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miércoles, marzo 20, 2024

Visiones de Guripas

Tercer y último episodio del reportaje «José Méndez. Héroe de Krasny Bor» de Rafael Lema.

Enlace para acceder al primer capítulo.   José Méndez.Héroe de Krasny Bor

Enlace para acceder el segundo capítulo. Salvando al soldado Méndez

José Méndez no tenía como tema frecuente la guerra, pero de vez en cuando contaba en su casa a sus mas íntimos episodios del frente ruso.  El siguiente relato nos acerca a lo que pudo haber vivido. Como el algunos compañeros del grupo Spanki Jarasho escribieron sus memorias en las revistas que Méndez guardaba en su casa. Los documentales sobre la Gran Guerra eran sus programas favoritos y entonces permanecía atento ante la televisión como si de nuevo estuviera en combate. No hablaba mal de los soldados alemanes, salvo de algún oficial chiflado demasiado estricto, y tampoco del pueblo ruso, ya que con los nativos compartían los españoles veladas en sus propios hogares e intercambiaban alimentos, ropa, licor. Hacían olla común y descansaban en la chozas rusas, compartiendo latas de sardinas, pan, tabaco, vodka. 45 pueblos e isbas estaban bajo el mando español. Algunos de los supervivientes de Krasny Bor dejaron escrita su experiencia, que nos permite tener una visión mas certera de aquellos hechos, tener otra perspectiva. El 10 de febrero de 2013 se cumplía el 70 aniversario de Krasny Bor, la más dura batalla de la Division Azul en el frente ruso. 

En el subsector del Ishora bajo mando del teniente coronel Araujo, combate el batallón de Méndez,, en la división artillera Lasarte. La situación a partir del río Ishora hasta el ferrocarril Leningrado-Moscú, era la siguiente:de izquierda a derecha: Batallón Reserva Móvil núm.250, mandado por el Capitán Miranda; 2º Batallón del Regimiento núm.262 mandado por el Comandante Palleras. El Batallón 250, tenía desplegada en primera línea a la izquierda apoyada en el Ishora, la 2ª Compañía del Capitán Ulzurrum, a la derecha de ésta, la 3ª Compañía del Capitán Oroquieta, y en retaguardia, y como sostén y reserva, la 1ª Compañía al mando del Capitán Aubá; y la Compañía Antitanque a las órdenes del Capitán Aranda, cubría la línea y el Puesto de Mando del Capitán Miranda, con el Teniente Feo Perdomo a retaguardia del Capitán Oroquieta, cerca del puesto de Campaña del Coronel Sagrado. 

El apoyo de las baterías 7ª, 8ª y 12ª, todas ellas bajo el mando operativo del jefe del IIIº Grupo, el capitán Lasarte, aportaba algún respiro, pero la presión enemiga (ataques con carros, asaltos de infantería, fuego artillero) era constante. Este grupo artillero era el de Méndez que tuvo un destacado comportamiento desde el inicio, apoyando la defensa encomiable de Oroquieta, sin apoyos en ningún flanco ni en la retaguardia. Allí tanto el capitán de la 8, Vicente Castro Sanmartín como el teniente Rafael de Oleza se baten a la desesperada hasta acabar la munición. Oleza será ascendido a capitán tras la jornada. Méndez ve morir a sus compañeros y lucha herido hasta el desmayo y ser evacuado malamente cuando todo pasó, tres días después del ataque. 

José Méndez lucha con los bravos artilleros de Lasarte en la defensa de la Fábrica de Papel al borde del Ishora, auténtico bastión durante todas las jornadas, porque la batalla podemos decir que duró una semana, aunque la heroica acción hispana sucede en los tres días primeros. Estudios actuales valoran en su grado las acciones de su batallón y la defensa «numantina» de su puesto. Por eso nos centraremos en resumir los hechos acontecidos en la defensa a ultranza de la ribera del río Ishora, en donde recibió sus heridas Méndez y sus condecoraciones como héroe en la gloriosa jornada.

«Que los artilleros alemanes no hubieran tenido tiempo de reacción sin la bizarra resistencia española es cierto. Pero que una vez los artilleros alemanes abrieron fuego, esta acción fue un gran alivio para los extenuados españoles no lo es menos, y es de justicia hacerlo constar». Así lo indica Carlos Caballero. Como la eficacísima acción del IIIº/Art. 250, que englobaba junto a dos de sus baterías, la 7ª de Muñoz Aceras y la 8ª de Castro, a una batería pesada, la 12ª, bajo el mando en esa jornada del teniente Argamasilla. Y seguimos a Caballero cuando afirma «Se ha escrito mucho sobre la valerosa acción del Iº/Art. 250 de Reinlein, en primera línea frente a la avalancha, pero se ha dicho mucho menos sobre la actividad del IIIº/Art. 250 del capitán Lasarte (jefe accidental de la unidad, por enfermedad del comandante).

