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sábado, marzo 23, 2024

El camino jacobeo a Muxía. La vía más antigua II

Segundo capítulo del reportaje histórico de Rafael Lema «El camino jacobeo a Muxía». Puedes leer el primer capítulo en este enlace

En diciembre de 1994 la Xunta de Galicia anunciaba la creación de una comisión para localizar y señalizar la ruta posjacobea a Fisterra. Dos eran los santuarios marianos de la Costa da Morte vinculados con el Camino de Santiago desde la crónica legendaria que intentó asentar el Códice Calixtino hasta su incorporación plena al señorío de la mitra compostelana, Muxía y Fisterra. 

Como hemos visto en el artículo anterior, más allá de la leyenda, hay documentación que ya certifica la llegada de peregrinos en el s. XII a la Costa da Morte. Tras no pocas controversias y debates, en los que también se contó con la asociación Neria, muy comprometida desde el inicio en la recuperación y promoción de la ancestral ruta, finalmente se decidió por dar crédito oficial al camino que actualmente conocemos, que entra por Ponte Maceira a Negreira, Olveiroa, Hospital, Marco do Couto, Cee, Corcubión y Fisterra, y de allí costeando a Muxía. En Hospital queda la opción de seguir a Muxía. 

En 1999 en el Congreso Internacional de Asociaciones Jacobeas celebrado en Cee constaba ya la consolidación de la ruta. No obstante en aquellos primeros años surgieron voces que criticaron que esta opción dejaba fuera una vía de comunicación directa entre Compostela y Muxía, que pasaba por Brandomil y Baíñas, pero hoy de nuevo asociaciones de estas parroquias quieren reivindicar que Muxía tuvo siempre su propio camino diferenciado. Quiero recordar al respecto el trabajo del ya fallecido Luis Suárez como presidente de la Asociación de Amigos co Camiño de Muxía. Insistimos en que Fisterra posee su ruta medieval documentada, pero Muxía también cuenta con la suya igualmente registrada y además más antigua, ya que ocupa parte de una vía romana con registros arqueológicos (los únicos relevantes en toda esta cara occidental coruñesa) y el principal enclave romano de la Costa da Morte, el conglomerado suburbano de Brandomil. 

-En primer lugar, Brandomil es el principal y más antiguo camino de entrada en la comarca, ocho o nueve siglos antes del entronque del área con la ruta jacobea. Es la mansio Grandimiro. Una vía romana hacía de este lugar enclave central en el Finisterre, y no hay evidencias de una alternativa a esta ubicación. El informe del equipo de Juan Naveiro López, responsable de los últimos trabajos en la zona Brandomil, indicaba que el enclave sería similar a los asentamientos de Brigantium e Iria Flavia, los tres principales a nivel provincial. En la vía romana que venía de Caldas de Reis y unía a ambos enclaves y de la que salían vías secundarias a la costa. Los investigadores definen este lugar como «el núcleo urbano más occidental del área lucense. Sin duda, desde aquí se conectaba con todos los asentamientos costeros del finisterre galaico». Pues bien, este nudo de comunicación queda fuera del camino jacobeo, actualmente.

Hace nueve años que se detuvieron las campañas de investigación en el entorno de Brandomil, Zas, un lugar de gran valor estratégico y como centro minero en época romana, una colonia latina que pudo acabar sus días tras una incursión bárbara a principios del siglo V. El lugar todavía oculta buena parte de su historia, fundamental para conocer el grado de romanización de la costa coruñesa.El informe de las excavaciones arqueológicas llevadas a cabo en la parroquia de Brandomil, en Zas, demostró que la comarca cuenta con uno de los grandes asentamientos romanos de Galicia. El mundo romano en la antigua provincia galaica no es muy conocido salvo la presencia en las grandes ciudades, como Lugo o Braga. 

Según el arqueólogo Juan Naveiro López, responsable de aquellos ya lejanos y últimos trabajos en la zona Brandomil, sería similar a los asentamientos de Brigantium e Iria Flavia, ambos en el actual occidente coruñés y unido por rutas marinas y terrestres. Pese a que el informe no fue publicado, hace unos años tuvimos acceso a parte del mismo. El reciente análisis toponímico de algunas estelas ahora acaba de certificar la importancia del enclave como lugar de romanización y centro administrativo, cuya historia se resguardó en la leyenda local y bajo las fincas. En esta colonia, mansio o aglomerado suburbano, nació un importante asentamiento de funcionarios y mineros a la orilla del Xallas, con funcionarios en el cursus publicus, siendo un importante paso fluvial con su puente medieval y los restos de una calzada en Trapeso.

