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domingo, septiembre 29, 2024

Elend Finstern Ultreya. El camino de los alemanes a Compostela

Rafael Lema. Los alemanes se han convertido este siglo en uno de los animadores del Camino de Santiago, pero su influencia ha sido muy importante en la Edad Media. 

Einsiedeln

Una tradición escasamente conocida y no reconocida, que bebe en el lejano manantial de los caminantes precristianos al Finisterre.

Los caminos de peregrinación en Alemania confluyen en dos puntos principales. En Einsiedeln (Suiza), en donde se coge la Ober Strasse (Calle Alta), que lleva a Le Puy, donde comienza el Camino Francés, por la Vía Podense. Y en Aachen, donde empieza la Nieder Strasse (Calle Baja),que lleva a París y Tours, la Vía Turonense.

La Ober Strasse tiene seis rutas principales.

El camino de Eger, Regensburg, Ausburg, Lindau. Desemboca en Einsiedeln, convento benedictino de gran tradición peregrina. En esta ruta la orden Teutónica y los monasterios cuentan con albergues y hospitales.

El camino de Dresden, Chamnitz, Hof, Bayreuth, Nurnberg, Ulm, Konstanz. En esta última ciudad hubo un antiguo monasterio benedictino de Santiago fundado en 1142. Es una ruta de monasterios y encomiendas teutónicas, con hitos como la ciudad imperial de Nurnberg (Nuremberg).

El camino de Leipzig, Bamberg, Rothenburg, Bargau, Tubingen, Konstanz, Schaffhausen.

El camino de Jena, Erfurt, Urphar. De Würzburg, Schabisch May, Tubingen. De Urphar a Villingen.

El camino de Frankfurt a Bassel, o ruta del Rhin.

El camino de Mainz, Strassburgo, Bassel. En esta ruta tiene singular importancia el monasterio suizo de Einsiedeln, corazón de los caminos de peregrinos suizos. Fue fundado en el s. X, pero en su origen aparece la figura de san Meinrad, oriundo de Sulichgau (Alemania), que se retiró al bosque para vivir como eremita (828) en la zona del actual monasterio donde fue muerto por unos bandidos en el 861. Desde 1337 hay noticias de peregrinaciones jacobeas.

La Nieder Strasse, cuenta con dos caminos.

El camino de Lübeck, Hamburg, Bremen, Munster, Aachen.

El camino de Gdansk, Berlín, Magdeburg, Kholn, Aachen.

En Bremen había importantes vestigios del culto a Santiago el Mayor (Juxmajor). La mano de la Hansa, de los teutónicos, y de los emperadores está muy presente en esta ruta. Berlín será sede del elector de Brandenburgo y capital prusiana. Kholn (Colonia) es sede episcopal desde 785, por orden de Carlomagno. A esta ruta llegaban los caminos de los romeros de los Paises Bajos y escandinavos que atravesaban Dinamarca por el Haervej, o “camino de la tropa”. Los polacos usaban las dos grandes vías alemanas; y los austriacos llegaban desde Innsbruck, tomaban la Ober Strasse o los caminos por suelo italiano desde Verona.

Desde los inicios de las peregrinaciones, los caminantes de nación alemana se hacen ver en Compostela. De origen germánica es el franco Bretenaldo, que llega en el 920 y construye su propia casa en Santiago. En el año 930 en una fuente del monasterio de Reichenau se cita el primer peregrino alemán, al parecer minusválido de nacimiento. Reichenau es una abadía benedictina en una isla del lago Constanza, fundada en el 724. Así, según Klaus Herbers y Castrillo Maceres, entorno a 920-930 comenzarían las peregrinaciones europeas, en una primera fase en donde sobresale el conocido viaje del obispo de Le Puy, Gotescalco (950).

El s. XI supone en Alemania una rápida expansión del culto jacobeo, especialmente en Sajonia, Hesse y Alsacia. En el 1072, en plena lucha de las investiduras entre el papa y el emperador alemán, Sigfried, arzobispo de Maguncia, emprende la ruta, y también lo hace la condesa Richardis de Sponheim; el conde Eberhard de Nellemburg y su esposa Ida. O san Berardo de Schaffhausen, emparentado con el papa León IX y con el emperador Enrique II, fundador del monasterio suizo de Schaffhausen.

El Calixtino hará referencia a la presencia de los “franci, itali, theutonici”, remarcando la importancia de los caminantes germanos. En el s. XII la mayoría de los romeros alemanes procederán del Rhin medio y del sur de Alemania. El arzobispo de Maguncia, Conrado I peregrina en el 1164. En 1175, Anno von Blakenburg, obispo de Minden. El conde Friedrich de Pfirt (1144), como penitencia por vejar a unas monjas del convento de Kleinlützel. El obispo Annon de Minden, que sigue la ruta alta en la ida y la baja en la vuelta. Hacen el camino Santa Paulina de Zell, de Münsterschwarzach. San Morando de Worms, fundador del monasterio alsaciano de San Cristobal de Altkirk y patrono de los viñadores. En el s. XIII llegarán Geroldo de Colonia, la austriaca santa Wilburga.

