José María Fernández cultiva uvas en botellas de albariño.
José María Fernández Castro es propietario de una conocida vinoteca en Ponte do Porto, La Tavernetta, que gestiona junto a Sabrina Selva, pero además es aficionado al cultivo de vides, por lo que cuenta con un buen emparrado en la amplia terraza que se extiende desde su local hasta la orilla del río Grande do Porto, en la zona de A Xunqueira. Aquí José María además de cultivar uvas de distintas variedades autóctonas y otros frutales también le gusta experimentar con el cultivo de la vid. Su último hallazgo es el cultivo de vides en botellas de albariño que solo reciben como nutriente el agua que cae del cielo, por cierto bastante escasa esta primavera.
El resultado ha dado en el nacimiento de las primeras vides en botellas sin tierra, ni abono ni trabajo añadido, un curioso cultivo hidropónico natural, que sorprende a los que se acercan a ver la plantación del empresario porteño y ven brotar plantas desde el cuello de los recipientes. Jose María Fernández espera ahora por el posible fruto de estas vides, en una de las más peculiares vendimias de Galicia, y cree que su novedosa técnica experimental podría ser muy aprovechable en circunstancias de falta de suelo, dentro de la viticultura ecológica nacida con el mínimo aporte humano, pero además cree que «este xeito de cultivo debería dar unha uvas distintas, cunha frescura atlántica e sen efecto do terroir, algo que pode sorprender nun campo onde a diferencia sempre ten un valor engadido».
Aunque el empresario siempre quiso tener su propia plantación de vides y cosechar vino, por ahora solo se plantea seguir «curioseando coa idoniedade da nosa ría para a viticultura». Reconoce este amante de la huerta que Ponte do Porto y la vecina Cereixo cuentan con un microclima especial, marcado por el valle del río pero tambien por el aporte salino de las mareas de la ría de Camariñas, que en sus subidas ya llegaron a inundar parte de su huerta, siendo una zona muy indicada para la plantación de todo tipo de frutales, también las especies mediteráneas o subtropicales, pues los vecinos explican que siempe se dieron aquí bien por ejemplo, el naranjo, el limonero o el membrillo, pero también la oliva o la vid.
En este caso, sobre todo para la recolección de uva de mesa, con numerosas parras diseminadas por el entorno, mayormente de la resistente y prolífica uva «catalana». Por ello en la parroquia son varios los propietario de ficnas que producen su propio vino para su consumo, una idea que José María Fernández está considerando a medio plazo, oteando varias fincas próximas, «pero con variedades autóctonas e un cultivo tradicional, bioecolóxico, coa mínima intervención na plantación e no proceso de elaboración e engarrafado».