Los investigadores definen este lugar como «el núcleo urbano más occidental del área lucense. Sin duda, desde aquí se conectaba con todos los asentamientos costeros del finisterre galaico». Naveiro dirigió la intervención arqueológica (catas, sondeos, excavaciones) durante meses en 2008, encontrando restos romanos que datan del siglo I al IV, pero también con elementos ya de época sueva. Una etapa posterior de la que hay abundante rastro en la toponimia de Xallas y Fisterra, o en la genética de la zona. La investigación arqueológica delimitó en unas 25 hectáreas la superficie del antiguo núcleo. Habían aparecido una enorme cantidad de material: monedas, cerámicas africanas de diversas épocas; joyas como un anillo de jaspe, vidrios decorados con hilos aplicados. 

Vestigios romanos en Trascastro (tégulas), Brandomil (capiteles, basas, fustes de columna, tégulas, mosaicos rojos de pavimento). Pedra do Altar, Barrazán (inscripciones votivas y funerarias). Aparecieron dos monedas, un antoniano de plata de Volusiano, del siglo III; o un antoniano de bronce de Claudio II de la ceca de Roma del mismo siglo. En la estancia llamada Pedra do Altar como parte de una estructura mayor sin identificar, se encontró un anillo con animales fantásticos, restos de cerámica y terra sigilata de los siglos III-IV d. C. Según las notas de la campaña arqueológica 2006-08 «é unha poboación moi romanizada de procedencia foránea, a carón dun castro céltigo, en Socastro. Esta villa foi destruida por un incendio devastador» lo que nos apunta a un ataque durante las invasiones suevas. 

En una entrevista de la época Naveiro anunciaba que la arquitectura también muestra estructuras constructivas relevantes, tanto domésticas (pavimentos, puertas, columnas) como públicas (columnata monumental, balneario), además de edificios de carácter religioso o funerario (templete con ara, placas y frontón de mausoleos), lo que sin duda aumenta la categoría de esta sede suburbana de relevancia para la explotación minera y la colonización de la zona del Xallas y Soneira, en tierra de los celtas nerios o supertamaricos, uno de los pocos pueblos marcadamente célticos de Galicia.

Los científicos consideran que en la antigua Brandomil pudieron estar establecidos miembros de la administración imperial, emigrantes de otras zonas, legionarios y oficiales de alas militares de protección de la colonia y del tránsito de las mercancías. Los trabajos en su mayor parte en terrenos privados descubrieron un antiguo camino, posible vía romana secundaria para la conexión con la zona costera. Algunos la ven como un tramo de la mítica «per loca marítima», para la mayoría apunta mas bien a una vía secundaria de ésta hacia la costa, con continuación medieval y convertida en camino jacobeo hacia Muxía. El conocido puente medieval sería una demostración de como quedó integrada en el camino de Santiago a Fisterra. 

La vía pasa por el lugar conocido como Pedra do Altar, en donde los ancianos del lugar dicen que existe una población sumergida, leyenda tan extendida en la zona y la región. En la obra «Miliarios e outras inscricións viarias romanas do noroeste hispánico», de Antonio Rodríguez Colmenero y Santiago Ferrer Sierra se citan importantes aras analizadas en el lugar. Brandomil se marca como «unha mansio, un lugar de parada en el stadia CLXXX de la vía romana XX per loca maritima». Pero como indicamos antes, parece tratarse mas bien de un ramal secundario de esta vía de recorrido mas interior, por Santa Comba y Carballo. 

Se localizaron en la última acción siete aras y un miliario, que se unen a las ya conocidas. También numerosos elementos arquitectónicos anepígrafos, como bases de columnas, capiteles, piedras talladas en una amplia extensión, con piezas en espacios públicos o en jardines de chalets del entorno urbano. Entre las aras halladas en Brandomil destaca la presencia de dos nombres desconocidos en la zona como Fabricius Saturninus y Agaton. Este último es un nombre griego, como Dentonius o Daduchus, que hablan de ciudadanos encontrados en Brandomil, y apuntan a la presencia de libertos de origen griego, bastante frecuentes en Galicia, gente que accedería a la ciudadanía como funcionarios, mineros, militares. 

Hay personajes de élites locales con un alto grado de romanización. Nombres de los primeros xalleiros como Domitia Pusinca, Fabricius Saturninus, Marcus, Materna, Maximo, Vegetanius Fuscus, Verecundus. También denominaciones de las nuevas creencias romanas que en parte sustituyen o fagotizan a las nativas de tradición celta o lusogalaica, como Roma, Minerva, Lares Viales, Diana Venatrix, Manes, Fortuna. Conocida es la estela de «Cosus Marte Marcvs». Un exvoto dedicado a un dios guerrero nativo, Coso, que se vincula al recién llegado Marte. 

