Tercer y penúltimo capítulo de reportaje de Rafael Lema sobre «El camino jacobeo de Muxía».
En el primer capítulo( accede desde aquí), Lema nos introduce en esta ruta histórica. «La vía más antigua» es el segundo episodio (accede desde aquí)
En la Edad Media, el puente de Brandomil confirma la importancia y reactivación de la vieja ruta romana al poniente, como hemos indicado en el inicio expositivo. La mayor estudiosa de los caminos medievales gallegos, Elisa Ferreira Priegue marca este paso, por supuesto. En su mapa de rutas medievales vemos como desde el camino que viene de Negreira a Fisterra, al llegar a Bon Xesús sale una ruta a Brandomil por Vilaferreiros, Xunqueira, Antes. De Brandomil va a Baiñas, Castrelo, Ozón, Moraime y Muxía. En Ozón y Baiñas se crearon monasterios benitos medievales, que por haber sido dúplices pueden remontarse a la época altomedieval. En Ozón, al borde del camino, existe el lugar de Alberguería. San Pedro de Brandomil pertenece al arciprestazgo de Céltigos, como su anexa Brandoñas. El resto de las parroquias de la ruta, desde Baíñas hasta Muxía, son del arciprestago de Nemancos. En ambos casos estamos ante dos topónimos prerromanos y de raíz céltica, en el territorio de los celtas nerios o supertamaricos.
Baíñas pertenecía en el Antiguo Régimen al coto y jurisdicción del priorato de Ozón y el monasterio fue anexionado en 1417 a San Pedro extramuros de Santiago, luego a San Martiño Pinario, como el resto. Los documentos de la abadÍa de Baíñas de los tomos del Sector Clero del Archivo Histórico Nacional nos aportan informaciones sobre estas vicitudes, con pergaminos datados en 1417, 1456, 1457, 1525. La anexión fue confirmada por el papa Calixto III en 1456 y por el juez apostólico en 1457. El benedictino padre Yepes al referirse a Baiñas indica «era monasterio en tierra de Soneira» (Yepes, Fr. A.: Crónica de la Orden de San Benito; Valladolid, 1613-1615; II-67). Sobre Baiñas disponemos de cinco documentos transcriptos del original, gracias al trabajo que entre 1993 y 1999 llevamos a cabo bajo mi coordinación en el centro de estudios y documentación Blas Espin de Ponte do Porto bajo el epígrafe «Historia de Nemancos». En este estudio trabajaron los historiadores Miguel Anxo Hermida Carballo USC y Pilar Solís Parga UAM, ambos licenciados en Historia por la Universidade de Santiago de Compostela y la Universidad Autónoma de Madrid.
Se trata de un documento titulado «Benedictinos de san Antoyno. 17-XII-1417, sobre la anexión del Ilustrisimo sr don Lope de Mendoza, Arzobispo de Santiago hizo del monasterio de San Antoyño de Baynas de la orden de San Benito a favor del monasterio de San Pedro Compostelano. Año de 1417». Otro documento de «Bienes y Rescrito de N.M.S. P. Calixto III para que apruebe y confirme la anexión que el Ilustrisimo sr don Lope de Mendoza Arzobispo de Santiago habia hecho del priorato de San Antoyno de Baynas a favor del monasterio de San Pedro Compostelano Extramuros. Año de 1456». El tercero, «Aprobación y Confirmación por juez apostólico en virtud de breve y rescrito N.M.S.P. Calixto III de la anexión que en favor del monasterio de San Pedro Compostelano Extramuros habia hecho el ilustrisimo sr don Lope de Mendoza Arzobispo de Santiago del priorato de San Ant de Bayñas. Año de 1457». Un cuarto documento titulado «Priorato de san Antonio de Baynas. Copia autentica. Ratificacion y Confirmacion por juez apostólico en virtud de breve y rescrito de N.M.S.P. Calixto III. Año de 1457» Finalmente un auto de continuación de posesión de la anexión de Baiñas de 20 de julio de 1525.
Los monjes benedictinos desde la fundación de estos cenobios, vinculados a la más lejana tadición monacal de los tiempos de san Rosendo, usarían un camino de conexión entre los centros compostelanos y las abadías del Finisterre, todas ellas en el camino histórico de Santiago a Muxía. En el camino pueden surgir los monasterios, o los monasterios crear un camino, ya que todos los historiadores apuntan a los monjes de Moraime como los fomentadores del culto a la Virxe da Barca, cuyos terrenos poseían, y fueron patronos de numerosas parroquias de la Costa da Morte, entre el Xallas y el Anllóns. Los monasterios de Moraime, Ozón y Baiñas fueron estudiados entre otros por José Ramón Ferrín González en su artículo «Monasterios románicos del ambito de la Costa da Morte», de las actas del I Simposio de Historia da Costa da Morte, 1999. También en la edición de la misma acta por Xabier Rei Souto con respecto a Moraime.
