La feria de la gestación subrogada que se celebra en Madrid el 6 de mayo reabre el debate sobre su regulación en España en un momento en el que las asociaciones se han posicionado mientras que las posturas políticas siguen sin definirse.
Milagros Lara
La Feria de la gestación subrogada Surrofair que se celebrará en Madrid dentro de dos días ha reavivado la polémica. Al evento acuden 26 clínicas de reproducción asistida de distintos países para informar sobre la gestación por sustitución y promocionar . Contra la feria se han levantado en pie de guerra medio centenar de asociaciones feministas que denuncian la práctica del vientre de alquiler como una nueva forma de explotación a la mujer.
Lo cierto es que la mayor parte de la información que se encuentra sobre la gestación por sustitución está encaminada a difundir su bondades, con argumentos bien estructurados en los que no faltan pinceladas emocionales para crear un marco mental favorable a esta práctica. Por eso ha resultado tan impactante para la opinión pública la movilización de asociaciones feministas agrupándose en la Red estatal contra el alquiler de vientres para alzar su voz contra una práctica que denuncian como “una nueva industria en la que comercializan con la capacidad reproductiva de las mujeres en beneficio de terceras personas”.
Al margen del posicionamiento favorable o no a este tipo de gestación, no se puede obviar que la feria tiene una carácter promocional de la gestación por subrogación a la vez que comercial de las clínicas reproductivas expositoras.
El deseo no puede constituirse en un derecho
Una de las asociaciones que integran la Red es la conocida No somos vasijas, que considera que la maternidad subrogada se inscribe en el tipo de prácticas que implican “el control sexual sobre las mujeres”. Alertan sobre la parcialidad de las campañas mediáticas, consideran que el deseo de paternidad (entiéndase en su sentido inclusivo paternidad-maternidad) no implica un derecho a serlo y que ese deseo nunca puede estar por encima de los derechos de las mujeres ni los niños. Rechazan absolutamente la utilización de los vientres femeninos con fines reproductivos para terceros.
Sorprendentemente la postura en contra de la Red estatal contra los vientres de alquiler en el que se integran colectivos LGTB, feministas y asociaciones de diferentes tendencias coincide plenamente con la del Foro de la Familia, de sesgo conservador que representa a 4 millones de familias, aunque su discurso sea diametralmente opuesto. El Foro de la Familia entiende que la gestación por sustitución socava la dignidad de la mujer al utilizar su cuerpo y sus funciones reproductivas de forma mercantilista.
Opinan que se convierte a la mujer y al bebé en un objeto, se mercantiliza el deseo de ser padres, advierten de las posibles consecuencias psicológicas para todos y cada uno de los intervinientes y coinciden con No somos Vasijas en que el deseo no debe ser siempre considerado como derecho, especialmente cuando implica “lesiones a la dignidad y a los derechos de otros sujetos implicados, especialmente mujeres y niños”.
Claves de la gestación por sustitución
– Utiliza una técnica de reproducción médicamente asistida RMA incluida en la categoría de técnica de reproducción asistida TRA.
-RMA es la producida a través de la inducción de la ovulación, la estimulación ovárica controlada, la ovulación provocada, los procedimientos de TRA e inseminación intrauterina, intracervical o intravaginal con semen.
-Las TRA incluyen la fecundación in vitro y transferencia de embriones, gametos, cigoto y embriones, la criopreservación de embriones y gametos, donación de ovocitos y embriones y un útero. La TRA no incluye la inseminación artificial.
-El vientre que acoge para su gestación el embrión no siempre es de la propietaria del óvulo fecundado.
-En la subrogación gestacional la gestante no aporta sus óvulos por lo que se recurre a la FIV y la posterior implantación del embrión.
-En la subrogación tradicional la gestante aporta sus óvulos.
-Implica la asignación de la maternidad a una mujer distinta a la gestante.
-Los precios oscilan entre 40.000 y 200.000 euros.
-La falta de regulación legislativa hace que el Parlamento Europeo en 2016 inste a los países miembros a regular los casos especiales.
-La Conferencia de la Haya de Derecho Internacional Privado prepara un convenio específico para regular los acuerdos internacionales de gestación por sustitución.
-En España no es legal, art. 10 y Código Penal art. 220 y 221 y se considera nulo cualquier contrato en este sentido, Ley de Técnicas de Reproducción Asistida 14/2006.
-En España se soslaya el problema de filiación en base a la instrucción de la Dirección General del Notariado de 2010 que permite la inscripción en el registro de hijos nacidos mediante GxS.
-En España entran alrededor de 1.000 bebés cada año procedentes de otros países en donde han sido gestados por subrogación.
-Ciudadanos prepara una proposición de ley para regular la gestación por sustitución en España similar a la que existe en Canadá.
-Partido Popular, PSOE y Podemos asisten a un debate interno sin terminar de definir una postura oficial.
Permite tener hijos biológicos a quien no puede
En el lado opuesto encontramos propuestas que abogan por regular la gestación subrogada en España. La Asociación de padres por la gestación subrogada y Son nuestros hijos son las asociaciones españolas más representativas de esta tendencia. Sus argumentos pasan por una suerte de progreso moral que conduce a una mayor libertad individual, eligiendo cómo, cuando y con quién. En su opinión es una expresión del derecho a procrear independientemente del modelo de familia, ya sea monoparental, homosexual o heterosexual. Ponen el foco en la técnica de reproducción que permite satisfacer el deseo de quien quiere tener hijos biológicos y por uno u otro motivo no puede y reclaman una regulación de esta práctica.
Los defensores de la gestación por sustitución invocan que ni la prohibición expresa ni el silencio de la ley evita que se realice esta práctica, añadiendo que una buena regulación sería un instrumento eficaz para impedir un mercado negro de vientres y que las limitaciones legales son discriminatorias al impedir tener un hijo genéticamente propio a parejas homosexuales de dos varones o a varones individuales y fomentan el turismo reproductivo discriminatorio por poder adquisitivo. Argumentan finalmente que este sistema reproductivo no implica en absoluto la cosificación del niño o la explotación de la mujer gestante puesto que consiente libremente el acuerdo.