Citado en un trabajo del Instituto Padre Sarmiento de 1944 aparece el onomástico Valerius Daduchus. Daduchus es un sobrenombre de oficio, un sacerdote que llevaba el facho en las ceremonias de Ceres Eleusina. Probablemente estemos ante uno de los primeros sacerdotes de la zona historiados y la documentación de un culto a la Nai Terra, incorporado a Demeter y Ceres. 

Escribe Fidel Fita en 1885 «Brandomil, feligresía del arcedianato de Céltigos, con puente sobre el río Jallás, equidistante cuatro leguas y media de Corcubión y de Santiago de Compostela, está sobre el camino antiguo de Iria á la Coruña. Su inscripción votiva, dedicada al dios Coso Marte (Hübn., 5071), se relaciona con la de Braga (2418), dedicada á ese numen céltico (cathach, cathaidhe, guerrero), al que llaman COCIDIO las inscripciones británicas. Recientemente, en la casa parroquial y en su cocina, hase visto empotrada la siguiente, según me avisa nuestro sabio Corresponsal D. Antonio López Ferreiro». La inscripción: «[Laribus vi]alibus Dentonius Verecundus v(otum) s(olvit) l(ibens) a(nimo). A los Larea del camino. Dentonio Verecundo cumplió gustosamento el voto que les hizo».

El topónimo Brandomil que puede aparentar un origen suevo, si apuntamos a su derivación de la mansio romana de la vía XX Grandomiro-Glandomirum es entonces anterior, en este caso de origen prerromana. El tema Glandomirum (Ptol. II, 6, 22; IA 424, 3; Rav. 308, 3) remite claramente al celta *glando- «orilla» (galés y bretón glann), de raíz ide. occidental *gl(e)nd-, de donde deriva el irlandés antiguo glenn, galés glynn «valle» (DELAMARRE 2003: 179-80; PRÓSPER 2004: 179). Según VILLAR y PRÓSPER (2005: 229), Mirum podría ser el nombre de un río.

Es un hecho a destacar que en el camino jacobeo de Brandomil a Muxía se hayan las principales referencias romanas, y queremos insistir en ello, como evidencias claras de la existencia de unos colonos y una vía, llámese vía XX o secundaria, que pasaba por Brandomil. En el tramo de la ruta a Muxía se halla Moraime, en donde las excavaciones arqueológicas son bien conocidas (Chamoso Lamas), pues se localizaron restos de una villa tardorromana y otros registros suevo-visigodos. Por otra parte en la misma ruta, algunos autores localizan en la ría de Camariñas y más concretamente en el lugar de Merexo el enclave de Claudionerium, un posible embarcadero o almacén de salazones.

Dice al respecto Salvador Bravo de la Universidad de Sevilla que el emperador Claudio se mostró generoso con las concesiones de derecho de ciudadanía a los provinciales, pero a juzgar por las fuentes escritas «sólo dos ciudades se beneficiaron de su favor: Baelo Claudia (Bolonia, Cádiz), promovida al estatuto de ciudadanía, y Claudionerium (Merexo, ría de Camariñas), de la que se ignora si fue una fundación nueva o si obtuvo el derecho de ciudadanía». La villae de Merexo (Mereio) perteneció al monasterio de Moraime como recoge la documentación monacal, por concesión de Fernando II en 1175.

Entre el importante legado arqueológico de Moraime se hallan dos pendientes romanos con el motivo inconográfico más conocido del camino, pero en este caso con presencia anterior al fenómeno jacobeo en Nemancos (arciprestazgo al que pertenece la ruta entre Baiñas y Muxía). Son dos vieiras de bronce de entorno al s. II, que nos hablan de una devotio a Venus en un entorno de viejos cultos marinos como demuestran las tradiciones locales e incluso la incorporación de leyendas de base popular a la lista de milagros de A Barca. Es parte de la colección del CED Blas Espín catalogada por el profesor José Suárez Otero el 3-12-2001 para la Consellería de Cultura. 

También hay en la numismática gallega dos tesorillos de monedas bajoimperiales de Moraime y Brandomil. Además ya hemos citado la antigua adscripción de la Costa da Morte al mito, a lugares singulares reconocidos por los antiguos, implícitos ya en ciertos topos que significan montes sagrados (Nemancos, Nemiña, Neme). Así las Aras Sestianas erigidas en honor a Augusto estarían entre la desembocadura del Xallas y la ría de Camariñas. La torre de Augusto podría ubicarse en Touriñán, según recientes investigaciones. El río Sars, tal como es mencionado por Mela, correspondería al actual río Xallas, que desemboca en la actual ría de Corcubión y cuyo paso histórico es el puente de Brandomil.

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