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domingo, marzo 24, 2024

Un concurso nacional de ganados con sello de Coristanco

El éxito de la Sociedad La Justicia de Coristanco en Madrid en 1913. Xosé Manuel Lema

El concurso nacional de ganados volvía a celebrarse en Madrid después de una peste de glosopeda que sacudió todo el estado español un año antes. En esta ocasión, el certamen batía records de participación entre caballos, vacas, ovejas, cabras, cerdos y perros. Más de 2.500 animales procedentes de toda España. Entre ellos, una representación coruñesa. La de la sociedad “La Justicia” de Coristanco, que llegó a la capital de España con una selección de bueyes, vacas, ovejas y caballos. La delegación pasó apuros para llegar a su destino. Los bueyes, de unos 650 kilos de peso habían perdido casi cincuenta kilos en el trayecto hasta A Coruña. Después, ya en ferrocarril, llegaron a la cita con unos 596 kilos de media.

La ganadería gallega llamó la atención de los medios de comunicación de la época y del mismo ministro de Fomento, Rafael Gasset, que en una visita a la exposición, felicitó personalmente a los agricultores. La calidad de los ejemplares quedó confirmada en el fallo del concurso, que contó con la presencia del Rey Alfonso XIII y de varios miembros de su gobierno. Para el monarca desfilaron y ante el recibieron los reconocimientos.

Los bueyes del “Verxel de Bergantiños” recibieron el segundo, cuatro y sexto premio en la categoría de raza gallega.Una yegua quedó segunda en su apartado. En la categoría de vacas de montaña, los coristanqueses quedaron terceros, y en la sección de novillas se hicieron con el primer y segundo premio. Este éxito les hizo merecedores de un diploma de honor del concurso nacional. Uno de los medios especializados más famosos durante estos años, “El Progreso Agrícola y Pecuario”, destacaba el “gran papel” y hacía “una mención especial” a la entidad. “El Correo Español”, en su portada, dedicó elogios a los animales. “Traemos bueyes, vacas, torosy ovejas. Traemos lo que tenemos, que, bueno o malo, es lo nuestro” declaraba a este periódico, el párroco de Seavia y Erbecedo, verdadero impulsor de la mejora del ganado en la comarca.

“Ha y en Galicia razas superiores a esta, pero entiendo que en estos concursos, como en todos, debe traerse lo que hay, sin pretensiones de aparentar más de lo que somos, para que se admire lo bueno y se corrija lo malo, dándose cuenta exacta de nuestros adelantos y de nuestros atrasos” explicaba el sacerdote, que insistía en la necesidad de cuidar la cabaña ganadera para obtener resultados óptimos, como era el caso.

Porque Santiago Abuelo Lado había sido el artífice, desde la parroquia de Seavia, de la sociedad “La Justicia”, que actuaba como mutua aseguradora de animales y mediante la cual, gestionó la adquisición de máquinas para trabajar en el campo, una báscula para pesar terneros o la creación de una parada de toros sementales en el pueblo de Erbecedo. También luchó por la implantación de las vacunas, y consiguió que se redujeran en un sesenta por ciento las enfermedades en la ganadería local. Sus métodos fueron aplicados en explotaciones de la comunidad valenciana, según relata la prensa de principios del siglo veinte.

Todo esto unido a las infraestructuras creadas en la feligresía, tanto en la mejora de la iglesia como en bienes no pertenecientes al clero. No estuvo exento de problemas y críticas por culpa de los celos despertados entre la clase política municipal. Pero durante sus 17 años de trabajo en esta localidad, dejó una profunda huella que aun a día de hoy es perceptible. Después, continuó su importante misión en Cuntis. Era un estrecho colaborador del popular veterinario Rof Codina y gozaba de buenas amistades y contactos.

Los miembros de “La Justicia” habían llegado a Madrid con el aval recibido en los concursos de Carballo y Santiago. Reconocimientos que los impulsaron a subir un nuevo escalón. Y con éxito.

El trabajo bien hecho da sus resultados y meses más tarde, a través de un contacto en Lugo con un representante de la firma Viñas & Martí se consigue vender con rumbo a Barcelona unos 84 terneros selectos. Las reses llegan por sus propias patas hasta A Coruña. 13.112 kilogramos de carne a 85 céntimos el kilo y un precio total de 11.145 pesetas.

Salen de las explotaciones de socios de “La Justicia” y del sindicato agrícola de Agualada. Los criadores reciben una bonificación por conducir a los terneros usando látigos y no recurriendo a los tradicionales aguijones, que aceleraban el ritmo de los animales pero les causaban perforaciones. La expedición recibió aplausos y, otra vez, la prensa dio cuenta de este nuevo paso.

Los ganaderos coristanqueses habían conseguido sanear y poner en valor su cabaña, obteniendo mayores beneficios al negociar con pujantes firmas comerciales.Los consejos de Santiago Abuelo habían sido sumamente útiles y situado a un pequeño municipio periférico en la vanguardia agraria de una nación.

 

Reportaje publicado originariamente en El Correo Gallego

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