Mientras que, en definitiva, los tubos de Reinlein acabaron siendo enmudecidos, los cañones de Lasarte operaron ininterrumpidamente en ayuda de sus camaradas. La batería pesada de Argamasilla, situada bastante a retaguardia, en Federovskoye, sin el agobio de ver a los infantes enemigos ante sus bocas de fuego, con menos problema para municionar y disponiendo, además, de un excelente observatorio sobre el campo de batalla, fue especialmente eficaz. Junto a sus camaradas alemanes, los artilleros españoles dieron lo mejor de si mismos para ayudar a los agobiados soldados que se batían en Krasny Bor«.

Sí, el batallón artillero de Lasarte es ni más ni menos en el que sirve José Méndez, destacado aquí como pieza fundamental en los hechos de la batalla más célebre de la Blau. La ribera del Ishora y la defensa de la «fábrica de papel» que daría refugio durante todas las jornadas a los restos de los batallones perdidos o masacrados fue el heroico campo de acción del soldado de Vimianzo. Allí se apostó al servicio de los cañones y ametralladoras, deteniendo el ímpetu atacante, asombrando a los alemanes y enemigos. Herido en la parte externa e interna de una pierna y en el costado por la metralla rusa, se mantuvo en su puesto con los hombres de Lasarte, y cuando apenas quedaban en pie las baterías y sin munición agresiva, arrastrando su pierna a las trincheras formadas por los obuses soviéticos, siguió disparando hasta el fin del inicial combate, en que fue llevado malherido a Sluzk.

Los soviéticos trituraron la primera línea española y en ella persistieron islotes de resistencia tenaz. Los combates que se libraron sobre las riberas del helado río Ishora en esa jornada, donde los españoles intentaron, a toda prisa y a toda costa, constituir una línea defensiva que impidiera a los soviéticos pasar a la orilla izquierda del río son épicos. En esto coinciden hoy todos los autores fuera de las pasadas retóricas infladas por la ideología. Aquí se sitúa la acción de Méndez, entre la brava acción de Lasarte y la defensa numantina de Oroquieta.

Como consecuencia de la masacre de la primera línea española, las vanguardias soviéticas estaban en posición de cruzar el Ishora en el sector del gran meandro, donde se ubicaba la Fábrica de Papel y en la zona de Staraia Mysa y Sansonovka, e incluso amenazaban el PC español en Raykolovo. Por fortuna para los españoles, en el Ishora había un sector donde sus líneas se mantenían más firmes.  Es la zona más septentrional, donde desplegaba el IIIº/262.

El ataque ruso hacia el Este, para infiltrarse por la brecha abierta en el Bón. Reserva 250º e intentar atacarlo por el flanco y la retaguardia exigía cruzar el Ishora por la Fábrica de Papel y a media mañana del día 10, los soviéticos ya habían alcanzado ese punto. Pero tampoco esta maniobra tuvo éxito, pues los antitanques de la 14ª/262 del capitán González del Yerro y los cañones de las Baterías 7ª/Art. 250 (capitán Muñoz Aceras) y 8ª/Art. 250 (capitán Castro Sanmartín) batieron al enemigo con tiro rasante, mientras que los restos del Escn. 1º/Explo. 250, a los que acabó reincorporándose el jefe de la unidad, el capitán Ortega, se defendieron con energía en el gran meandro del Ishora.

No menos enérgicos se mostraban los artilleros y, por ejemplo, el capitán Castro, con sus hombres y algunos infantes que había podido reunir, logró que su observatorio fuera la única posición española al Este del Ishora en la que los soviéticos no pusieran su pie. Méndez estaba aquí mismo, entre estos pocos valientes artilleros, respondiendo hasta quedar sin munición y cuando callaron su cañón, siguió con la metralleta, y arrastrando su pierna acribillada y con espantoso dolor buscó otra posición para el fusil.

Bastante alejada del lugar, otra unidad artillera sería de una ayuda inestimable: la 12ª Batería del teniente Argamasilla con su constante fuego sobre los atacantes rusos de este sector. Así que, en resumen, el sector más septentrional de las posiciones españolas en el Ishora se mantuvo fuerte, para sorpresa de los atacantes soviéticos que, al ocupar la Fábrica de Papel, pensaron que tenían ganada la partida en esa zona. En realidad, y contrariamente a lo que imaginaron, los españoles no se colapsaron tras este revés y siguieron presentando una enérgica defensa.

Más al sur, en Staraia Mysa, la situación no fue menos cruel. Hacia allí afluyeron la mayor parte de los españoles que, víctimas del pánico o pura y simplemente por haber quedado dislocadas sus unidades, buscaban alcanzar la seguridad de las líneas españolas. De todos modos, durante el día 10 la situación española en el sector de la Fábrica de Papel y en el área de Staraia Mysa-Sansonovka fue realmente dramática. Ninguna de aquellas unidades dispersas estaba en condiciones para hacer nada mejor que una defensa numantina. Restablecer el control total sobre la situación solo era posible mediante el empleo de fuerzas «frescas»; que no hubieran resultado tan duramente castigadas durante la ruptura. Numerosos heridos españoles de la primera línea, eran evacuados hacia el hospital de campaña divisionario en la aldea de Ladoga.

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