Gdansk

 

LOS CAMINANTES DEL NORTE

Por las rutas alemanas caminarán destacados hombres del norte, como el caballero normando Gautier Giffard (1064), que combate a los moros en España y luchará en Hasting, siendo premiado con algunas propiedades por Guillermo el Conquistador. Los escandinavos, sobre todo gente de la realeza y nobleza, llegan con numeroso séquito, como el rey Sigurd I de Noruega, con sesenta naves, en 1108, de camino a Jerusalén. El clérigo sueco Eskif, el dominico islandés Mauritius (1274), la princesa sueca Ingrid, con otros nobles jóvenes (1270). En el s. XIII se popularizan las peregrinaciones en Escandinavia.

De los Paises Bajos parte de Lieja una masiva peregrinación en el 1056, dirigida por Roberto, monje del convento de Santiago. Es la expedición que consigue las reliquias del apóstol que se guardan en suelo belga. En la misma época, camina el noble flamenco Adelardo, fundador de albergues y cofradías de caballeros. El conde de Flandes, Balduino VII (1084), con el obispo Orgerlam de Lila. Los participantes en las cruzadas de 1147 y 1189; o el frisón Asego y la condesa holandesa Sofía, en el mismo siglo. El conde belga Eberad de Mons (1150), que para expiar un crimen, profesó de monje y en 1142 fundó el monasterio de Einberg, y luego el de Mont-Saint-George, ambos del Císter, que le venera como beato. Este es el siglo de las cruzadas, de la guerra santa, de la fundación de las órdenes militares, como el Temple, Calatrava, Santiago, Alcántara y del gran impulso castellano en la Reconquista. Los ingleses en este siglo peregrinarán masivamente.

Y los ingleses forman parte de estos caminantes especiales de la ruta del norte, de ascendencia sajona, germánica. Esta vía que se frenará con la reforma y las guerras de religión.

Recordemos que la cristiandad llega a Irlanda desde Alejandría a través de España a partir del año 200, y crea la peculiar Iglesia celta, de influencia en Galicia con la migración de bretones tras la invasión anglo-sajona. Antes del concilio de Nicea convocado por Constantino en el 325. San Patricio viaja a Irlanda para establecer su iglesia en Tara y Slane, en el 432. San Columbano zarpa desde Derry para fundar una abadía en Iona en el 563. San Agustín llega a Inglaterra para convertir a la población al catolicismo en el 596. El sínodo de Whitby se inclina ante la Iglesia católica romana ya en el 664, tras más de cuatro siglos de aislamiento siguiendo los ritos de la Iglesia celta en las islas.

El primer peregrino inglés de nación es Ansgot de La Haye, noble de Lincolnshire, en el s. XI. En el siglo siguiente serán numerosos, nobles y plebeyos. De los dos lados del canal, pues los ingleses tienen posesiones en la actual Francia. San Godric de Finchele, mercader, músico y santo. Ansgot de Burwell, de Lincolnshire. Matilde, hija del rey de Inglaterra, con 23 años y ya viuda del emperador de Alemania, Enrique V.. Oliver de Merlinmond, lord de Shobdon. Ralph de La Haye, walcran de Eaumont; el conde Worcester; san Victor de París; Guillermo II, conde de Derby; Guillermo, conde de Lincoln; Rico de Leurs. Botilda, mujer de Gerardo, cocinero de la catedral de Norwich. Enrique de Blois, obispo de Winchester.. Henry de Blois, abad de Glastonbury, hermano menor del rey Stephen. Patrick, conde de Salisbury, muerto a su regreso por Guy de Lussignan. Hugo, conde de Chester, peregrina tras haber participado en la rebelión de los bretones y obtiene el perdón.

El tema jacobeo en la literatura alemana fue analizado por Jaime Ferreiro Alemparte, autor también de estudios sobre la arribadas de normandos y cruzados en la Península, contribución asimismo a la investigación sobre las peregrinaciones por vía marítima. Ferreiro nos habla de una gran tradición en la cultura alemana del tema jacobeo, en latín y alemán, y por supuesto una amplia presencia en el cancionero popular, sin entrar en la ya mejor estudiada literatura de viajes y viajeros alemanes a Compostela. En general la literatura tudesca incorpora leyendas y milagros para la extensión del culto, es pues religiosa, creada y orientada en los monasterios, y comprometida con el mensaje de Dios. El hombre medieval saciaba su fantasía escuchando milagros y lo maravilloso es en esta época inseparable de la realidad.

Si en el románico seres salidos del Apocalipsis se unen a personajes humanos, en la percepción temporal y espacial de las gentes que recibieron el mensaje del mito jacobeo no se entiende una separación entre los dos campos, ni entre mundos, algo que llegó a nuestros días en la cultura popular de países desarrollados como Galicia o Japón. En fin, para mi el mundo de la peregrinación alemana es de gran interés, y bastante desconocido. Estos peregrinos nos han dejado muchos ritos, relatos, tradiciones incorporadas al gran saco común de los mitos del Camino, y beben en las fuentes de las primeras grandes peregrinaciones milenarias de los europeos, aquellas que buscaban el occidente, los finisterres atlánticos.

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