18.3 C
Santa Comba
jueves, marzo 21, 2024

El patrimonio más antiguo está fuera de la comarca

La Costa da Morte no cuenta con un museo ni siquiera un centro expositor en donde poder ver o estudiar piezas singulares de nuestro pasado más remoto y valioso.

Rafael Lema

Los hallazgos más importantes están en salas diseminadas por toda la geografía peninsular, cuando no desaparecidos, y ni siquiera son conocidos popularmente. Así del importante conjunto arqueológico de Moraime apenas hay restos materiales en la zona salvo las estelas suevas a la intemperie y algunas piedras tardorromanas desperdigadas. Los hallazgos de las campañas, como fibulas o broches suevos, se pueden ver en el castillo da San Antón coruñés, al lado de restos de otras etapas (castreña, megalitismo).

Estelas galaico romanas del siglo I que citan a los célticos supertamaricos o nerios, los primeros habitantes conocidos del Finisterre, también están fuera de la zona. Son la estela de Crecente (Lugo) y las cinco halladas en la zona de Astorga. De las monedas nerias de Fisterra citadas en los años cincuenta nada se sabe. Solo hay dos monedas y un broche de cinto suevo de Moraime en la colección privada del colectivo PX de Ponte do Porto. La estela de Crecente de 2,80 metros de alto se puede ver en el Museo Provincial de Lugo. Las estelas bercianas en el Museo de Los Caminos de Astorga.

Otro importante hallazgo vinculado a nuestra comarca es una estela o heroun funerario turdetano tartésico del siglo V a. C. hallada en Lagos, en el Algarve de Portugal, que tiene doble valor. Es la primera cita del nombre de Galicia (kaalte) y de uno de sus pueblos (niir), nuestros nerios. La tumba del primer nerio, el primer galaico. Es la conocida como estela de Bensafrim. Para verla hay que ir al Museo Arqueológico de Belem, en Lisboa.

El investigador luso Carlos Alberto Castelo, quien defiende el carácter indígena de los primeros habitantes ibéricos y ataca el «mito indoeuropeo» indica que «esta estela sepulcral faz parte do espólio arqueológico do Museu Municipal Dr. Santos Rocha da Figueira da Foz. Esteve partida em três partes, mas actualmente, encontra-se restaurada. Mede 1,34 x 0,65 x 0,15 e consta de 75 sinais».

Hace 2.500 años apareció esta lápida en la tumba del primer nerio, los antiguos habitantes de la Costa da Morte. Tal dato se desprende de la lectura de la inscripción hecha por el historiador americano e investigador de estudios celtas John T. Koch. La primera referencia a un noble galaico que se conoce aparece en esta tumba tartésica de la Edad del Bronce, escrita en céltico antiguo, en el siglo V a. C. Es un miembro de la tribu de los nerios, los habitantes del mítico Finisterre, documentados en nuestra zona en las fuentes romanas desde el siglo II a. C.

El escultor Tasiionos firma la lápida en donde el prestigioso lingüista John Koch lee: «Invocando a los Lugos del pueblo Neri (niir), en conmemoración a un Noble de los Kaaltee/Galtia (Celtas de Galicia): él descansa por siempre ahí dentro. Invocación a todos los héroes. La tumba de TaÅ›iionos lo ha recibido». La inscripción tiene la mas antigua cita a Galicia (Galtia), para muchos investigadores territorio originario de los gaélicos o celtas atlánticos. Y cita a los dioses lugos o lugoves, como divinidades tutelares del pueblo o treba de los celtas nerios. Otros autores defienden el carácter tartésico e indígena, no celta de las grafías.

En todo caso los dos grupos de lápidas documentan el largo viaje de los nerios, desde la Celtiberia a la Turdetania sureña, y de allí al Finisterre. La estelas romanas de tumbas de nerios o supertamaricos (tras el río Tambre) citadas antes demuestran su celticidad. Se nombran a sí mismos como célticos. Estelas ya en plena romanización de Gallaecia, de individuos de una elite galaico-romana plenamente integrada aparecen en la zona de Astorga y Lugo, a donde emigraron desde el Finisterre para servir en las minas, la administración.

John T Koch propone que desde una fecha tan temprana como el Bronce final ya habría una aristocracia con espada rodando entre Irlanda, Armórica y Britania, inspirada por la cultura de Hallstat y causada por importantes cambios sociales/religiosos que darían origen al Proto-Céltico como lengua común del área. El investigador John Koch publicó en 2009 un artículo en el que, según él, pueden traducirse los textos de las tumbas tartésicas halladas en diferentes lugares de la geografía peninsular (desde el Algarve, en Portugal, hasta Galicia). Las fechas de las inscripciones fluctúan entre los siglos V y IV a. C. Mantiene la celticidad de muchos étimos tartésicos.

La Catedrática de Arqueología de la Universidad de Valência, Dra. Carmen Aranegui asimismo afirma la antigüedad de los primeros pueblo de Iberia: «Los iberos no vinieron de ninguna parte. No llegaron, como algunos pensaron, de Asia o de Africa. Eran una grande etnia, uno solo pueblo dividida en pueblos, que habitaron la cuenca occidental del Mediterráneo en la antigüedad, en nuestra Península Iberica. No eran semitas, camitas o hititas».

Pódeche interesar

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí
Captcha verification failed!
La puntuación de usuario de captcha falló. ¡por favor contáctenos!
spot_img
spot_img
spot_img

Síguenos

7,820FansMe gusta
1,661SeguidoresSeguir
1,826SeguidoresSeguir
1,220SuscriptoresSuscribirte

Últimos artigos