El Vía Crucis fue construído en 1878 y se ubica en las cercanías del convento de San Francisco de Louro.
Xosé Manuel Lema
#AdianteTV
En este 15 de agosto, día de la Asunción de la Virgen María, tocaba visitar “in situ” el original Vía Crucis construído hace más de un siglo en el monte Oroso, en las proximidades del convento franciscano de Louro, en Muros. Si San Francisco de Asís está considerado el patrón de los ecologistas, no pudieron tener mejor idea sus discípulos que construír un Vía Crucis en pleno contacto con la naturaleza. Y desde 1878 está ahí por iniciativa del padre Coll y el apoyo de los feligreses.
Subiendo el monte se localizan las catorce estaciones de la Pasión de Cristo, cada una en una estructura(o capilla) de granito, con una imagen y mensaje alusivo a la estación y una cruz. La décimo cuarta estación ya está asentada sobre unas rocas y muy cerca está el punto final de esta particular ruta, una imagen de la Dolorosa, que corona la ladera del monte.
A medida que se sube se van mejorando la excelente panorámica sobre el Monte Louro, el pueblo y otras excelentes vistas. Sería interesante deternerse en la toda la arquitectura religiosa que hay en el convento, con su iglesia gótica, y en el potencial turístico de Louro, pero en este artículo me quería centrar en esta ruta espiritual y natural, que como pude comprobar, llama la atención de los curiosos que se acercan por este pueblo tan frecuentado durante el verano.
