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miércoles, marzo 27, 2024

Moraime y Ozón, el poder del monacato

Tercer capítulo del trabajo de Rafael Lema, sobre los monasterios de Nemancos y la tierra de Bergantiños. Para acceder al artículo anterior.

La importancia económica de los monasterios como centros de producción y consumo ya desde la Alta Edad Media no decae tras la época de consolidación de la edad de oro del románico. Al contrario, el análisis de los documentos de los cenobios más significativos de la zona desde le época medieval, nos aporta interesantes datos sobre la vida económica de los mismos y su entorno, ya que no sólo se significaban por la evangelización y oración. 

Los prioratos contaban con granjas, huertas, ganados y sorbre todo una pléyade de arrendatarios campesinos y colonos que rentaban suculentos frutos. Ozón y su anexo de Baiñas por un lado y Moraime por otro son las grandes abadías de la comarca, aunque muchos otros pequeños cenobios dejarán su imporonta desde la Alta Edad Media por toda la zona. 

La mayoría fueron perdiendo su función y quedando reducidos a santuarios, templos parroquiales o a meras ruínas. Los tres citados mantuvieron su peso económico hasta las desamortizaciones del XIX, con mejores y peores tiempos, mayor o menor independencia. los tres caerán en el XVI en la órbita de San Martiño Pinario de Santiago, del que dependerán. Desde el XII contamos con documentación que nos aporta la expansión de estos prioratos.

La abadía de Moraime se expande por propiedades en los actuales concellos de Muxía, Dumbría, Cabana, Camariñas, estableciendo cotos bajo su control en Moraime, Merexo, Buxantes, Sarteguas, Borneiro. Desde el XII conocemos donaciones en tierras y casales de nobles y reyes que ayudan a incrementar el patrimonio monacal. 

Posteriormente concentra bienes en Cereixo y Camariñas, en la zona interior de Soneira (Vimianzo, Lamas, Salto, Cambeda) y en las orillas del Xallas, por los actuales concellos de Dumbría, Mazaricos, Outes. En Bergantiños, la iglesia y coto de Borneiro ejercía de punto de control económico y administrativo de los bienes de su redonda. También gozaba de tierras en Pisón, en San Fiz de Vixoi (Betanzos), una explotación autónoma que les aporaba a los monjes una importante producción vitivinícola.

Esto nos lleva a dos aspectos relevantes en nuestro trabajo. Las tullas de Moraime se llenaban de cientos de ferrados de cereales y también llegaban a sus bodegas bocoyes de vino de Betanzos. Los monjes comerciaban con buena parte de estas mercancías por tierra y sobre todo por mar, desde el puerto de Muxía. No podemos olvidar que Moraime y Toxos Outos, en Outes, eran los prioratos más ricos en el occidente de la actual provincia coruñesa en el Antiguo Régimen. 

Toxos Outos poseía importantes bienes en la ría de Corcubión. El monasterio de Moraime ejercía jurisdicción señorial en varios cotos y tenía el patronazgo de veinte parroquias entre Anllóns y Duio. Entre ellas las dos iglesias centrales y más antiguas de Soneira y Nemancos: Vimianzo y Dumbría. El tránsito a la Edad Moderna hizo que el monasterio perdiera buena parte de sus bienes, sobre todo por el acoso de la nobleza (Mariño, Moscoso). El monasterio poseía siervos y aforados, cobraba tasas señoriales y diezmos de cosechas y ganados, pero su base económica eran los bienes raíces cedidos a los campesinos a cambio de una renta (foro).

 Contaba también con casas en el ámbito urbano, en Santiago y en Muxía. En este puerto «era o meirande acaparador de propiedades inmobiliarias, ata oito casas podemos recontar como cedidas en foro polos monxes no século XVI» indica Xabier Rey Souto. Moraime cae en la órbita de San Martiño que opta de inicio por el arrendamiento a cambio de importantes cantidades monetarias. En 1497 es arrendador Fernando Álvarez de Toledo de «todas las rentas de pan e vino e dineros». Deberá sustentar al monasterio que cuenta con tres monjes, un capellán y cuatro mozos. la renta de Borneiro se arrienda a Fernán Roxo de Cánduas. Ambas por 74.000 maravedís, más 300 m por la granja de emparrados de pisón en Betanzos.

En época moderna el priorato de Ozón y Baiñas cae igualmente en la órbita de San Martiño Pinario. Junto con Moraime juega un papel importante en los ingresos del centro compostelano. El 96% de las rentas de Ozón y Baiñas proceden de foros. Los ingresos en especies (cereales) suponen casi toda la base del sistema en estas abadías. En 1607 Del Hoyo nos dice que los tres centros contaban con pocos monjes y su situación era de decadencia. pero desde mediados de siglo vemos que sus tullas se llenan y aportan muchas rentas a la casa matriz. 

