la cerca actual, construida para evitar el paso a comensales que no fueran cofrades. De todas las parroquias de la ría había cofrades que anotaban su cuota o faguía a la cofradía de San Cristovo, fundada en 1608, con 410 años de antigüedad. Pero más concurrida aún era la romería del santo, con las misas y la verbena a cargo de los más afamados gaiteiros de la época.