Son los tres cenobios más importantes de la Costa da Morte, de los arciprestazgos de Duio, Nemancos y Soneira. O sea, de la prolongación postjacobea a Fisterra y Muxía. Sobre el monasterio de Moraime en un documento de confirmación del rey Alfonso VII de acotaciones jurisdiccionales se indica que el monarca quiere restaurar la vida monacal, su auxilio y hospedaje a pobres y peregrinos, «pauperum et hospitum seu peregrinorum advenientium». (Moraime, mazo 2º, pieza 3º. Lucas Álvarez, op cit). Se trata de un fórmula que podemos ver en la fundación de hospitales gallegos en el Camino como los de Bruma, Logoso o el mismo hospital de Santiago en los siglos XII-XIII, que para Fernando López Alsina formarían parte de un ordo o una orden hospitalaria vinculada al cabildo compostelano. De época medieval tenemos el viaje por Xallas y Soneira de un rey «gallego», gran viajero y constructor de puentes y caminos. En el viaje de Alfonso IX en el verano de 1228 el rey llega de Santiago a Treos y Cereixo pudiendo haber cruzado el Xallas por Brandomil, como acceso histórico. Seguiría la ruta de Brandoñas, Baiñas y luego a Serramo y Vimianzo, por la ruta de «a calzada» a Cereixo y la ría de Camariñas.
Un documento del siglo XIII citado en diversos foros certifica también el origen medieval del puente de Brandomil. Se trata de un real privilegio de Sancho IV, podria ser del 1285-1290, que ya creó alguna controversia, porque se refiere al río Sars, que en este caso sería claramente el Xallas (que atraviesa Brandomil) y no el Sar afluente del Tambre. Al hablar de la jurisdicción de una villa en aquella época, pone los límites en el puente de Brondemiro (en algún lado aparace con G, según lecturas), apuntando entonces Brandomil. Sobre el Sars como probable Xallas recordamos la referencia de la nota N8. Aquí debemos apuntar un hecho que aparece en muchas ocasiones citado en numerosas fuentes en la Edad Moderna y Contemporánea, y es el mal estado de algunos de los puentes que servían de paso a las vías que nos comunicaban con el resto del país y en concreto con la capital de nuestra provincia, Santiago.
Así sabemos que puentes como los de Ponteceso o Portomouro permanecieron sin uso, derribados por riadas y la falta de mantenimiento, durante muchas etapas de nuestra Historia. Esto derivaría en el caso del puente de Portomouro a los viajeros que salían de Santiago a la Costa da Morte -por supuesto, con toda lógica, los dirigidos a Muxía y a la ría de Camariñas- por el único puente habilitado en Brandomil. El estado de los caminos de la comarca siempre fue lamentable como denuncian muchos textos y he documentado en mi última obra (Costa da Morte, crónica maritima), además de la peligrosidad de los mismos por el bandolerismo, lo que hace más necesario seguir la ruta principal.
Muchos investigadores dieron su apoyo a la via jacobea olvidada a Muxía. En su trabajo sobre 50 puentes históricos de galicia de 1989 Carlos Nárdiz Ortiz por supuesto incluye al de Brandomil como el más antiguo del actual partido judicial de Corcubión, junto al de Ponte do Porto (del s. XIV). El autor habla de una reconstrucción posible del paso en el s. XVI. Pero Carlos Nárdiz, Doctor Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, va mas allá de la identificación del viejo paso sobre el Xallas y su camino histórico, además es bien claro al incidir en que históricamente había un camino directo entre Santiago y Muxía pasando por Brandomil en su obra «La recuperación de vías históricas de Galicia» (1992). Nárdiz marca tres caminos históricos que iban de Santiago a las rías de la Costa da Morte, cada una con su puente o paso más reconocido del curso fluvial correspondiente y que fundamenta la ruta, como su principal elemento arquitectónico: -El camino a Fisterra por Ponte Olveira, el camino de Camariñas por Portomouro y el camino de Muxía por Ponte Brandomil.
Asimismo, el autor en referencia al trabajo «Os camiños dos peregrinos á fin do mundo» (Pombo, Fernández, Yáñez) es bastante diáfano y crítico sobre el marcado de una ruta alternativa de poca consistencia histórica como el actual paso intermedio para llegar a Muxía. Nárdiz en referencia al trabajo citado indica que echa de menos una cartografia de esta ruta -cuya delimitación y reconocimiento por Patrimonio aun no está hecha-, o del Camino «que (los tres autores) consideran complimentario de Muxía a Fisterra, aunque la ruta directa a Santiago desde Muxía era la que se apoyaba en el Ponte Brandomil, sobre el Xallas, sin pasar por Fisterra». Nárdiz -junto a Elisa Ferreira uno de los grandes estudiosos de nuestras vías romanas y medievales, recalco- apoya pues la tesis de este trabajo. Muxía tenía una ruta directa con Compostela por Brandomil. Los peregrinos que se acercaron a Muxía desde la metrópoli lo harían por este paso habilitado, seguro, con un puente de prestigio, atravesando parroquias altomedievales con reconocidos y ricos monasterios, al mando de eminentes abades, pertenecientes a una muy centenaria «orden internacional de amigos do camiño», los benedictinos.
Por su parte la prestigiosa Elisa Ferreira (LCMG, III, la red viaria, pag 135) nos explica en el estudio de los caminos medievales «De Santiago a los puertos del Noroeste»: «Entre Santiago y el puerto de Muxía, perteneciente a la mitra compostelana, había un camino muy directo a través de la tierra de Xallas, cruzando el Tambre en Negreira y siguiendo a cruzar el Xallas por el puente de Brandomil, supuesta mansio de Grandomirum en la Vía Per Loca Marítima, y siguiendo el hipotético trazado de ésta hasta la Pedra do Frade, donde desviaba en dirección a Ozón. Allí se cruzaba el camino de circunvalación de la ría que partiendo de Camariñas, venía de Ponte do Porto hasta Muxía».