El maíz es uno de los causantes de esta mejoría económica en la comarca, ya que mejora sustancialmente la alimentación de los campesinos y hace posible el pago de las rentas a los monasterios, a los señores o a las cofradías que empiezan una etapa de esplendor (el barroco debe mucho al maíz en Galicia). Los datos estudiados por V. M. Castiñeira Castro nos confirman la importancia de las rentas en cereal de estas abadías y su distribución en especies. 

Destaca el trigo, que supone en 56,7% de los ingresos en Ozón y Baíñas, de los 4.808 ferrados anuales que entran en su hórreo. El centeno con un 25% y el maíz americano con un 16% son los otros productos relevantes. en menor media el millo miudo, desplazado por el «millo de fóra». El trigo es el cereal más rentable y caro, por lo tanto mejor de colocar en los mercados urbanos. Los otros cereales forman parte de la dieta básica del campesinado comarcal en el XVII. En Moraime el trigo abarca dos tercios de la producción. El maíz, el 22,2% y el centeno el 11,5%. progresivamente el maíz irá sustituyendo al centeno y al millo miudo.

En el libro de la Cofradía de Ánimas de Cee en 1653 ya aparece un apunte de la donación de una feligresa de 8 ferrados de «mays gruesso».
Por regla general los monjes obligaban a colocar el cereal en las tullas de los prioratos en una única paga por agosto o septiembre, y como indica V. M. Castiñeira Castro «unha vez nelas, o destino sería o embarque das mesmas desde o próximo Porto de Muxía, xa que, loxicamente, os monxes non consumían máis ca unha mínima parte dos peto de 5.000 ferrados de cereal que entraban nas dependencias». 

En Moraime el 100% del tigo y el maíz se destinaba a la venta. en Ozón de todo el cereal (4.808 ferrados) sólo se consumían 348 (7,2%), el resto se vendía. Del trigo se vendía el 97%. Para ver la evolución de las entradas y también tener una idea de los cambios en las plantaciones por parte del campesinado forero podemos comprobar las estadísticas de 1669 y 1692. En 1669 Ozón y Baiñas recaudan 2.257 ferrados de trigo, 1.163 de centeno, 750 de maíz y 200 de millo. En el 1692, cogen 3.243 ferrados de trigo, 1.053,5 de centeno, 960 de maíz, 40 de millo. 

La media en este periodo de años es de 2.725,9 f de trigo, 1.202,1 de centeno, 795,7 de maíz, 83,8 de millo. En Moraime en 1669 se recogen 3.472 ferrados de trigo, 593 de centeno, 1.170 de maíz. En 1692 entran 3.415 de trigo, 681 de centeno y 1.103 de maíz. La media en ese marco es de 3.577 f de trigo, 622,5 de centeno y 1.204,4 de maíz.
En el siglo XVIII (1761-1776) Moraime aporta 30.000 reales al año a la casa matriz de San Martiño Pinario. Ozón entre 20.000 y 30.000 r. Baiñas entre 10.000 y 15.000 r. Envían un 88 o 90 % del total de ingresos a la casa central. Otros ingresos son los monetarios, por cobro de foros, primicias, sincuras, servicios, luctuosa. Baíñas y Ozón recuentan entradas en azumbres de manteca, miel, «pescadas», carros de leña, gallinas, cera, carneros, cabritos. Otro tanto Moraime. Estas datas se destinan al gasto interno o a la venta en las ferias locales. Moraime envia 40 corderos a Santiago. Las ventas por mar del trigo se hacen cuando el producto más cuesta, en abril y junio. Las ferias de abril en alguna población del interior (en Xallas, Dubra, Bergantiños) aún se mantenían con pujanza en el siglo pasado. También se mandan a otras zonas en donde se pueden colocar a buen precio.

Se documentan masivos envíos por mar a lejanos mercados en la década de 1.680, por la devaluación de la moneda. El trigo y el maíz se venden por este curso y el millo y centeno en ferias locales, como ya hemos indicado. También contamos con citas a propinas dadas al sargento mayor del puerto de Muxía y al escribano por asistir al embarque de las partidas de trigo. En 1.686 salieron de Muxía 3.430 ferrados de Ozón y Baíñas. En 1686 otros 3.200 ferrados. Moraime envió en 1669 otra cantidad similar. Entre 1683 y 1688 Moraime envía por mar 21.600 ferrados de trigo. El arrendamiento de los viñedos de Betanzos en el XV llevaría a la necesidad de comprar el vino en los centros de producción más importantes en Moraime en 1674 el gasto del porteo del vino que se trae de ribadavia es de 574 reales. En Ozón y Baiñas se compran 15 «moios de viño de Ribadavia», por 660 reales.

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